LA REVOLUCIÓN HALLESINT
La Revolución Hallesint es la maravillosa solución
racional y concreta –según el Plan Hallesint- del actual agobiante
Problema económico-social de la Humanidad.
Se trata de una Revolución Mundial relámpago, que ha
sido estudiada en todos sus aspectos y pormenores: filosófico, jurídico,
social, político, técnico, económico, práctico y contingente.
Puede estallar en cualquier momento, sin odio, sin
sangre, sin destrozos, terminando como todas las revoluciones científicas
sin víctimas, antes bien con satisfacción de todos en un mundo nuevo,
alumbrado por la Justicia Económica.
- No se necesitan renuncias, ni sacrificios por parte
de ningún individuo, entidad o gobierno.
- No se pide a ningún gobierno abrogar o modificar
ninguna ley monetaria, comercial, bancaria, fiscal, aduanera, etc.
- No se pide a ningún gobierno nuevas leyes en el
renglón económico, y aún menos en otros sectores.
- No se requieren inversiones iniciales ni posteriores,
ni préstamos internos ni del exterior en ningún momento.
- No se crean privilegios, ni monopolios para ninguna
nación, clase, categoría o individuos.
- La equidad, la imparcialidad y la justicia económica
y social dominarán automáticamente en forma soberana.
Las actuales barreras económicas internacionales, que
hoy separan las naciones entre ellas, serán severamente respetadas, pero
con lástima, por su absurda naturaleza antieconómica.
Sin embargo, esas barreras, sin la menor violencia,
cada día se reducirán hasta su total eliminación, y al final frente al
éxito de la Revolución Hallesint los políticos comprenderán que esas
barreras son dañinas, sobre todo para las naciones ¡que creían ser
amparadas por ellas!
Muy pocos entienden que el progreso material de la
Humanidad no es solamente técnico, sino también económico.
¡Hay ideas muy confusas sobre este asunto!
Aclaremos: El progreso técnico mejora las relaciones
entre los hombres y el mundo exterior: material, animal, vegetal.
El progreso económico a su vez mejora las relaciones
recíprocas utilitarias de los hombres entre ellos.
Robinson Crusoe –en la isla desierta- se enfrentó con
un sinnúmero de problemas técnicos, pero con ningún problema económico.
Es, pues, evidente la profunda separación entre la
técnica –independiente de la política- y la economía –esclavizada por la
política, con el pretexto de defenderla-.
La Economía, que a menudo es acusada –con menosprecio-
de ser la causa de la actual crisis mundial, tiene, en cambio, una
historia gloriosa.
Afirmamos, ante todo, y en forma decidida, que la
mayoría de los problemas que hoy se llaman económicos, surgen por el
fraccionamiento de la Humanidad en naciones aisladas entre ellas, que a su
vez han arrastrado, y por lo tanto fraccionado, a la Economía –que es
universal como la técnica- en Economías Nacionales.
Estas Economías Nacionales no sólo se encuentran
aisladas, sino que –envueltas en las diferentes políticas- están en una
permanente guerra fría entre ellas.
Y, ¡cuidado! las alianzas de dos o más economías en una
entidad única –mercado común- son en realidad alianzas de ofensa y
defensa, y no células de una futura integración económica mundial.
La historia gloriosa de la Economía se compendia en la
aplicación –desde milenios, de su maravilloso, fecundo, inagotable –aunque
casi ignorado por la ciencia actual- Principio fundamental, que es la
Unificación.
A) Vamos a dar una idea –por supuesto muy somera- de lo
que la Humanidad ha conseguido ya, por medio de la Unificación aplicada a
las relaciones humanas, es decir, a la Economía.
Las Unificaciones Mental y Material –que muy pronto
vamos a presentar son los dos primeros capítulos de la Historia Gloriosa
de la Economía, y van considerados como dos "verdaderas revoluciones".
La Revolución Hallesint es simplemente un capítulo más
de esa Historia Gloriosa, que espera otras Revoluciones de Integración
Social hasta la Suprema Unión Espiritual.
B) La Unificación consiste en considerar –en forma
conjunta- sensaciones humanas y luego encuentra u signo exterior –el
símbolo- que da forma concreta, individual a la Unificación conseguida,
siendo reconocido y aceptado por otros hombres, ayudándolos en su
recíproca comprensión.
La fecundidad de la Unificación ¡cuidado! consiste aún
más en la posibilidad de crear símbolos de símbolos, y luego símbolos, de
símbolos, de símbolos, etc. como vamos a considerar en forma analítica,
aunque somera.
El Símbolo tiene que excitar los sentidos: sobre todo
la vista y el oído, a veces también el tacto.
Toda la Economía –es decir todas las relaciones
utilitarias humanas- se puede descomponer en operaciones sobre los
símbolos.
Toda la civilización está saturada de símbolos.
Los hombres primitivos usaron gestos, mímicas y
distintivos, pero la verdadera civilización empieza con el símbolo
fundamental que es la palabra.
La escritura, a su vez es el símbolo de la palabra.
Símbolos valiosos son los Números, y especialmente las
cifras arábigas, que permiten las operaciones aritméticas sobre los
números.
Símbolos de enorme valor económico son los esquemas,
las gráficas, los diagramas, los mapas, los planos, los dibujos, las
marcas, las estampillas, las señales, etc.
En el campo científico la Unificación domina en la
Botánica y en la Zoología que en una palabra reúnen hasta millones de
plantas o animales de la misma clase.
Todas las ciencias, desde la Física a la Química hasta
la Gramática, como cualquier rama de la sabiduría no son más que
Unificaciones bajo una característica común.
Toda la matemática es simbolismo, símbolos son las
medidas, símbolos son las monedas.
Símbolo son los nombres de las enfermedades, que hacen
la Unificación de los síntomas en la medicina.
La Torre de Babel quedó incumplida por la confusión de
los idiomas.
Además son muy importantes tres operaciones sobre los
símbolos.
La primera operación es la Ordenación.
Se pueden ordenar los símbolos según una sucesión
natural o convencional, por ejemplo según los números internos, las letras
del alfabeto, las fechas, las horas, etc. Sólo en tal forma se puede
encontrar prácticamente una palabra en el diccionario o un libro en una
biblioteca.
Algo no menos importante son los números de las puertas
en las calles.
Los hombres, a menudo, tienen cada uno un número, antes
bien varios números, para actuar en las varias agrupaciones o simplemente
en la guía telefónica.
Los archivos, el calendario, y en fin toda la Historia
serían un caos sin la Ordenación.
La segunda operación sobre los símbolos, que los
hombres aprovechan mil veces por día, es la Identificación.
Un objeto, un individuo, etc. pueden poseer varias
características: de forma, peso, materia, color, etc. como también de
calidad de pertenencia, etc. cada una expresada por un símbolo, y por lo
tanto a cada objeto, individuo, etc. corresponde un grupo de símbolos.
Por otro lado, si se considera, al azar, un grupo de
símbolos, no siempre hay algo o alguien que le corresponde.
En este caso nos encontramos con la fantasía, que tiene
tanta importancia en la literatura infantil, novelística, dramática, etc.
donde actúa la imaginación.
El mundo de la fantasía es infinitamente más amplio del
mundo real.
Toda la realidad no es más que un puntito en el espacio
infinito de la fantasía.
Si en cambio aquel complejo de símbolos individua algo
o alguien, llegamos a una operación económica de enorme importancia
práctica.
Por ejemplo, un hombre cualquiera tiene cuatro símbolos
–nombre, apellido, lugar y fecha de nacimiento- que son comunes –por
separado- a millones de individuos, pero que en su conjunto, en general,
representan sólo a aquel individuo ¡en todo el universo y por toda la
eternidad!
Cada una de las infinitas estrellas es individualizada
sólo con dos números, como también la basa de los náufragos en el infinito
océano: la longitud y la latitud.
Y todos los libros, los periódicos, las cartas de todos
los siglos –de los países europeos y americanos- se reducen a diferentes
agrupaciones de no más de treinta símbolos: las letras del alfabeto. Y con
ellas se sigue escribiendo e imprimiendo siempre algo nuevo.
La tercera operación sobre los símbolos es la
Clasificación. Si es posible agrupar unos símbolos, bajo una
característica común, representándolos con otro símbolo, que llamaremos
"superior", y si a su vez se pueden agrupar varios símbolos "superiores"
bajo otros símbolos, y así en adelante, se podrá llegar a una jerarquía de
símbolos, que recuerda el árbol con sus ramas.
Es evidente el valor económico de esta operación. No
sólo se llega a un conjunto más comprensible, sino que se deducen
analogías, que permiten al hombre penetrar más adelante en la
estructuración del mundo que lo rodea.
Esta operación sobre los símbolos –clasificación- es
característica en todas las ciencias positivas, que por medio de ella
buscan progresar cada día más.
Hasta hay filósofos, que niegan a la Ciencia el valor
de conocimiento y le conceden sólo ¡el valor de clasificación!
Todo lo que precede se refiere a la Unificación Mental,
pero la Economía ofrece otras Unificaciones no menos importantes.
Entre ellas vamos a presentar la Unificación Material,
que encontramos diariamente en toda la actividad humana.
No se trata solamente de la colección de cosas
semejantes, como hace el agricultor en la cosecha o el minero que junta el
mineral útil o el químico que extrae el hierro de una sustancia, juntando
todos los átomos de ese metal, etc. No: se trata nada menos que de la
posibilidad misma de la vida orgánica.
Toda la vida orgánica es una acción continua de
unificación material operada por la naturaleza.
Basta pensar que los alimentos llegan al animal o a la
planta mixtos y entremezclados, pero el organismo los selecciona y los
junta, unificándolos, y luego encauzándolos a su diferente destino.
Si no fuera así, es decir, si todos los átomos quedaran
mixtos y entremezclados, sin llegar a la unificación en grupos homogéneos
como el agua y el hierro, etc. la vida en la forma actual sería imposible.
La primera consideración que tenemos que hacer hablando
de la Unificación Material es que en general el conjunto, se presenta como
algo que se diferencia netamente de sus componentes, pues se desarrolla en
su interior una acción recíproca –interacción- llegando a resultados
imprevisibles y hasta paradójicos.
Valga un ejemplo.
El Seguro es un conjunto de operaciones aleatorias
–apuestas: uno contra cien, en el caso de incendio- entre Asegurado y
Asegurador. Sin embargo la compensación entre los varios riesgos, en la
masa de los contratos de Seguro, transforma las apuestas –vetadas por la
ley- en una operación provechosa por los Asegurados, lucrosa para los
Aseguradores y ¡perfectamente legal!
La Máquina –símbolo de la técnica- es una aplicación
maravillosa de la Unificación Material, pues unifica movimientos iguales y
repetidos; y la Rueda, símbolo a su vez de la Máquina, constituye la
unificación de infinitos movimientos iguales.
El procedimiento técnico se convierte en procedimiento
industrial sólo cuando se pueden unificar los pedidos de los clientes.
Si cada cliente pidiera algo diferente de los otros, la
Industria no podría surgir.
Hoy la producción industrial propende hacia tipos
unificados. No se trata sólo del ancho uniforme de las vías férreas o del
tornillo de las lámparas eléctricas, sino de la producción Standard, de la
producción en serie, de los repuestos intercambiables, etc. hasta las
tiendas a precio único, que son actos económicos voluntarios de renuncia a
la libertad incondicionada para aprovechar los beneficios de la
Unificación.
El Comercio también unifica los pedidos pero la
Unificación Material no sólo triunfa en la técnica, en la Industria, en el
Comercio, etc. sino que en todo lo que está organizado: desde el
Ordenamiento militar, hasta los Órdenes Religiosos y sobre todo en la
despreciada, pero indispensable Burocracia.
Podemos concluir terminantemente: Todo lo que está
organizado está Unificado.
Trascendental importancia "económica", además que
social, tienen los Códigos Civiles y Penales que unifican acciones
humanas, para sancionarlas.
Se trata de un esfuerzo de la Humanidad, acaso anterior
a las Tablas de Moisés, y que hoy ha engendrado un diluvio de leyes y
reglamentos, tan numerosos y tan inconexos entre ellos, que demuestran
absoluta falta de sentido de Unificación.
Es muy sintomático el hecho que hay grandes naciones
¡que no tienen códigos!
Es oportuno poner énfasis en una Unificación Material
de importancia muy notable en la Colectividad Humana, pues no solo da al
conjunto unificado un valor mayor sino que da lugar a algo, a veces, desde
todo punto de vista diferente.
Este fenómeno es muy conocido. Empiezan los niños, que
coleccionan figuritas para llegar a la Serie completa, a la vez que los
adultos coleccionan estampillas, medallas, monedas, autógrafos, abanicos,
armas, mariposas, joyas, antigüedades, miniaturas, etc.
Por valiosos que sean los objetos juntos, si se venden
por separado, su valor baja notablemente.
Si ahora en cambio de estampillas o mariposas hablamos
de dinero, el fenómeno persiste, pero cambia completamente de cariz.
La colección de dinero, tiene el nombre de Ahorro.
Muchos creen que la formación del Ahorro sea
consecuencia exclusiva de la Previsión.
¡No! La previsión es una causa de colección de dinero,
pero no es la más importante.
El dinero ahorrado y acumulado se transforma.
Es esta transformación que empuja a los hombres a
ahorrar.
En efecto la masa del dinero ahorrado puede permitir a
su dueño hacer algo que antes no podía hacer, ni parcialmente.
El niño que quiere comparar su deseada bicicleta,
confía su dinero a la alcancía, exactamente como el obrero que quiere
comprar una máquina, que lo transformará en empresario.
La previsión en este caso no interviene en absoluto.
Hay algo más. Si hay una masa de mil hombres que
disponen por ejemplo cada uno de un dólar, se realiza a menudo una
operación muy especial.
Se juntan los mil dólares, y se entregan a uno de
ellos. La suerte decidirá.
Nace así la Lotería que tiene tantos adeptos, no
obstante, que, en general, la suma que se entrega al ganador ¡es mucho
menor de lo que se había juntado!
En esta forma la Unificación interviene en una
operación muy discutible, y que los gobiernos combaten con severidad, como
delito ¡reservándose, pero, el monopolio de ese delito!
Sin embargo esa Lotería se puede transformar en algo
socialmente muy provechoso, eludiendo la ceguera de la suerte. Se puede
entregar todo el dinero juntado a quien tiene necesidad de ello. Podemos
decir que la decisión es confiada no a la buena suerte, sino a la mala
suerte –enfermedad, muerte, etc.-.
Nace así el Seguro Social.
Hoy el Seguro no es comprendido bien por todos, aún
porque no se sabe dónde ubicarlo, pues no está comprendido en la actividad
bancaria, comercial, industrial, etc.
No todos se dan cuenta de que el seguro aún en cierne
es –en cambio- el símbolo más concreto de la solidaridad económica humana.
En verdad, también hoy el Seguro actúa automáticamente
en forma imponente –aunque no todos se dan cuenta de ello.
Lo encontramos, por ejemplo en todas las firmas que
operan con una masa de clientes, entre los cuales compensan –se aseguran-
los pedidos eventuales ocasionados por adversidad, deterioros, extravíos,
estafas, etc. y, en el Estado, que cobra impuestos pero que devuelve como
servicios para los que los necesiten, se puede considerar como una
grandiosa, imponente "Mutual de Seguro".
Todo lo que brinda el Estado a los ciudadanos se puede
considerar como debido a un colosal Seguro, en el cual los ciudadanos
pagan los impuestos como primas de seguro, y aprovechan el Seguro como lo
necesitan ya sea transitando por los caminos o los puentes o los puertos,
ya sea en las escuelas o en los tribunales o en los hospitales, etc.
El Seguro rectamente concebido y realizado en la forma
más amplia es la Unificación Material, que tiene el más alto nivel
económico social del porvenir.
El Seguro será tanto más fecundo cuanto más se extiende
en el tiempo y en el espacio.
Lástima es que el Seguro tiene hoy una limitación en el
tiempo, por la devaluación monetaria que hace injustos los contratos que
hoy se encuentran justos.
Y gran lástima también es que hoy el Seguro tiene otra
gran limitación en el espacio, por las barreras monetarias que aíslan a
las naciones; pues el Seguro es tanto más eficaz cuando mayor número de
asegurados abarca.
La Revolución Hallesint no constituye el producto
espontáneo –casi diríamos vegetativo- de la evolución de la actual
Economía Política, sino al revés, la consecuencia ineludible de la
decidida emancipación de la Economía de la Política.
Es absurdo hoy esperar que se pudiera llegar a la
emancipación por medio de una renuncia espontánea de la política, o bien
por medio de un acuerdo negociado o aún menos por una violenta rebelión de
la Economía hasta hoy esclavizada y atada brutalmente por la política.
La Revolución Hallesint sigue un rumbo muy diferente.
Ante todo ignora la Política, pero obedece –aunque con
lástima- a todas las inconexas y desacertadas legislaciones
económico-sociales de cada nación, en que va a actuar.
Tampoco interfiere o provoca –con su actuación-
rozamientos directos o indirectos en las diferentes legislaciones
nacionales.
La Revolución Hallesint ofrece su solución, sin la
menor coacción o invitación, aprovechando, en cambio, para convencer a
todos, la fuerza más poderosa e irresistible, que se conozca: ¡el propio
provecho de cada individuo, de cada nación, de la Humanidad entera!
¡Esta es su arma secreta!
Desde ya podemos anticipar algo:
La Revolución Hallesint actuará:
a-en la constitución de la Fundación Hallesint: ente
apolítico internacional, representante de la Economía Mundial, que, como
la técnica, se ofrece gratuitamente a todos, en conformidad a su Estatuto
que se adjunta.
b- en el Mercado Hallesint muy diferente del actual
Comercio Internacional llamado con ingenuidad infantil, con el nombre
altisonante de Mercado Internacional, que, en cambio, es simplemente el
teatro de la guerra fría entre los empíricos y mezquinos mercaditos
nacionales. La Revolución ofrece, en su lugar, el racional y mundial
Mercado Hallesint.
c- en el campo Monetario, donde hoy se ha desatado una
danza infernal de las diferentes Monedas Políticas, todas descaradamente
falsas, y que se alaban de su hipócrita e ilusorio ¡respaldo en oro!
La Revolución Hallesint ofrece en cambio, sin la menor
coacción o invitación, su maravillosa Moneda Hallesint –Hallis- Invariable
en el tiempo y en el espacio.
d- en el Trinomio Hallesint, concepción de alcance
trascendental que nadie había sospechado y aún menos planeado antes de las
publicaciones del Plan Hallesint.
El Trinomio Hallesint unifica toda la producción
mundial en base a la característica "tiempo", repartiéndola en: Ahorro
–producción en el pasado-, Trabajo –producción en el presente-, y Empresa
–producción en el futuro-.
El Trinomio Hallesint tiene también una enorme
importancia social, pues no sólo demuestra como la actual inconexión entre
el Ahorro, el Trabajo y la Empresa es la causa determinante del actual
desequilibrio social, sino que ofrece su solución definitiva y altamente
satisfactoria.
Al mismo tiempo el Trinomio Hallesint pone énfasis
sobre lo que llama: el Ahorro de la Humanidad, riqueza prácticamente
ilimitada, no potencial sino real, actual, que la Humanidad por culpa de
la política, no logra aprovechar.
El Trinomio Hallesint pone a la Empresa –verdadero
espíritu Creador de la riqueza- en el sitial de honor, que le compete, y
al mismo tiempo reconoce y otorga al Trabajo la plus-valía, que desde más
de un siglo el Trabajo pide justamente a la Humanidad, pero sin saber
justificar su pedido.
e- en la Financiación Hallesint –que actúa en forma
automática, y por eso es considerada como algo no realizable, utópico-
consecuencia de la actuación de la Moneda Hallesint –Hallis- , que
aprovecha en forma tan genial cuanto sencilla, la compensación sin límite
entre los pedidos de las Empresas –de las Naciones en desarrollo- y la
superproducción de las Naciones Industriales.
Por mérito de la Financiación Hallesint –que es
automática e ilimitada- será eliminada la actual vergüenza de la
financiación política, que las Naciones en desarrollo –con actitud de
pordioseras- tienen que pedir humildemente, concediendo compensaciones
políticas, disfrazadas bajo una hipócrita retórica diplomática.
f- en la Economía Hallesint, que es muy diferente, en
todo sentido, de la actual Economía Política, en cada renglón de su
actividad.
La Economía Hallesint realizará el increíble resultado
de Unificar la Economía Mundial arriba y al margen de todas las inconexas
economías nacionales, que muy pronto tendrán que desaparecer como la
tracción animal, a sangre, ha desaparecido frente a la moderna técnica
mecánica automotriz.
FUNDACIÓN HALLESINT
La Fundación Hallesint es la manifestación concreta del
Plan Hallesint, y el resultado inmediatamente visible de la Revolución
Hallesint.
Condición indispensable para que la Fundación Hallesint
pueda libremente surgir y actuar con seguridad es que sean realizadas
todas –ninguna excluida- las condiciones siguientes:
- Ser absolutamente automática actuando en forma
prefijada e inalterable, sin necesitar deliberaciones periódicas o
intermitentes.
- Ser descentralizada, ofreciendo su gestión al
Gobierno de cada respectiva nación –como ocurre con la Unión Postal
Universal-
- Emitir una Moneda, que tenga en el Mercado Mundial un
poder de compra constante, en el tiempo.
- No pedir nunca a nadie la menor contribución para
ingresar, actuar o salir de la Fundación.
- Repartir, en fin, entre los Gobiernos adheridos la
totalidad de las utilidades netas de su balance anual, en medida
proporcional a los ingresos netos de la Fundación, logrado en las
respectivas naciones.
Si todo eso será logrado ¿cómo y por qué la Fundación
podrá ser obstaculizada en su formación o combatida en su actuación?
¿No sería acaso, invulnerable?
La Fundación Hallesint –paulatinamente vamos a
explicarlo- enfrenta y respeta todas esas condiciones, y además lo hace en
forma equitativa para todos: Gobiernos y Pueblos- Ahorristas,
Trabajadores, Empresarios –Importadores, Exportadores-, ¡Todos!
A continuación vamos a transcribir los ocho artículos
del Estatuto de la Fundación Hallesint, que tendremos que no olvidar, para
comprender todo lo que sigue.
ESTATUTO
Artículo 1 – Objetos y Funciones
La Fundación Hallesint tiene por objeto alcanzar el
equilibrio económico social, y encauzar el egoísmo humano hacia el
mejoramiento del nivel de vida espiritual y material de la Humanidad.
El medio técnico que adoptará la Fundación para
desempeñar su actividad será la unificación de las relaciones económicas,
dando la prioridad a la unificación monetaria, y luego a la unificación
mercantil, que será su obvio y necesario complemento.
La acción de la Fundación consistirá en:
a- Ofrecer sin coacción símbolos de transferencia del
valor en el espacio y en el tiempo, expresados en moneda mundial, para
realizar cada operación de intercambio, cuyas partes interesadas
reconozcan su recíproca conveniencia.
b- Hacer Converger hacia el Mercado Mundial unificado,
a la vez que descentralizado en su funcionamiento, toda oferta y demanda
presente y futura.
c- Favorecer sin límite el desarrollo paralelo de la
producción y consumo, dinamizando la actual economía, y compensando las
llamadas sobreproducciones, con el incremento de las demás ramas
productivas, provocando en el mundo una creciente prosperidad.
Artículo 2 – Estructura y Sede
La Fundación es una Entidad Jurídica Autónoma Mundial,
que en calidad de Intermediario-Contrayente, puede operar en todo orden de
operaciones de intercambio.
La Fundación estará integrada por un Consejo General,
que se reunirá en… donde la Sede de la Fundación tendrá privilegio
territorial.
Todo Gobierno que adhiere a la Fundación designará un
Delegado Titular y un Suplente. La totalidad de los primeros –y de los
segundos, en que les corresponda- constituirá el Consejo General.
El Consejo General redactará su propio Estatuto interno
en la forma que estime conveniente; excepto en lo siguiente:
El Consejo General elegirá entre sus miembros un
Presidente, un Vicepresidente y cinco Vocales.
Todos ellos constituirán el Consejo Ejecutivo de la
Sede Central, con facultades para ejercer la administración ordinaria.
El Consejo General se reunirá una vez al año para
aprobar el Balance Anual, y también cada vez que la cuarta parte de los
Delegados lo solicite.
Las resoluciones del Consejo General y del Consejo
Ejecutivo de la Sede Central se tomarán por mayoría. En caso de empate
decidirá el voto del Presidente.
El presente Estatuto se puede modificar en cualquier
momento con la adhesión total de todas las Naciones adheridas.
Sin adhesión total, no se puede modificar antes de un
año desde la presentación de la propuesta, firmada por la mayoría, y que
tiene que ser aprobada por el 80 por ciento de las Naciones adheridas.
Artículo 3 – Patrimonio de la Fundación
El Patrimonio de la Fundación está constituido
esencialmente por el presente Estatuto.
Este patrimonio intelectual es hoy propiedad del
Instituto para la Renovación Económica, establecido en Roma, con fecha 11
de julio de 1924, por escritura pública, ante la Escribanía Giuliani.
La Fundación, en conformidad a dicha escritura,
obtendrá por derecho propio, la transferencia de dicho patrimonio, en el
momento de su legal constitución.
La Fundación dispondrá de un Fondo de Dotación
suficiente para los gastos de su legal constitución y de los primeros
gastos de la Sede Central.
Los Estados que adelanten ese Fondo de Dotación
obtendrán su reembolso, con una recompensa adecuada, en diez anualidades.
Artículo 4 – Convenciones Nacionales
La Fundación aún actuando dentro de las leyes vigentes
en las diferentes naciones, antes de iniciar su actividad en cada país,
estipulará con los respectivos Gobiernos, Convenios iguales para todos los
Gobiernos, en conformidad con el presente Estatuto.
Se establece que cada Gobierno adherente:
a- Seguirá legislando en el campo económico y monetario
en la forma que estime más conveniente, de manera absolutamente libre, sin
necesidad siquiera de consultar a nadie;
b- Instituirá en su territorio su propia Sede Nacional
Hallesint absolutamente autónoma, que actuará en conformidad con el
presente Estatuto, por cuenta de la Fundación, sin exigir la menor
responsabilidad de los Gobiernos.
c- Cobrará su cuota de las utilidades que en el campo
financiero y mercantil realizará la Fundación, al neto de las reservas.
Las cuotas serán proporcionales a los réditos netos que en cada nación la
Fundación haya obtenido. Estas utilidades quedan a libre disposición de
los Gobiernos respectivos.
Artículo 5 – Símbolos Hallesint
La Fundación, por medio de las Sedes Nacionales vende y
reembolsa al público, en forma permanente y continuada, sin límite, dos
Símbolos al Portador: los Cheques, para el desplazamiento de los valores
en el espacio, y los Bonos para el desplazamiento en el tiempo.
Los Cheques y los Bonos son emitidos en sumas múltiples
de unidades de la Moneda de cuenta Hallis –artículo 6-.
Los Cheques son vendidos contra entrega de moneda
nacional, calculando el Hallis al cambio del día que cada Sede Nacional
cotiza diariamente en su albedrío –artículo 6-, además de una pequeña tasa
de registración.
Los Cheques son reembolsados en cualquier Sede
Nacional, en la moneda nacional respectiva, a la vista –con aviso previo
por sumas ingentes- por su valor nominal, calculando el Hallis al cambio
del día.
Los Bonos son vendidos contra entrega de Moneda
Nacional, al precio que será establecido, como se indica a continuación, y
calculando el Hallis al cambio del día, además de una pequeña tasa de
registración.
Los Bonos son reembolsados en la misma Sede Nacional
que los ha emitido, en la moneda nacional respectiva, a la vista –con
aviso previo por sumas ingentes-.
El precio de venta y reembolso de los Bonos es igual,
pero es creciente a partir de su valor inicial.
Cada Sede Nacional fijará y modificará –en concepto de
interés- la tasa de aumento del precio de los Bonos, por cuenta propia y a
su arbitrio, sin convenios previos con las otras Sedes Nacionales, ni con
la Sede Central.
Cada Sede Nacional invierte a su criterio, y en plena
libertad, el dinero cobrado, ya sea por el sobrante de la venta de los
Símbolos Hallesint, como también por sus ganancias en el Mercado Mundial
–artículo 7-.
Esa inversión tiene una sola limitación: que sean
comprados Títulos al precio de Bolsa, y no más del 30% de cada emisión.
Los Títulos así adquiridos no podrán venderse nunca, y
en su conjunto constituyen el Patrimonio de garantía de los Símbolos
Hallesint.
La Sede Central tendrá a su cargo la impresión,
registración y control de los Símbolos Hallesint, aprovechando todo
progreso técnico a fin de precaverse contra falsificaciones.
Los Símbolos impresos y registrados serán puestos a
disposición de las Sedes Nacionales con las normas siguientes:
- Cada Sede Nacional puede pedir a la Sede Central la
cantidad de Cheques que quiera, hasta llegar en total, al valor de las
exportaciones nacionales del año anterior.
- Las Sedes Nacionales pueden permutar, entre sí,
Cheques y Bonos sin límite, según su valor en Hallis.
Artículo 6 – La Moneda Hallis
La Sede Central, al iniciarse el funcionamiento de la
Fundación fijará el valor de emisión de la Moneda Hallis en un gramo de
oro.
Luego, cada Sede Nacional fijará a su albedrío, como
cualquier cambista, la cotización del Hallis en su respectiva Moneda
Nacional, y podrá modificarla cuando y como lo quiera, sin la menor
referencia a ninguna moneda nacional o al oro.
La modificación del valor del Hallis de parte de cada
Sede Nacional se dará a conocer en la tarde por la Radio, y no podrá
superar cada vez el valor de la tasa de registración.
Artículo 7 – Organización Mercantil
Cada Sede Nacional en su territorio:
1- Establecerá en la forma que estime más conveniente,
pero en base a un Reglamento Unificado para todas las Sedes, el mayor
número posible de Halles, o sea Mercados de Subasta, donde se venden y se
compran productos de intercambio internacional. Los Halles estarán
abiertos a cualquier individuo o Gobierno de cualquier nación. No es
necesaria la presencia material de la mercadería.
2- Nombrará en la forma que estime más conveniente,
pero en base a un Reglamento Unificado para todas las Sedes, los
Funcionarios Hallesint, relacionados entre sí y con todas las Sedes
Nacionales.
Los Funcionarios Hallesint ejercen el Servicio
Comisionista, utilizando la organización de los Halles Nacionales y
Extranjeros. Sus retribuciones serán en forma de porcentaje, ajustándose a
tarifas uniformes para todas las Sedes.
3- Cobrará por cuenta de la Fundación un porcentaje
sobre las operaciones, que en su territorio efectúan los Halles y sus
Funcionarios, en base, a un Reglamento Unificado para todas. Todos los
ingresos netos de la organización mercantil serán invertidos, según el
artículo 5, en títulos al precio de Bolsa.
Artículo 8 – Administración y Balance
Cada Sede Nacional confeccionará una situación mensual
y un Balance anual donde:
- El activo estará representado esencialmente por el
valor de Bolsa, calculado en Hallis, de la masa de los Títulos
–nacionales, Hallesint y Monedas- es decir, del Patrimonio de Garantía.
- El pasivo estará representado esencialmente por el
importe de los Símbolos Hallesint emitidos por aquella Sede Nacional,
hasta la fecha, calculando en Hallis los Cheques al valor nominal y los
Bonos al valor del día.
- Cada Sede Nacional dejará a disposición de la Sede
Central el saldo de su Balance Anual. Ese saldo, aparte de las cuotas
referentes a la contribución en los gastos de la Sede Central, a las
deudas con los suscriptores del Fondo de Dotación, etc. –art. 3-, y de
adecuadas reservas, será devuelta por medio de la Sede Central a los
Gobiernos de las Naciones Adheridas.
- Si una Sede Nacional cierra una ventanilla es
declarada en quiebra. Los portadores de Cheques no quedarán damnificados
porque podrán –como siempre- pedir el reembolso a las otras Sedes. Los
portadores de Bonos de aquella Sede, en cambio, tendrán el derecho a la
repartición entre ellos del Patrimonio de Garantía y además de las
utilidades de la gestión mercantil hasta el total reembolso de los Bonos.
- Cuando todos los Bonos hayan sido reembolsados la
Sede Nacional reanudará su gestión financiera.
MERCADO HALLESINT
Hemos aclarado que el arma milagrosa de la Economía es
la Unificación. Vamos ahora a ver como la Revolución Hallesint aplicando
la Unificación al actual rudimentario Comercio Internacional lo transforma
en Mercado Mundial Hallesint.
La Revolución Hallesint empieza –y esto ya es
asombroso- unificando todos los problemas del Comercio Internacional,
técnicos, merceológicos, jurídicos, políticos, prácticos, organizativos,
etc. en cuatro grandes Problemas Fundamentales –además del problema
monetario, que vamos a tratar aparte- es decir:
1- el problema Contractual
2- el problema Merceológico
3- el problema de la Elección
4- el problema de la Ejecución
¡Cuidado! No se trata de un estudio crítico, científico
o didáctico de esos problemas, sino de su análisis concreto y
constructivo, y sobre todo de su solución.
El Primer Problema –contractual- se refiere a la
estructura jurídica del contrato de compra-venta, es decir al conjunto de
las condiciones, que determinan las obligaciones del vendedor y del
comprador.
Cabe destacar que no se trata de un trueque de bienes,
que están frente a frente, sino de algo que puede estar lejos a más de
diez mil kilómetros, y que llega al conocimiento del comprador en forma de
símbolos.
Además hay que prevenir la posibilidad de errores,
fraudes, adulteraciones, etc. considerando la eventualidad de penalidades,
controversias, pleitos, arbitrajes, etc.
Este problema contractual la Fundación lo soluciona
ofreciendo contratos de tipo Unificados, para cada categoría de
Mercadería, de manera que es suficiente agregar unos elementos –cantidad,
fecha de entrega, de pago, etc.- y todo queda arreglado y definido.
Hoy estos Contratos Unificados se encuentran ya por
varias mercaderías en el Comercio Internacional; sin embargo llegan tarde,
pues las primeras publicaciones hallesistas sobre este tema ¡tienen fecha
de 1905!
Con todo, los contratos actuales adolecen de muchas
fallas, que, en cambio, los Contratos Hallesint evitan por completo.
Por ejemplo –en caso de controversias- en general- son
los Tribunales que intervienen, a la vez que los Contratos Hallesint
tienen la cláusula arbitral, la garantía bancaria, el seguro de solvencia
y de cumplimiento, etc. pero todo eso es posible solo cuando actúa la
Fundación, que unifica estas unificaciones, y sobre todo ofrece una Moneda
Universal Invariable.
Estos Contratos Hallesint no se imponen sino que se
ofrecen.
Naturalmente los Contratos en que interviene la
Fundación, tienen que desarrollarse en esta forma.
El Segundo Problema –Merceológico- se refiere a la
exacta determinación de la naturaleza, características, calidad, etc. de
los bienes que se intercambian.
A tal fin el Plan Hallesint ha patrocinado desde más de
medio siglo una Clasificación decimal de las mercaderías que más se
encuentran en el Intercambio Mundial.
Sólo recién se ha adoptado en muchas naciones, no para
favorecer el intercambio, sino por razones fiscales aduaneras, las Normas
de Bruselas, según las sugerencias del Plan Hallesint.
Pero lo que más se impone es la necesidad de aclarar
con precisión el Sistema de Medidas, que se adopta, y aquí el Comercio
Internacional actual, encuentra hoy una dificultad tan absurda que asombra
¡pensando en… los vuelos espaciales y la energía atómica!
Se trata del Sistema de Medida Inglés que hoy es legal
en Norte América, Inglaterra y otras naciones, y que según una estadística
reciente, provoca en 400 millones de personas, una pérdida de tiempo
diaria, que traducida en dinero, podría salvar –con creces- cada año, la
vida de medio millón de habitantes de la India ¡que anualmente mueren de
hambre!
Por supuesto la Fundación Hallesint conoce y reconoce
solamente el Sistema Métrico Decimal.
Sin embargo lo que hoy es aún más grave y trágico en
este Segundo Problema, es la falta de una Moneda Única y Estable, que en
cambio la Fundación Hallesint como veremos pronto ofrece con toda
sencillez a todos los pueblos, sin interferir en lo mínimo en las Monedas
Nacionales.
El Tercer Problema –elección- merece especial atención.
Los Compradores y los Vendedores quieren comprar y
vender en la forma más conveniente para ellos; pero se asustan sólo si
piensan que en este caso, tendrían que elegir, en el mundo, la mejor
oferta y el mejor pedido.
Los Compradores y los Vendedores, desde mucho tiempo
han renunciado a esta tarea; y la historia conoce desde milenios los
Importadores y los Exportadores, como elementos indispensables entre
Compradores y Vendedores –en el campo internacional por supuesto-.
Sin embargo –y este es el punto esencial- tampoco los
Importadores y los Exportadores hacen las oportunas investigaciones para
encontrar lo mejor.
En efecto, los Importadores y los Exportadores siguen
–en forma empírica y tradicional- comercios enraizados con sus
correspondientes de ultramar, y ni piensan investigar todos los mercados
del mundo y aún menos seguir las variaciones de los fletes, de los
cambios, de los derechos aduaneros, de los recargos, de las limitaciones,
de las prohibiciones, etc. de todas las naciones del mundo.
La actuación de la Fundación, con su explicación de la
Unificación es muy diferente. Una analogía nos ayudará.
En una similitud, enormemente exagerada, sin duda, pero
pintoresca, consideremos el teléfono, ese aparato maravilloso, que todos
conocemos; pero, claro está, si cada uno de los 3.000 millones de
habitantes de la tierra quisiera poder comunicarse con otro cualquier
habitante, tendría que disponer, cada uno, de 3.000 millones de alambres,
y en este caso todos los alambres formarían ¡una verdadera jaula alrededor
de la tierra!
El problema –todos lo saben- se soluciona en forma más
que sencilla, creando las Centrales Telefónicas. En este caso es
suficiente juntar con un alambre la Central con el usuario que por lo
tanto podrá comunicarse con todo el mundo.
Análogamente actúa la Fundación que –art.7- nombra un
Funcionario en cada Sede Nacional. Ese Funcionario que a su vez puede
llamar cualquier número de colaboradores a su cargo, es pagado por la
Fundación en forma porcentual, con la obligación de ofrecer en cualquier
momento, las mejores ofertas y los mejores pedidos, indicando las
cotizaciones del día y los gastos, todos conglobados en un importe único.
Este importe no es indicativo ni informativo: es
definitivo y firme, como vamos a aclarar seguidamente, en el cuarto
problema.
El Cuarto Problema –ejecución- se refiere a la
realización de la solución ofrecida por el Tercer Problema.
Es decir que cualquiera que se dirija a la Fundación
Hallesint puede ofrecer o pedir cualquier Mercadería –correctamente
definida y bancariamente garantizada-, a la Sede Nacional de la Fundación,
en la Nación donde él se encuentra, y realizar su operación con la
seguridad de conseguirla en la forma más económica.
En efecto, por un lado, la solución del Tercer Problema
ha indicado la solución mejor, y, por otro lado, la solución del Cuarto
Problema, confiada a la organización del Funcionario Hallesint de la Sede
Nacional correspondiente, da la seguridad de que el costo final de la
operación no podría ser mejor.
En efecto, cualquiera entiende –sin necesitar
aclaraciones- cuanto serán reducidas las tarifas de transporte, flete,
seguro, etc. para un cliente de la magnitud, seriedad y solvencia como la
Fundación.
Para dar una idea de eso, basta pensar en el Servicio
Postal, suponiendo que fuera confiado a Empresarios libres e
independientes que actúen en todo el mundo en competencia entre ellos.
¡Cuánto costaría el envío de una carta de New York a
Tokio, con el derecho que sea devuelta al remitente, si el destinatario no
se encuentra! ¿Y cuánto cuesta hoy a través de la Unión Postal Universal?
Ninguna preocupación por la suerte de los actuales
Importadores y Exportadores que serán absorbidos -si lo quieren- en el
nuevo mecanismo, donde la productividad de ellos podrá aumentar –por el
alcance de la Fundación- junto con las respectivas ganancias.
Todo lo que precede sería imposible realizarlo hoy, por
la diversidad e inestabilidad de las Monedas Nacionales. La Fundación
podrá hacerlo sin la menor traba, pues dispone de una Moneda Única
Invariable –Hallis- que al fin vamos a presentar.
MONEDA HALLESINT
Hoy la Moneda es un asunto político. Cada Gobierno
tiene el monopolio de la Moneda Nacional, que puede manejar a su antojo;
olvidando que es una Unidad de Medida del Valor.
En realidad logra sólo malograrla ¡muy raramente
rehabilitarla!
La adhesión de un Gobierno a la Fundación no implica la
menor obligación, y consiste simplemente en la autorización a actuar en el
país, pero sin ningún privilegio, exactamente, como cualquier cambista
¡nada más!
Por otro lado –art.4- cada Gobierno puede tomar la
gestión de la respectiva Sede Nacional de la Fundación, y en fin sería
necio que un Gobierno cobrara impuestos sobre las utilidades de la
Fundación, pues el Estatuto –art.4- dispone que todas las utilidades netas
sean cobradas por el Gobierno respectivo.
La Moneda de Cuenta –Hallis- que emite la Fundación
–rigurosamente definida y reglamentada por el Estatuto- es una Moneda
Revolucionaria, a la vez que su concepción y actuación son tan sencillas,
que cualquier persona que no tenga la mente obcecada por teorías
político-monetarias puede entenderlo rápida y completamente en su esencia
y alcance.
El éxito de la Moneda Hallis está asegurado por su
invariabilidad y su ilimitada disponibilidad.
Desde ya este éxito puede entreverse, considerando que
a cada símbolo de la Fundación, expresado en Hallis, corresponde
invariablemente y necesariamente, -como demostraremos en forma analítica y
exhaustiva- un respaldo inicial de valor igual y luego siempre creciente.
Se trata de algo muy diferente del respaldo en oro que
tienen –cuando lo tienen- las Monedas Nacionales, y que, en general, es
inferior al total de la Emisión monetaria nacional.
Además ese respaldo mengua necesariamente cuando la
Balanza Comercial es negativa.
En fin ¿por qué llamarlo "respaldo" es decir: garantía?
Si nunca se ha leído que cuando una moneda se desvaloriza… ¡el Gobierno
reembolsa en oro esa moneda!
La Moneda en la antigüedad era sin duda, primitiva,
pero era intrínsecamente sana, pues era algo que tenía valor por si mismo:
metal, trigo, ovejas… y hasta la sal.
Muy pronto se reconoció que los metales, por su tamaño
reducido, a paridad de valor, por su divisibilidad, inalterabilidad, etc.
eran los más idóneos para la función monetaria y al mismo tiempo los
Gobiernos, para garantizar cantidad y calidad, pusieron sus sellos, es
decir empezaron a acuñar monedas.
Con el tiempo, el sello, que ponían los Gobiernos, se
consideró más importante que el contenido metálico de la Moneda, y así
ocurrió que los Gobiernos paulatinamente redujeron la cantidad de metal
fino en cada unidad monetaria, dejando inalterado el nombre de la moneda.
Los ciudadanos, naturalmente, quedaron estafados; sin
embargo la variación del valor era muy lenta, y la devaluación de la
moneda sólo podía notarse de una generación a la otra, aún porque la
circulación monetaria era muy reducida.
Las Monedas Nacionales, expresión concreta de la Moneda
Política, y que casi todos los hombres diariamente manejan empíricamente,
sin comprenderlas, hoy no son más, como en el pasado, discos de oro o de
plata, con un valor intrínseco, sino hojas de papel, en que cada Gobierno
afirma –así se lee en los billetes- que a simple presentación, el Banco
del Estado pagará al Portador el importe indicado.
¿Pero cómo lo pagará?
¡Entregando otros papeles iguales!
¿Cómo hemos llegado a una situación tan ridícula?
¿Podemos seguir así?
Los Gobiernos han reducido cada día más el mental en
las monedas, hasta que no el pueblo, sino los banqueros y los estudiosos
se dieron cuenta de la gravedad y el alcance de esa estafa.
En 1540 el afamado astrónomo Copérnico, proclamó que
cuatro eran las calamidades del mundo: la guerra, la carestía, las
epidemias y… el morbus numericum ¡es decir las enfermedades de las
monedas!
En 1775 Adam Smith escribió: ¡Los Gobiernos siempre han
pagado sus deudas con la devaluación de la moneda nacional!
No hablemos de John Law, que en 1717 inventó la Moneda
de Papel, pues hoy todos lo consideran un estafador; a la vez que ¡todos
los Gobiernos de hoy actúan peor que él!
La verdadera tragedia monetaria es algo muy reciente y
es característica imponente y monstruosa de este siglo.
¡El metal ha desaparecido y ha quedado solo el papel!
¡La devaluación ha llegado más allá de la fantasía
misma!
¡Se ha llegado a las estampillas de correo… de cien mil
millones -100.000.000.000- de marcos alemanes!
Hagamos una breve consideración al margen. En todas las
ventas diarias nacionales e internacionales que se desarrollan entre los
3.000 millones de habitantes de la tierra, por un lado hay una infinita
variedad de cosas que se venden y del otro lado hay solamente dinero.
Eso demuestra la importancia de la Monedad que actúa al
mismo tiempo como Medida del Valor. Sin embargo hay una enorme diferencia
entre esta Medida y todas las otras Medidas conocidas.
En efecto nadie puede pensar que, por ejemplo, la
longitud del metro o de la pulgada puede fluctuar de un día a otro o de un
lugar a otro, ni que pueda variar por ¡el estallido de una guerra o por el
cambio de Gobierno!
En otras palabras nadie podría pensar, que antes de
vender una tonelada de trigo, tendría que consultar el listín de la Bolsa
de Cereales para averiguar, por ejemplo, que el kilogramo, para el trigo,
aquel día, es de 970 gramos, y… ¡se prevé una rebaja!
Sin embargo eso es lo que ocurre con la moneda, y los
diarios comunican todos los días el valor de la moneda… junto con la
temperatura y la humedad del día.
En contraste con todo eso, afirmamos que la Moneda
Hallis, emitida por la Fundación es Invariable en el espacio y en el
tiempo.
Esta afirmación provoca la más violenta reacción de los
teóricos y de los prácticos, pues todos están convencidos de que no sólo
nuestra Moneda Hallis sino que ninguna Moneda Mundial Invariable puede
existir.
En efecto, todos piensan que cualquier Moneda Mundial
tendría que vencer:
- El choque inevitable con los Gobiernos que, todos,
tienen el Monopolio Monetario, y que obviamente, por eso, no permitirían,
ni siquiera, iniciar el diálogo.
- El poder aterrador de los que mañana tendrían el
mando de esa Moneda Mundial.
- La peligrosa gravitación sobre esa Moneda Mundial por
parte de las naciones financieramente poderosas.
- El diario rozamiento con las mudables e incoherentes
legislaciones monetarias de las cien naciones del mundo.
- Todas estas dificultades, verdaderas barreras, en
apariencia inexpugnables, han desalentado la audacia de cualquiera que
intentara enfrentarlas.
El fundador del Hallesismo, A.M.Trucco conocía muy bien
todo eso, sin embargo, no se desanimó.
La llave mágica de la Unificación le ofreció la
solución.
Su primera y fundamental consideración, que él
inicialmente intuyó, pero luego demostró, fue que el Problema Económico
Mundial es provocado por el fraccionamiento de la Economía Mundial en cien
Economías Nacionales.
Si los Estados Unidos mañana se separaran en sus
cincuenta Estados –que hoy tienen ya leyes civiles y penales diferentes- y
cada uno adoptara barreras aduaneras, monedas, leyes económicas, fiscales,
aduaneras distintas y contrastantes… ¿es necesario explicar cuales serían
las consecuencias?
¿Y, si, al revés, Latinoamérica se uniera
económicamente en una sola Nación?
Si embargo, A.M.Trucco no podía pensar en modificar la
situación política del mundo; y entonces ideó una Moneda, que actuara al
margen de toda política, y demostró que esta es perfectamente posible si
se respetan todas las leyes en cada nación y no se pide ningún privilegio
para la nueva Moneda, que sería solamente una moneda más, en la pizarra de
los cambistas.
En este caso no queda, que el Problema Técnico de la
Invariabilidad de la nueva Moneda. La Moneda Invariable es el sueño de
todos los Economistas, aunque sea irrealizable en la forma en que ellos la
conciben.
¡Nada es invariable en el universo y aún menos la
moneda!
Es absurdo pensar que al día siguiente de la
semidestrucción atómica de una ciudad, se pueda comer en un restaurant, al
mismo precio del día anterior, sólo porque se paga con… ¡moneda
invariable!
Por Moneda Invariable, en cambio, tenemos que entender
una Moneda estable, frente a las fluctuaciones recíprocas, no sólo de los
precios de las Mercaderías, sino que también de los varios Mercados
Nacionales, pero que tendrá que variar, frente a una modificación global
lenta o rápida, de la Economía de la Humanidad o a un imprevisto
excepcional acontecimiento mundial.
Nada más fácil que idear con la fantasía una Moneda
Invariable: basta recordar la Moneda que se sobreentiende en el Salario
Móvil. Lo que es muy difícil es realizar esa Moneda, en forma concreta.
E efecto si esta Moneda tiene el valor que el público
en cada momento sin querer, le confiere, no se puede por supuesto, hablar
de valor constante; y si en cambio ese valor corresponde a una Mercadería
perfectamente definida –aunque sea el oro- su valor cambiaría junto con el
valor de mercado de esa Mercadería.
Y entonces ¿dónde se puede encontrar prácticamente, no
idealmente, la estabilidad?
Nadie antes de la publicación del Plan Hallesint: supo
contestar a esta pregunta, y también son muy pocos, hoy, los que entienden
y saben justificar la Moneda Hallesint.
Para dar una primera idea de la solución monetaria, que
buscamos empezamos con una analogía mecánica, muy elemental.
Queremos mantener fijo con exactitud absoluta el nivel
del agua –valor de la moneda- puesta en un recipiente sin tapa, expuesta
al aire, al sol, al viento, a la lluvia, etc.- fluctuaciones de los
mercados-.
El problema que en el primer momento aparece como algo
muy enmarañado, en cambio es perfectamente soluble, siempre que se
disponga de un hilito de agua –casi un estilicidio- perenne, para
compensar las pérdidas eventuales por el viento y el sol, y al mismo
tiempo se haga un agujero, en la pared del recipiente, al nivel que se
desee mantener el agua –moneda a valor constante-.
La analogía es perfecta, siempre que se disponga, en el
caso de la moneda, de ese hilito de agua, es decir de la posibilidad de
reforzar la moneda, cuando baja su valor: problema, todavía insoluto pero
perfectamente soluble, de gran importancia y actualidad en las naciones en
desarrollo.
Otra analogía nos permitirá otro paso adelante.
Un jardinero quiere defender su jardín con una cerca de
dos metros de altura, y pondrá trozos de madera y ramas secas alrededor de
su jardín, sin embargo muy pronto se da cuenta de que el viento y la
intemperie van destrozando cada día más su construcción –devaluación
monetaria-.
Entonces él pone alrededor de su jardín una cerca viva
de arbustos espinosos. Esta vez, no sólo la defensa se releva suficiente,
sino que periódicamente tendrá que podarla ganando las ramas –superávit
monetario- para mantenerlas a la altura constante.
Vamos a traducir esas analogías. Todo reaclara si
encontramos en el campo monetario lo que corresponde al hilito de agua y a
la cerca viva.
La contestación es inmediata; la explicación en cambio,
requiere atención.
El hilito de agua y la cerca viva son representadas por
el interés. Esta es la contestación.
Vamos a buscar la explicación.
La Monedad Nacional provoca por su inestabilidad dos
fenómenos gravemente perturbadores: la Devaluación y el Interés.
La Devaluación y el Interés son dos fenómenos
correlativos: el uno es causa del otro, y provocan una recíproca
compensación. En la Literatura Hallesint, esta compensación se llama
"Invariado Monetario".
Es muy fácil demostrar que la Devaluación hace aumentar
el Interés.
En efecto, por ejemplo, si un Capitalista, que presta
normalmente su dinero al 8% anual, se entera de que la Moneda Nacional ha
aumentado su desvalorización anterior, en la medida del 1% mensual, tendrá
que pedir, por lo menos, (8+12=20), el 20% anual.
Menos fácil es demostrar que si se eleva la tasa de
interés, la Moneda Nacional tendrá que devaluarse fatalmente.
Y puesto que las tasas de interés aumentan cada día,
también las Monedas Nacionales aumentarán su devaluación burlando a todas
las leyes políticas, que le ordenan ¡mantenerse estable!
Lo que sigue es muy importante.
Supongamos que un rico moribundo deja su herencia de un
millón de dólares a la Sociedad para la protección de los animales, con
una sola condición de reservar la milésima parte de su herencia (1.000
dólares) al 5% anual, a un interés compuesto, durante 500 años, y cobrando
por propia cuenta, al vencimiento, la suma acumulada.
En pocos minutos con una simple tabla de logaritmos y
con asombro de todos, nos encontramos, a los 500 años con un importe
superior a la riqueza de todos los hombres de la tierra de manera que (en
esta fantástica hipótesis) los animales, con sólo 1.000 dólares de ley,
¡serían más ricos que todos los hombres! ¡El importe sería mayor de
cuarenta millones de millones (40.000.000.0000.000) de dólares!
Para que todo eso no se realice (y nadie pensará que
eso pueda ocurrir) es absolutamente necesario admitir que la Moneda (en
nuestro caso: el dólar) tendrá que devaluarse en medida… astronómica,
durante los 500 años, para que se compense, aunque parcialmente, ese
absurdo y monstruoso supervalor.
En general podemos concluir que la devaluación de todas
las Monedas, si siguen las actuales tasas de interés (5%) es inevitable.
Por otro lado la devaluación no puede superar el
interés, pues en este caso, los Prestadores, que, en verdad no tienen
obligación de prestar su dinero, se abstendrán de conceder préstamos, para
no perder dinero.
Si consideramos el interés, depurado de la pérdida de
la devaluación monetaria, llegaremos a la ganancia del prestador, y que
llamaremos Rédito Neto que tiene enorme importancia, como veremos, para la
Moneda Hallis, y es siempre positivo –por lo dicho- en un amplio promedio
de operaciones, por supuesto.
Una observación que hace reflexionar y al final da
escalofrío.
Norteamérica desde 1933, en evidente contraste con las
amas de casa americanas, sigue afirmando que el dólar mantiene inalterado
su poder de compra y al mismo tiempo la tasa del interés sigue alrededor
del 5% anual.
Hemos visto, y muchos controlarán nuestra cuenta,
dudando de su exactitud, que mil dólares, si no hay desvalorización,
llegaron a formar –al 5% anual- un caudal de más de 40 millones de
millones de dólares de hoy.
Es decir que si Norteamérica hiciera esta inversión,
pero con un millón de dólares, en cambio de mil dólares, a los 500 años
tendría, sólo por eso, más de mil veces de la actual riqueza mundial.
¡Todo eso, si fuera posible, sería legal! ¿Pero sería
justo?
La Revolución Hallesint, reduciendo el Rédito Neto
hacia cero, barrerá todos esos absurdos monetarios. ¡En nombre de las
Naciones en Desarrollo y del Trabajo!
El Prestador requiere, y exige siempre ese surplus
sobre la devaluación: y todos –legos y economistas- afirman ¡que se trata
de un derecho perfectamente justificado!
Hasta los Códigos Civiles, de las naciones que los
tienen, lo reconocen y lo determinan ¡en el 5% anual!
En cambio los Filósofos y muchas Religiones niegan la
legitimidad del interés.
El Concilio de Viena (1311) fue más allá y decretó la
nulidad de todas las legislaciones que no condenaran el interés.
Pero, en la realidad ¿pueden existir Ahorristas –no
filántropos- que prestan su dinero sin pedir interés?
Todos contestarán que "no pueden existir".
Por lo tanto resultará enormemente asombroso lo que
sigue:
No sólo existen en todo el mundo hombres –no
filántropos- que entregan su dinero, sin pedir interés, sino que
¡increíble! Renuncian además a cualquier compensación por la pérdida
debida a la devaluación.
¡Ni se trata de pequeñas cantidades de dinero!
En Argentina, hoy notoriamente en crisis pues su
devaluación monetaria es la más alta del mundo, hay más de 200.000.000.000
–doscientos mil millones- de pesos depositados en los bancos, en cuenta
corriente sin interés ¡y, lo que parece increíble, sin la menor
compensación por la devaluación!
Cabe agregar que Argentina representa –monetariamente-
menos del 1% -uno por ciento- de la Humanidad.
Es verdad que cada depositante tiene el derecho de
cobrar, en cualquier momento, su dinero, pero es verdad, también, que esa
masa monetaria depositada –y esto es muy importante para la comprensión de
la Moneda Hallis- está firme en el tiempo, y acaso aumenta diariamente.
Si una masa monetaria, por ejemplo 1.000 dólares, queda
inerte, -lo hemos visto ya- fatalmente se desvaloriza en el tiempo. En
cambio esa misma masa monetaria de 1.000 dólares, si se la invierte en las
Empresas –aún sólo al 5% anual- produce utilidades en medida sorpresiva
-40 millones de millones de dólares en 500 años-.
Estas utilidades, depuradas por supuesto de la
devaluación, corresponden al hilito de agua o al crecimiento de la cerca
viva de las dos analogías –mecánica y botánica- que hemos considerado.
¡Basta quitar estas utilidades, y entregarlas al
Gobierno Nacional –art.4 del Estatuto- para que queden nuestros dólares
sin ganancia pero firmes –nivel del agua y altura de la cerca- en su valor
anterior del primer día –Moneda Invariable-!
¡He aquí como nace la Moneda Hallis!
La Moneda Hallis, en el primer día puede tener
cualquier valor arbitrario, eso es, cualquier poder de compra, por
ejemplo, el poder de compra que tiene hoy, un gramo de oro en el Mercado
Mundial.
Vale decir que hoy un Hallis vale –en nuestra
hipótesis- un gramo de oro.
Pero si mañana el oro, por un descubrimiento mineral,
químico, atómico, etc. baja en su valor comercial, por ejemplo a la mitad
del valor actual, el Hallis valdrá dos gramos de oro, para mantener su
valor frente al Mercado actual, cuyos precios, en oro, habrán doblado.
¿Es posible eso?
Vamos a considerar todos los Títulos Fructíferos,
negociados en todas las Bolsas de una Nación cualquiera expresando sus
cotizaciones en oro de hoy.
Después de un año, repetimos esa operación, pero
agregando todas las Utilidades –Dividendos, Revalúos declarados o
latentes, etc.- producidas durante el año, expresando todo en oro de hoy
–repetimos: oro de hoy-.
Nos encontramos, lo hemos visto ya, frente a un
sobrante (Rédito Neto).
Supongamos que ese sobrante sea el 3% de la inversión,
siempre en oro de hoy.
Claro está que si en cambio de considerar todos los
Títulos Fructíferos de una nación, consideramos sólo la mitad, la décima,
la milésima parte, etc. de ellos, pero ¡cuidado! tomando cada vez la misma
fracción de cada emisión, el promedio de las utilidades, quedará
inalterado en su porcentaje –el 3% en nuestra hipótesis anterior-
Hagamos ahora una hipótesis, puramente aclarativa, pues
la Fundación no dispone ni de un gramo de oro, en propiedad, para
invertirlo.
Supongamos, inicialmente, que una Sede Nacional de la
Fundación invierta, por ejemplo una suma de dinero, veremos como la
consigue, correspondiente al valor de hoy de un millón de gramos de oro,
en la especial compra de los Títulos, arriba considerados, y al mismo
tiempo ofrezca en venta al público, un millón de certificados al precio,
cada uno, de un gramo de oro, dando por supuesto en garantía los títulos
comprados, incluyendo naturalmente las Utilidades futuras de esos Títulos.
Si el Público compra esos Certificados, que llamaremos
Cheques Hallesint, aquella Sede de la Fundación recobrará todo el dinero
gastado y nada más, a la vez que los Compradores de los Certificados
quedarían con los Cheques Hallesint, cuyo valor será: inicialmente su
valor nominal, y luego creciente.
¿Pero el público comprará esos Cheques Hallesint?
El Público los comprará sin duda.
Acordémonos de los 200.000.000.000 de pesos Argentinos
entregados en c/c a los Bancos, sin cobrar interés, y con la seguridad de
una devaluación monetaria.
Cabe agregar que el Pedido de Cheques Hallesint será
superior a la oferta y esto significa que si un Comprador se arrepiente o
necesita su dinero, encontrará siempre otro comprador, o lo que es lo
mismo encontrará el reembolso integral que buscaba, es decir cobrará
íntegramente su dinero en moneda nacional, más el aumento eventual por la
devaluación de la Moneda Nacional.
¡Qué diferencia con las c/c bancarias!
Es necesario aclarar cómo y por qué hemos presentado en
dos puntos el Cheque Hallesint en forma algo diferente de lo que determina
el art. 5 del Estatuto.
1- Cada Sede Nacional emite los Cheques Hallesint
gradualmente, y no en bloque, en conformidad a los pedidos del Público.
Eso ¡cuidado! excluye la necesidad de un Capital inicial de Inversión.
2- La Sede Nacional no invierte todo el dinero cobrado
por la venta de los Cheques Hallesint; y, en cambio, detiene una parte de
ese dinero para el caso, improbable, pero, ciertamente posible, que en
algún momento los reembolsos superan las ventas de los Cheques Hallesint.
Cabe notar que este caso no es ni frecuente como
demuestran diariamente las Cajas de Ahorro, ni es peligroso, pues la Sede
Nacional puede reducir la cotización del Hallis, en medida tal de empujar
los Portadores de Cheques Hallis a desistir del pedido del pedido de
reembolso o a cobrar los Cheques Hallis en otra Nación.
Vamos ahora a concluir.
1- Todas las Sedes Nacionales emiten Cheques Hallesint
del valor invariable de un gramo de oro de hoy. Por lo tanto todas las
Sedes Nacionales se encontrarán con una única Moneda Invariable, sin
posibilidad de inflación, del valor común constante de un gramo de oro del
primer día de la Fundación Hallesint.
2- Las Utilidades de las Inversiones, que –lo hemos
dicho ya- pertenecen a los Compradores de los Cheques Hallesint –en
conjunto-, como también las Utilidades Comerciales de la Fundación –art.7-
no se distribuyen, sino que quedan como reserva monetaria –verdadera
reserva y no ilusoria y falsa como la de los actuales Bancos de emisión-
para garantizar el reembolso a la vista de los Cheques Hallesint –y de los
Bonos Hallesint, como veremos- en moneda nacional, compensando las
inevitables devaluaciones monetarias.
3- Cuando esas reservas producidas serán consideradas
adecuadas, el superávit –utilidades- será entregado al Gobierno Nacional –art.4-
respectivo.
4- La emisión de los Cheques Hallesint, por parte de la
Fundación Hallesint, pero siempre a través de una Sede Nacional, es
ilimitada, sin que nunca se pueda provocar inflación.
En efecto cada Cheque Hallesint es simplemente un
Certificado de Depósito en c/c o en una Caja de Ahorro –con la sola
diferencia que es en Moneda Invariable-.
La Emisión Ilimitada se presenta como algo sorpresivo,
pues se piensa en monedas nacionales sin respaldo o en un comerciante que,
en vísperas de su quiebra, firma pagarés sin limitación, con la esperanza
de salvarse, a la vez que, en nuestro caso, hay respaldo inicialmente
igual, y luego creciente.
Acaso ¿sería razonable limitar los Depósitos en las
Cajas de Ahorro o en las Cuentas Corrientes en los Bancos?
5- Por otro lado las Sedes Nacionales, no la Fundación
Hallesint- no pueden emitir Cheques Hallesint, más allá de un dado límite
–art.5- a la vez que tienen la obligación de vender y rembolsar sin límite
–art.5 los Cheques Hallesint.
Esta aparente contradicción es, en forma total,
solucionada por los Bonos Hallesint, que presentaremos hablando de la
Financiación Hallesint.
He aquí como nace y actúa, sin previos acuerdos
políticos o internacionales la Moneda Hallis Invariable e Inquebrantable,
que no conoce la Inflación, y sobre la cual –como veremos- se eleva la
trascendental Financiación Hallesint automática e ilimitada, que permitirá
–en todo el mundo- el desarrollo de la Empresa –hoy privilegio de una
minoría de hombres en una minoría de naciones- aprovechando la técnica
inagotable que hoy –y aún más mañana- ¡se adelanta a nuestra misma
fantasía!
TRINOMIO HALLESINT
El panorama de todas las ofertas que llegan a los
Mercados materialmente o simbólicamente es fantasmagórico y casi de
vértigos.
Cualquier tentativa de ordenación económica, en esta
masa tan heterogénea se ha presentado siempre como una empresa
irrealizable.
La Revolución Hallesint logra unificar todas las
ofertas en tres distintas categorías, por medio de la característica
"tiempo".
Vamos a ver lo que va a ocurrir.
En la primera categoría agrupamos todo lo que ha sido
producido en el pasado, pero que ha sido guardado hasta el presente, y
¡cuidado! se ofrece en el Mercado Materialmente o Simbólicamente: casas,
fábricas, barcos, aviones, silos, autos, máquinas, muebles, trajes, joyas,
remedios, armas, juguetes, vacas, libros, trigo, café , ovejas, vino,
patentes, etc.
Todos estos Bienes tienen dueños que representan el
Pasado, y que llamaremos Ahorristas.
Este nombre está perfectamente justificado, pues esos
hombres, que ofrecen esos Bienes, producidos en el pasado, no los han
destruido y los han ahorrado.
En el Mercado encontramos una segunda categoría de
hombres, que ofrecen algo, pero no son Ahorristas. Ofrecen su cuerpo o su
inteligencia pero los ofrecen para producir algo.
Son los Trabajadores que representan el Presente y
forman una masa mundial imponente.
Encontramos: peones, maestros, labradores, músicos,
mecánicos, bailarines, marineros, médicos, bomberos, embajadores,
basureros, profesores, chóferes, cantantes, albañiles, contadores,
plomeros, hoteleros, enfermeros, periodistas, soldados, oficiales,
policías, ingenieros, etc.
En fin encontramos una tercera categoría de Hombres,
que no llevan nada, pues no son Ahorristas, ni se ofrecen para trabajar,
pues no son Trabajadores.
Al contrario, piden Bienes a los Ahorristas y trabajo a
los Trabajadores, ofreciendo, en cambio, algo futuro, algo que no existe,
pero que ellos se obligan a producir.
Hombres así se encuentran en todas las ramas de la
actividad humana.
Prometen construir, fabricar, producir, crear, etc.
cualquier de los Bienes que se le pide, en conformidad con la técnica
actual.
Son los Empresarios que representan el Futuro.
No hay posibilidad de encontrar otros participantes en
el Mercado.
Sólo Ahorristas, Trabajadores y Empresarios, que
constituyen el Trinomio Hallesint. No hay lugar para ningún otro pues no
existen más que el Pasado, el Presente y el Futuro.
¡Este es un triunfo más de la Unificación!
¡Nadie, hasta hoy, había hecho este planteo!
Vamos ahora a conocer más de cerca el Ahorro, el
Trabajo y la Empresa.
El Ahorrista hasta cuando goza de su ahorro, a su
antojo hasta el despilfarro, no molesta a nadie. Pero, si su ahorro
consiste en dinero, y el lo da en préstamo pero pide la restitución
después de un tiempo, con un premio –interés- nace un Problema que hemos
considerado ya, hablando de la Moneda Hallis, y que ahora volvemos a
considerar.
Queremos dejar sentado bien claro, que naturalmente
hablamos siempre de Préstamos Garantizados excluyendo cualquier riesgo.
Es decir que el deudor tiene que devolver íntegramente
el dinero recibido, además del interés. No consideramos, ni podemos
considerar la insolvencia del deudor lo que es un asunto individual, que
no interesa a la Economía.
Hemos visto que una parte del Interés compensa la
devaluación monetaria, y a la vez que la parte residual, que hemos llamado
Rédito Neto, se encuentra en una situación muy equivocada.
Por un lado los teóricos afirman que este Rédito Neto,
no tiene ninguna justificación. Por ese lado ese Rédito Neto existe; todos
los Ahorristas lo cobran, y es convicción general, que un capital tiene
que dar un fruto, una ganancia: ¡el interés!
Además la Fundación Hallesint lo cobra también, en las
Utilidades de los Títulos Fructíferos que por su Estatuto tiene que
comprar.
Sin embargo –art.4- la Fundación Hallesint, devuelve a
los Gobiernos respectivos esas Utilidades –depuradas de la devaluación-.
La situación es evidentemente confusa. La confusión
aumenta con nuestra siguiente afirmación, sin duda asombrosa: "La
esclavitud económica no sólo existe todavía, también en las naciones más
adelantadas, sino que sigue como antes, y acaso aún más".
Los esclavos del siglo XX comen bien, tienen la luz
eléctrica, y hasta el televisor… ¡pero son esclavos!
Los dueños de los esclavos son personas, a menudo
respetables, cultas y contribuyen en Asociaciones filantrópicas y en la
construcción de Iglesias ¡pero son dueños de esclavos!
Un siglo atrás en EEUU la esclavitud era perfectamente
legal, y un hombre podía tener a sus órdenes, por ejemplo, diez esclavos
con la sola obligación, de hecho, no de derecho- de entregarles el mínimo
necesario para sobrevivir y trabajar.
Estos esclavos, hombres y mujeres, tenía la tarea de
hacer más agradable la vida del dueño.
Ahora bien, aunque parezca increíble, ¡hoy ocurre lo
mismo!
Los hijos de los esclavos eran también esclavos, y eso
en perpetuidad. Hoy el dueño paga los servicios de los diez hombres y
mujeres –no más llamados esclavos- con los intereses de su capital, y esos
intereses le darán en perpetuidad la posibilidad de pagar esos diez
¡esclavos!
Al dueño seguirán sus herederos, y a los diez hombres y
mujeres seguirán otros diez hombres y mujeres durante los siglos. En esta
forma ¡la nueva esclavitud toma forma eterna!
¡Esto no es humano! ¡No puede seguir así!
La Revolución Hallesint aclara todo lo que precede.
El Ahorrista aumenta el alquiler del dinero –interés-
cuando mengua la competencia, y lo reduce hacia cero, si, en cambio la
competencia aumenta.
Eso es, la tasa de interés, baja cuando aumenta el
Ahorro en el Mercado ¡pero cuidado! la tasa de interés estará siempre
arriba de la tasa de devaluación de la Moneda.
La reducción hacia cero del Rédito Neto, es decir la
desaparición de la ganancia del Capital no invertido –que es un blanco de
la Revolución Hallesint- hará desaparecer también la actual esclavitud del
hombre.
Entre los Ahorristas se encuentra un Participante, muy
especial, y que es más rico y poderoso de todos los otros Ahorristas
juntos.
Se trata de un Ahorrista excepcional, que ha acumulado
su Ahorro desde el primer día de la civilización y que ofrece su tesoro,
su Ahorro, en forma gratuita, sin límites, a todos, y ¡cuidado! sin que
ese Ahorro se desgaste, se consuma o desvanezca.
Es el Ahorro de la Humanidad, que sobrevive a la muerte
de todos los hombres.
Es el resultado ultramilenario de las actividades de la
Humanidad: la ciencia, el arte, la medicina, las leyes, etc. como también
los caminos, los puentes, los puertos, los monumentos, etc. y en fin un
sinnúmero de recursos naturales puestos al descubierto y desarrollados.
Este Ahorro está a disposición de todos pero, en la
realidad, para aprovecharlo, se necesita algo que no todos poseen.
El Trabajo, como también el Ahorro y la Empresa, nada
puede hacer, si queda aislado o está en conflicto con esos dos otros
términos del Trinomio, y tiene que estar a la zaga del Capital y la
Empresa.
La parte de la producción mundial que pertenece al
trabajo a priori no se puede determinar, es el Mercado que lo determina.
Sólo por razones elementales de humanidad, se debe reconocer no solo al
Trabajador, sino a cualquier componente de la Humanidad, aunque fuera un
delincuente, una participación en la producción de la Humanidad.
Se trata de un mínimo no reducible y que tendrá que
aumentar cada año con el aumento de la Producción mundial –per cápita-.
No se puede hablar de un precio justo del trabajo sino
de un precio de mercado que tiene un máximo –tope- cuando la Empresa, en
una especial rama de actividad, no encuentra más conveniencia a
expandirse, por el alto costo del trabajo.
También hoy este tope se encuentra pero el actual
reducido desarrollo de la Empresa –frente a las enormes posibilidades que
ofrece la Técnica- mantiene bajo el pedido de Trabajadores –desocupación-
y por ende queda bajo el nivel de los Salarios.
Por lo tanto los Trabajadores son los más interesados
al desarrollo de la Empresa, que ellos, al revés, consideran como enemiga
o por lo menos una explotadora.
¡Cuándo los Trabajadores llegarán a comprender
profundamente lo que precede serán los mejores aliados de la Empresa!
La Empresa pide Ahorro y Trabajo y promete pagar con
Bienes Futuros.
Pide uno al Ahorro, uno al Trabajo y promete producir
tres. No crea nada de la nada.
Lo que crea, en apariencia, de la nada, es lo que logra
aprovechar gratuitamente del Ahorro de la Humanidad.
Aquí está el secreto de la Empresa, mejor dicho: del
Empresario, pues es verdad que el Ahorro de la Humanidad no cuesta nada,
pero repetimos, se necesita algo que no todos poseen.
La Empresa puede actuar en cualquier lugar y en
cualquier ramo de la actividad humana.
Puede ser Empresario un campesino como Jefe de un
Estado.
Cristóbal Colón fue un gran Empresario, pues con un
pequeño Ahorro –tres carabelas- y un puñado de hombres, descubrió un nuevo
mundo.
Los Empresarios más grandes son los Sabios, los
Artistas, los Exploradores, los Inventores, etc.
Sus creaciones, a veces, parecen obra de magia.
Ni siquiera hay relación entre lo que ellos producen y
la remuneración que obtienen ¡cuando logran conseguirla!
La Humanidad tiene que inclinarse reverente ante ellos,
como ante verdaderos Creadores.
La Empresa prepara y domina el Futuro.
La Empresa, fermento del Desarrollo, madre del
Progreso, creadora del Ahorro, es la manifestación económica de la
libertad, y es exactamente el opuesto de la Burocracia que es necesaria,
pero es siempre árida, sórdida, mezquina y estéril. ¡Símbolo de la
mecanización intelectual!
La Empresa representa: habilidad, preparación,
intención, acierto, individualidad, perspicacia, reflexión, equilibrio,
genialidad, vocación.
La Empresa requiere: coraje, arrojo, valor, anhelo,
audacia, osadía, entusiasmo, pasión.
La Empresa es animada por Esperanza, Fe, ambición,
voluntad, carácter, firmeza, fortaleza, perseverancia, tesón ¡Espíritu
Creador!
La Empresa es una Obra de Arte.
¡Cómo se puede pensar que todo eso se encuentra en la
Burocracia Estatal, aunque animada por fanático fervor comunista!
La Revolución Hallesint soluciona el equilibrio entre
el Ahorro, el Trabajo y la Empresa.
La palabra "equilibrio" nos lleva a la Mecánica y
justamente una analogía mecánica podrá ayudarnos.
Tres hombres, igualmente robustos, están sentados
alrededor de una mesa redonda, a igual distancia entre ellos. En el centro
de la mesa hay un anillo libre, al cual están atadas tres sogas que llegan
a los tres hombres, que tiran con toda su fuerza la soga que le
corresponde.
Es muy difícil que el anillo quede firme; y, si eso
ocurriera, sería muy fácil desplazarlo sin que ninguno de los tres hombres
aumente su esfuerzo.
Sería suficiente que dos cualquiera de los tres se
acercara entre ellos, frente al tercero, que naturalmente no podría
enfrentar los dos juntos.
Algo parecido ha ocurrido y todavía ocurre con el
Ahorro, el Trabajo y la Empresa.
Se pueden hacer tres hipótesis; y no más de tres.
El trabajo se puede juntar con la Empresa, la Empresa
con el Ahorro, el Ahorro con el Trabajo.
Si el Trabajo y la Empresa se juntan contra el Ahorro
nada podrá lograrse, porque se necesitan los Bienes del Ahorrista para
actuar "económicamente".
Es el caso de las Colonias que logran la independencia
política, y rompen los vínculos económicos con la madre patria.
Es el caso también de aquellas naciones de América
Latina que en nombre de la dignidad nacional rechazan las inversiones del
exterior ¡y lo que es asombroso, al mismo tiempo simulan alentarlas!
Cabe notar que el Ahorro de la Humanidad no puede
producir nada si falta –en este caso- el Ahorro particular, que funciona
como levadura indispensable en la actuación de la Empresa.
Si en cambio la Empresa y el Ahorro se juntan contra
los Trabajadores, que si no trabajan no comen, los sujetan con toda
facilidad:
Nace así el Capitalismo que ha creado la actual
maravillosa civilización, pero a espaldas del Trabajo.
Se trata de una posición de desequilibrio que puede
llegar a situaciones explosivas, pero no todos lo entienden.
Si en fin el Ahorro y el Trabajo se juntan contra la
Empresa, la aplastan con toda facilidad, pues la Empresa no tiene fuerza
material, y su reacción no puede tener otra forma que la de una abstención
pasiva.
Nace así el Comunismo.
En el Comunismo actúa el Ahorro, además del Ahorro de
la Humanidad, pero no los Ahorristas, que en formas diferentes han
desaparecido.
El Ahorro particular en el régimen comunista pertenece
a los Trabajadores ¡pero es la Burocracia estatal que lo administra!
El Comunismo ha matado a la Empresa, ¡y todavía no se
da cuenta de su error!
¡Ni Capitalismo, ni Comunismo!
El Equilibrio Hallesint alumbrará la Economía Mundial.
La Empresa financiada sin límites, como veremos, por la
virtual fusión de los Ahorros nacionalizados en el Ahorro Mundial, hoy
fraccionado por las barreras políticas, explotará por completo la técnica
acompañándola en su fantástico desarrollo.
El Trabajo en contraste con el comunismo, no tendrá el
mando de la Humanidad, pues no lo merece por su falta de autonomía, pero
no será más esclavo del Capital.
El Ahorro inerte, no invertido, no tendrá más el
derecho de esclavizar al hombre.
El Trinomio Hallesint brillará como una aureola divina
sobre la Humanidad, que descubrirá a sí misma.
FINANCIACIÓN HALLESINT
El progreso económico de la Humanidad es debido
especialmente a los adelantos de la Técnica, en el sentido más amplio de
la palabra, pero hemos visto ya que este Progreso es alcanzado
diariamente, en todo el mundo, por la concreta actuación de la Empresa.
La Empresa para actuar necesita del Trabajo de los
Trabajadores, que, en general, nunca faltan, y del Ahorro de los
Ahorristas, que en cambio no siempre se logra conseguir.
Si falta el Ahorro inicial, la Empresa, aún cuando
llega a nacer, languidece, y en fin muere.
Si en cambio la Empresa logra aprovechar el Ahorro, en
forma adecuada y conveniente, en general se desarrolla produciendo
utilidades y también nuevo Ahorro.
Si el Ahorro así producido se reinvierte en la Empresa,
y así en adelante, la Empresa llega a dimensiones siempre mayores,
imponentes, y que hasta dan la impresión de una creación de la nada ¡casi
de un milagro!
El Préstamo, o la contribución, que el Ahorro entrega a
la Empresa se llaman Financiación.
La Financiación puede ser conspicua o bien mínima como
una levadura, pero nunca puede faltar.
Una Guerra de conquista o de liberación puede requerir
como financiación el Ahorro de la entera nación.
El descubrimiento de América fue financiado con tres
carabelas y nada más.
El Ahorro invertido en la Empresa participa en las
ganancias de la Empresa en medida muy variable, pero tan menor cuanto
mayor es el Ahorro ofrecido en el Mercado.
Hablando de la Moneda Hallis, hemos visto que si el
Ahorro en el Mercado fuera muy abundante, casi ilimitado, el Ahorrista
ganaría muy poco, casi nada, por la recíproca competencia de los
ahorristas.
En este caso, en cambio, la Empresa se desarrollaría en
medida imponente, casi fantástica.
La Fundación Hallesint, sigue este rumbo, superando
virtualmente las fronteras nacionales, y poniendo a disposición de la
Empresa, el Ahorro mundial.
Todos encuentran muy obvio que la Empresa produzca
ganancias, pero ni los legos, ni los Economistas contestan con claridad a
la pregunta: "¿de dónde la Empresa recaba sus ganancias?"
El Hallesismo, en forma absolutamente original,
contesta sencillamente –lo hemos visto ya tratando de la Moneda Hallis
pero conviene repetirlo- que las Empresas, todas, aprovechan en medida
diferente, pero constantemente, el Ahorro de la Humanidad.
Y si por cualquier razón no logran aprovecharlo,
fracasan.
Repetimos, aclarando, lo que hemos dicho.
El Ahorro de la Humanidad se ha formado y acumulado,
durante muchos milenios, en medida creciente, sobreviviendo a la muerte de
cada hombre.
Comprende la ciencia, la técnica, las artes, la
medicina, los idiomas, las leyes, etc. como también los caminos, los
puentes, los puertos, los canales, los monumentos, las bibliotecas, etc. y
un sinnúmero de recursos naturales, puestos al descubierto y
desarrollados.
Tiene tres características trascendentales, que lo
diferencian de cualquier Ahorro particular, ya sea individual como
colectivo, y las repetimos, para que nos ayuden a comprender porque
hablamos de Financiación sin límites:
1- es inmenso, casi inconmensurable.
2- No cuesta nada, para aprovecharlo.
3- No se consume usándolo.
La Empresa, aparte de eventuales dificultades
circunstanciales, se enfrenta con dos trabas muy graves.
La Primera Traba, la hemos visto ya, es la necesidad de
Ahorro, desde el momento de su concepción en la mente del Empresario,
hasta cuando llega al nivel productivo.
La Empresa es como un niño que necesita ropa y
alimentos para sobrevivir y crecer, hasta el momento en que puede vivir
con sus propios medios y recursos.
¡Cuántas Empresas han fracasado por falta de capitales!
¡Y cuántos geniales inventores han muerto en la pobreza o en el manicomio
por falta de financiación!
¡Y no olvidemos a América Latina que no llega a salir
de su actual subdesarrollo, únicamente por falta de financiación! Que
espera de los corazones extranjeros, y todavía no se ha dado cuenta de que
¡sólo el Plan Hallesint puede proporcionarle!
La Empresa tiene que enfrentar una Segunda Traba. En
efecto tiene no solo la tarea de producir, sino que también la de vender
la producción.
Ahora bien, la posibilidad de vender puede llegar a un
límite no superable, no por culpa de la Empresa, sino por ¡falta de
compradores!
En este caso la Empresa queda ahogada en la abundancia
de su misma producción, y si no puede volver atrás, corre el peligro de
quebrar.
Cuando eso ocurre, la Empresa empieza buscando mercados
en el exterior, con el arma del dumping, pero que tiene una limitación. Y
cuando el peligro se manifiesta en la mayoría de las Empresas de una
nación, se puede llegar y se ha llegado a la guerra, para la conquista de
Mercados en el extranjero.
La Fundación Hallesint enfrenta las dos trabas,
logrando una solución única, común y simultánea, con asombro de todos.
Vamos a desarrollar el tema en forma gradual,
presentando, ante todo, la solución teórica del problema, y luego la
solución práctica inmediatamente actuable, ofrecida por la Fundación
Hallesint, al margen de la Política, con la adhesión entusiasta de los
Gobiernos, de los Empresarios y de los Pueblos de todo el Mundo.
La Solución teórica es muy sencilla. Además una
analogía nos ayudará mucho.
Si hay, en una región cualquiera del mundo dos
territorios limítrofes: uno aguanoso –pantano- y otro árido –desierto- ,
se podrá –teóricamente- transformar los dos territorios en dos jardines
lozanos y florecientes, haciendo llegar el agua exuberante del pantano
hasta el desierto sediento.
En nuestro caso tenemos: por un lado Empresas que
necesitan capitales; aclaremos: maquinarias, motores, aparatos, productos,
patentes, etc. y por otro lado Empresas, que producen y ofrecen todo eso,
en demasía –superproducción- ansiando venderlo.
La solución teórica sale de inmediato: compensar
aquella deficiencia con esta exhuberancia, con ventajas para todos.
En otras palabras; la Traba de la superproducción se
transforma en Ahorro para fecundar –financiar- la Empresa en desarrollo.
Y esta solución aunque teórica, nos sugiere algo más
muy interesante.
En efecto, después de efectuada esa compensación, el
asunto no habrá terminado: las Empresas desarrolladas podrá seguir –y con
costos decrecientes- en su superproducción, a la vez que las Empresas en
desarrollo, no se habrán agotado, y seguirán pidiendo, como Ahorro de
financiación, esa nueva superproducción, con evidente ventaja para todos.
Supongamos que una Empresa para desarrollarse tenga que
comprar en el Exterior –en una nación industrial, exportadora, ahorrista-
maquinarias por cien millones de dólares.
Normalmente puede hacerlo, pagando el importe en varios
años, en dólares, dando, por supuesto como prenda las maquinarias mismas.
Sin embargo, en una nación en desarrollo, el gobierno
no queda indiferente, frente a esta operación, considerando que por el
hecho mismo de estar en desarrollo, enfrenta el problema de la falta de
dólares.
El Gobierno por lo tanto, interviene y obstaculiza la
compra, poniendo recargos monstruosos a la importación o vetándola
terminantemente o bien, si fuera necesario, buscando, con concesiones
políticas, préstamos en dólares para pagar la importación.
¡Hoy es este el panorama!
La Fundación Hallesint interviene y por medio de la
Moneda Hallis soluciona el problema entregando al Importador los Hallis
correspondientes contra Monedas Nacionales al cambio del día.
Sin embargo la Moneda Hallis, que nos ha allanado el
camino, no puede acompañarnos más adelante. El art. 5 del Estatuto de la
Fundación limita –y con razón- la emisión de las Monedas Hallis, de cada
Sede nacional, hasta el valor de la importación de la respectiva nación en
el año anterior.
Sin embargo ¡cuidado! por otro lado cada Sede Nacional
tiene que estar –en cualquier momento- en condiciones de vender Cheques
Hallesint por cualquier importe.
En esta aparente contradicción que luego aclararemos,
está el secreto final de la Financiación Hallesint.
El art. 5 del Estatuto de la Fundación dispone que cada
Sede Nacional pueda emitir Bonos Hallesint, en Moneda Hallis.
Los Bonos Hallesint difieren de los Cheques Hallesint
sólo en lo siguiente:
a- Son reembolsables solamente en la Sede que los ha
emitido –a la vez que los Cheques Hallesint son reembolsados en cualquier
Sede.
b- Tienen un valor creciente, en concepto de
acumulación de intereses, cuyo importe es determinado periódicamente por
la Sede Emisora a su insidencable juicio.
c- Pueden emitirse sin límite.
Consideremos la Gráfica Nº 1:
Financiación Internacional Actual, en la cual, por
sencillez, supongamos que existan solamente dos naciones:
A: Industrial, Exportadora, Ahorrista.
Z: En desarrollo, Importadora, Deudora.
La fábrica A entrega su producción a la Empresa Z pero
pide, a corto plazo, el pago en moneda fuerte, por ejemplo: dólares, Los
recursos son rápidamente agotados. En efecto la Empresa Z, después de
haber vendido el primer lote de Acciones en la Bolsa, y cobrado el precio
–en Monedas Z- pide al Banco Central Z –o a un cambista- la conversión de
esas Monedas en Dólares, que se apresura a enviar a la Fábrica A en pago
de la Mercadería, que necesitaba.
¡Sin embargo muy pronto caen las ilusiones!
Empieza la Bolsa de Z por falta de Ahorro disponible a
no comprar más acciones de la Empresa Z, y eso es suficiente para… una
quiebra; pero hay algo más: el cambio de Moneda Z en dólares en el Banco
Central Z se presenta, cada día más, muy difícil.
El Banco Central Z no dice no; pero hace algo peor,
aumenta el precio del dólar en una forma hipócrita y monstruosa: en la
realidad declara un precio oficial por el dólar pero… hace pagar un
recargo, que a menudo llega al 150% del valor de la mercadería y que,
agregando derechos y otros gastos, que no se pagan en Moneda Nacional sino
en… ¡dólares! Se transforma en 200% ¡En total se pagan 3 dólares en cambio
de 1 dólar!
No se trata sólo de hambre fiscal de dinero, sino de un
propósito deliberado y declarado ¡cortar las importaciones!
El Gobierno, en defensa de la moneda nacional, inicia
una guerra –de facto- no declarada, antes bien, disimulada e inconsciente
en el campo económico y fiscal contra la Empresa.
Frente a esta situación la Empresa ¡se desalienta y se
rinde!
¡Empieza la espiral infernal del subdesarrollo!
Antes de pasar a la Gráfica Nº 2 –Financiación
Hallesint- tenemos que poner en evidencia la suerte que han tenido los
dólares que la Empresa Z había enviado a la Fábrica A.
Claro está que la Fábrica A se ha apresurado a cambiar
esos dólares en Moneda A, pero vamos a seguir ahora esas Monedas A hasta
la Bolsa A donde la Fábrica A, las ha cambiado en Títulos de Ahorro.
Vamos a aclarar mejor todo eso, porque es esencial para
la demostración.
La Fábrica A ha enviado la Mercadería a la Empresa Z,
prelevándola de su superproducción, pues hemos supuesto que estamos, en
una Nación Industrial, es decir en una Nación que está en la fase de
Ahorro.
Afortunadamente (¿?) hoy estamos en una crisis mundial
de superproducción; y en cualquier ramo de la industria mundial hay
ofertas competitivas. Se concederían plazos de pago hasta más de diez
años, siempre que se pudieran dar todas las garantías correspondientes.
Por eso, es decir, porque hoy no se pueden dar esas
garantías, las Naciones en desarrollo no pueden encontrar créditos a largo
plazo en el Exterior.
Y puesto, que, en cambio, la Fundación –como veremos-
puede dar esas garantías, justamente por eso, podemos hablar de una
Financiación Automática Hallesint.
La Gráfica Nº 2 –Financiación Hallesint- es muy
parecida a la anterior, pero revela la intervención revolucionaria de la
Fundación Hallesint.
Lo que se nota enseguida es la sustitución de los
Bancos Centrales, que hoy manejan directamente o indirectamente los
dólares en las naciones en desarrollo, con las Sedes Nacionales de la
Fundación, y luego una circulación de Cheques Hallesint, y Bonos
Hallesint, en lugar de dólares.
Sea dicho de paso, que nadie piensa en modificar en lo
mínimo los Bancos Centrales.
Al contrario la Fundación da un enorme alivio a los
Bancos Centrales, que no serán más, como ahora, verdugos involuntarios de
la Economía Nacional, sino colaboradores serenos y satisfechos del
desarrollo del país.
Siguiendo la Gráfica Nº 2, notamos:
La Empresa Z vende en la Bolsa Z un primer lote de sus
Acciones y cobra su importe en Moneda Z, que envía a la Sede Hallesint Z
en cambio de Cheques Hallesint.
Luego envía esos Cheques Hallesint –como en la gráfica
Nº 1 enviaba los dólares- a la Fábrica A retirando la Mercadería que
necesitaba.
Todo como antes, pero Cheques Hallesint en cambio de
dólares.
Sin embargo pasa algo.
La Sede Hallesint de Z por el artículo 5 del Estatuto,
tiene la obligación de invertir sus disponibilidades en Moneda Nacional
comprando en la Bolsa Títulos Fructíferos ya cotizados.
Por otro lado, la misma Sede Hallesint de Z tiene –art.
5- que reintegrar los Cheques Hallesint vendidos a la Empresa Z, y no
tiene otro recurso para comprarlos en las otras Sedes de la Fundación.
Supongamos que las comprar en la Sede Hallesint de A
como indica la Gráfica Nº 2.
Nos encontramos con este Problema ¡que la Sede
Hallesint de Z no tiene Monedas A para comprar esos Cheques!
Aquí interviene el art. 5 que autoriza el intercambio
sin límite –entre todas las Sedes H- de Cheques y Bonos.
La Sede Hallesint de A dispone de un sobrante de
Cheques Hallesint –por tratarse de una Nación exportadora-, pues tiene un
saldo positivo en su balanza comercial, y será dichosa de permutar Cheques
Infructíferos con Bonos Fructíferos. Al final tendremos en la Nación Z, lo
siguiente:
La Empresa Z ha obtenido la Mercadería que necesitaba y
la ha pagado.
La Sede Hallesint de Z, ha sido reintegrada de sus
Cheques Hallesint, y compensa los Bonos Hallesint de Z, que ha entregado a
la Sede Hallesint de A, con los Títulos Fructíferos de Z, que había
comprado.
La Bolsa Z ha aumentado, con las acciones de la Empresa
Z el total de las Acciones de su "pizarra", debido al Ahorro Fresco,
entregado por la Sede Hallesint de Z.
Este resultado nos da la llave de la Financiación
Automática Hallesint.
En efecto nos encontramos como en el momento inicial, y
podremos repetir, siempre que la Empresa Z lo merezca, la venta de
Acciones de la Empresa Z, etc. llegando al final otra vez a la posición
inicial.
Se podrán repetir todas las operaciones, sin límite,
siempre que la Empresa Z, u otras Empresas lo deseen y el Mercado
accionario quiera comprar sus Acciones.
Vamos a considerar lo que pasa en la Nación A.
La Fábrica A ha recibido los Cheques Hallesint de la
Empresa Z y los cambia, en Monedas A en la Sede Hallesint de A. Con estas
Monedas A, compra, en la Bolsa A, Títulos de Ahorro, como hemos aclarado
ya, en la Gráfica Nº 1.
La Sede Hallesint de A, con esos Cheques Hallesint,
recibidos de la Fábrica A reintegra su masa de Cheques Hallesint
compensando los que había entregado a la Sede Hallesint de Z; pero ahora
tiene que reintegrar también las Monedas Hallesint que ha entregado a la
Fábrica A.
Por eso emitirá y venderá en la Bolsa A un importe
igual de sus Bonos Hallesint de A, pero que darán un interés inferior que
dan los Bonos Hallesint de Z, por tratarse de una Nación Ahorrista,
cobrando Monedas A.
Al final la Sede Hallesint de A se encontrará como
antes y luego ganará la diferencia de interés entre los Bonos Z y los
Bonos A.
Para la mejor y completa comprensión de la Gráfica Nº 2
puede ser útil mirarla en forma sintética; reconociendo ante todo su
armónica configuración, frente al aspecto claudicante de la Gráfica Nº 1,
que además adolece de una mancha imperdonable –Préstamos Políticos-.
En la Gráfica Nº 2 encontramos en su interior tres
circulaciones monetarias –Monedas A, Cheques Hallesint y Monedas Z- que
pueden actuar sin necesitar, en ningún momento, nueva alimentación
monetaria del exterior.
Encontramos en su periferia una circulación que
demuestra la transformación gradual de las Acciones de la Empresa Z en
Mercadería de la Fábrica A.
- La Empresa Z vende sus Acciones, contra Monedas Z en…
- La Bolsa Z, que vende sus Acciones cotizadas contra
Monedas Z a…
- La Sede Hallesint de Z, que permuta sus Bonos
Hallesint de Z contra Cheques Hallesint…
- Con la Sede Hallesint de A, que vende sus Bonos
Hallesint de A contra Monedas A…
- En la Bolsa A, que vende sus Títulos de Ahorro contra
Monedas A…
- A la Fábrica A, que vende su Mercadería contra
Cheques Hallesint a…
- La Empresa Z, cerrando el ciclo.
El Balance Final es totalmente satisfactorio.
La Fábrica A ha vendido su superproducción.
La Empresa Z ha logrado su financiación ilimitada.
La Sede Hallesint de Z gana la diferencia de intereses
entre las Acciones Cotizadas, y sus Bonos Hallesint de Z.
La Sede Hallesint de A gana la diferencia de intereses
entre los Bonos Hallesint de A y los Bonos Hallesint de Z.
Los Bancos Centrales quedan aliviados del Problema
Monetario.
Las Bolsas quedan aliviadas por la llegada de Ahorro
Fresco.
Las Naciones Exportadoras desbaratan el espectro de la
sobreproducción.
Las Naciones en Desarrollo se salvan de la espiral
infernal del subdesarrollo.
En nuestras Gráficas 1 y 2 hemos considerado solamente
dos Naciones A y Z de tipo diferente: A –Industrial, Exportadora,
Ahorrista- y Z –En desarrollo, Importadora, Deudora-.
En la realidad nos encontraremos, en cambio, con más de
cientos de Naciones, cada una en muy diferentes condiciones financieras.
Las Sedes Nacionales Hallesint de estas Naciones van a
constituir un Mercado Muy Especial, donde se venden solamente Bonos
Hallesint, con tasas de intereses muy bajas, alrededor del 2% anual, pero
diferentes entre sí, y que se pueden comprar sólo con Cheques Hallesint.
En este "Mercado de las Sedes Nacionales" vendedores y
compradores son empujados a efectuar terminantemente las operaciones de
compra-venta, pues las Sedes Vendedoras de Bonos Z necesitan los Cheques
Hallesint para corresponder a la condición ineludible –art.5 del Estatuto-
de vender desde sus ventanillas, sin limitación Cheques Hallesint; a la
vez que las Sedes Compradoras de Bonos Z tiene el evidente deseo de
cambiar sus Cheques Hallesint infructíferos con Bonos Hallesint
Fructíferos.
Así termina la presentación de la Financiación
Hallesint, que hemos demostrado, aunque en forma somera, automática, al
margen de la política y prácticamente ilimitada.
¡Qué diferencia con el actual Mercado Internacional de
Capitales!
ECONOMÍA HALLESINT
Mañana después del triunfo de la Revolución Hallesint,
nadie podrá añorar la actual Economía Política.
En efecto:
- en primer lugar la empresa, encontrando la
Financiación que buscaba, puede desarrollarse sin límites, mientras se
desata una muy activa competencia entre los Empresarios cuyo número
aumentará rápidamente, saturando todos los renglones de la técnica, y
aprovechando todos los recursos naturales.
También hoy encontramos competencia pero que se
desarrolla, con evidente injusticia, entre los Empresarios de las naciones
ricas y los Empresarios que viven en naciones o en ambientes pobres.
Esta grave y esterilizante injusticia social la
Fundación, con su Financiación Automática, logrará eliminarla.
- En segundo lugar el Trabajo, frente al creciente
pedido de Trabajadores, provocado justamente por la expansión de la
Empresa, podrá conseguir mejores salarios hasta el tope, es decir hasta
cuando los Empresarios menos valientes, no pudiendo pagar salarios
elevados, anulan el pedido de Trabajadores, y así se restablece el
equilibrio.
Hay también hoy un límite, pero es de otra naturaleza;
la actual escasa expansión de la Empresa hace aparecer elevada la oferta
de Trabajadores, que por lo tanto, para comer, tienen que aceptar
cualquiera sean las leyes laborales, salarios mínimos.
Por eso también para el Trabajo, la importancia, no
sólo económica, sino que también social, de la Empresa expandida y
exaltada por mérito de la Financiación Hallesint es enorme.
- En tercer lugar el Ahorro sale ganando por la
constancia de valor de Moneda Hallis, mucho mejor que el dólar, y que dará
tranquilidad y seguridad a los jubilados, pensionados, asegurados, etc. y
dará también estabilidad y seriedad al Salario Móvil, hoy calculado en
forma muy discutible.
Por otro lado la reducción de la tasa de interés,
provocada por la Fundación Hallesint, hará aparecer a los Ahorristas como
defraudadores, casi víctimas, y por lo tanto se impone una aclaración.
El Ahorrista no será defraudado, en absoluto; al
contrario será defendido de la agresión de la devaluación. Lo que perderá
paulatinamente será la ganancia de monopolio, que, como hemos visto y que
repetimos, porque es de enorme importancia para la Economía Hallesint, es
una extorsión de la Empresa, que a su vez extorsiona al Trabajo.
El Ahorrista tiene el derecho económico de gastar su
Ahorro, en cualquier forma hasta el despilfarro, pero no tiene el derecho
monstruoso, que le otorga la economía actual, de quedarse él, y sus
herederos por toda la eternidad, con el Trabajo de los esclavos.
En efecto, hemos visto que el ex dueño de esclavos, no
obstante la abolición de la esclavitud, queda con los esclavos, como
antes, pero bajo el nombre de "trabajadores" ¡pagándolos con el interés de
su ahorro!
Hasta que el Ahorrista inerte cobra interés, habrá
esclavitud, disfrazada por supuesto ¡pero esclavitud!
A menudo escuchamos al dueño de una gran chacra, u
otros bienes, que se queja porque su Rédito Real de hoy es notablemente
inferior al de ayer. Impuestos siempre más pesados, salarios crecientes,
devaluación monetaria, etc. corroen el rédito, día por día, más y más.
Mirando bien, se nota que aquel dueño no es un
Empresario, al contrario, actúa en forma pasiva, y no hace nada para
valorar su chacra.
Llegará el momento en que él, con disgusto, venderá su
chacra, y entonces se encontrará con dinero improductivo.
Si entre tanto, por mérito de la Fundación Hallesint la
tasa de interés habrá bajado con tendencia a cero, la injusticia social
representada por ese dueño de la chacra, habrá desaparecido.
Pero, si este parásito social, quiere ganar, ¡actué
como Empresario!
El está en condiciones privilegiadas, pues no tiene que
pedir Ahorro en préstamos a los Ahorristas.
¡Ya lo tiene!
Estas consideraciones muy sencillas chocan en forma
violenta con la mentalidad corriente, pero, mientras por un lado
justifican la palabra Revolución, por otro lado alumbran el panorama
económico mundial con luz meridiana.
También el Comunismo busca este equilibrio económico,
pero controla y limita –con el arma de la burocracia- el Ahorro; y además
esteriliza, mejor dicho, mata a la Empresa.
Cuando la Fundación actúe en el mundo, el hombre de
mañana se dará cuenta de que ha pasado algo.
Ante todo el mundo entero le parecerá muy reducido,
casi de bolsillo. La actuación del Mercado Hallesint le dará la impresión
de que "el Japón está en la esquina".
En efecto el Funcionario Hallesint de su ciudad podrá
ofrecer a su colega del Japón un lote de carne en conserva o pedirle un
lote de rieles, con la misma sencillez con que hoy un ama de casa
telefonea a su almacenero.
Además el hombre de mañana tendrá la impresión de que a
su alrededor hay una gran tranquilidad y seguridad económica, pues las
oscilaciones económicas, reflejo de las estaciones, de las cosechas, de
acontecimientos sociales, etc. se compensan entre ellas, y se amortiguan
recíprocamente. Algo ha ocurrido en verdad: a los "mercaditos nacionales":
se ha sustituido el Mercado Mundial; ¡a un conjunto de pantanos se ha
sustituido el mar!
Al mismo tiempo el hombre de mañana notará con grato
asombro que los precios en Moneda Hallesint van bajando continuamente para
los consumidores, a la vez que no se reducen las ganancias de los
productores. Sólo después de un determinado examen él se dará cuenta de
que no hay contradicciones, pues se ha ampliado el mercado aumentando las
ventas, lo que origina un aumento de la producción, con la correspondiente
rebaja del costo unitario de producción y aún más con la reducción de los
gastos comerciales de venta.
El hombre de mañana escuchará riendo a los ancianos,
cuando le cuenten que poblaciones enteras querían comprar en el exterior
maquinarias, productos industriales, patentes… para el desarrollo de sus
recursos pagando con la utilidades futuras, pero no podían hacerlo,
faltando un mecanismo económico adecuado, a la vez que en los países
industriales se cerraban las fábricas y aumentaba la desocupación.
Y la posteridad leerá con decepción que los aviones
supersónicos volaban como meteoros sobre regiones donde el camello
representaba el medio más rápido de transporte, y donde las muchachas con
un cántaro sobre la cabeza iban a buscar agua a muchas leguas de sus
chozas, en las que sus pobladores morían de hambre.
El hombre de mañana escuchará con asombro, que antes en
muchas naciones estaba prohibido enviar el propio dinero al exterior y aún
más cobrar directamente los propios créditos. Y antes de creerlo, buscarán
la raíz de toda esa trascendental transformación y la encontrará en el
hecho de que la Fundación ha logrado, unificar la Economía Mundial, al
margen de las separaciones nacionales.
El hombre de mañana, al notar que los hombres se
entenderán más y mejor que antes pensará que habrá pasado algo en el campo
anímico y espiritual.
Eso sin duda podrá ocurrir ¡y ojalá ocurriera! Sin
embargo no será necesario. El hombre desde ya tiene un gran valor
espiritual, y es mucho mejor de lo que aparece en las estadísticas de la
delincuencia.
¡Son la injusticia y el malestar económico los que
embrutecen a la humanidad!
Mañana los hombres se entenderán más y mejor, no sólo
porque se habrá alcanzado la justicia económica, base de la tranquilidad
social, sino también porque se habrá creado una fusión de intereses entre
hombres, pueblos y naciones.
Si hubiera una economía única, y si la propiedad de los
edificios y plantas de una ciudad pertenecieran, ya sea directamente o a
través del fraccionamiento de acciones o de Bonos a dueños esparcidos en
todo el mundo; la destrucción de aquella ciudad encontraría en el
extranjero una oposición tal vez más fuerte que la defensa militar de la
ciudad.
Si alguien juzgara muy futurista esta concepción
contestaremos mencionando ejemplos actuales de relaciones económicas, que
hacen encontrar la propia defensa en la defensa consciente y voluntaria
hasta de propios enemigos.
Consideremos una Mutual de Seguro contra incendio. Los
asociados han firmado cada uno su póliza, por haber encontrado ventajosas
sus cláusulas, en el propio interés, sin preocuparse de que también sus
enemigos hayan firmado pólizas iguales.
Si se quemara la casa de uno de los asociados, sus
enemigos, en un primer momento, acaso gozarían diabólicamente, viendo
avanzar las llamas devastadoras, pero al recordar, de inmediato, que por
estar asociados, tendrán que participar en los gastos que demande el
incendio, se apresurarán a acudir llevando toda el agua posible, para
salvar la casa de su enemigo.
Esta solidaridad de origen egoísta, que sin embargo
produce un efecto altruista, es una trascendental característica de la
Fundación y demuestra como un mecanismo de naturaleza económica, puede
aportar una ayuda de extraordinaria solidaridad humana.
El hombre de mañana se ocupará muy poco de política, y
no llegará a entender el extraordinario interés que la generación anterior
le dedicaba, desarrollando una acción muy activa y a menudo violenta.
El se preguntará: "¿Cómo era posible que todos, aún los
analfabetos, se consideraran competentes y autorizados en política,
mientras reconocían su limitada competencia en las Ciencias y en las
Artes?"
El no podrá imaginar el estado de barbarie de la
Economía actual por culpa de la Política.
Los analfabetos y también muchos que no lo son, no
entienden nada de política, pero comprenden perfectamente, y con razón,
que la conquista del poder político representa para ellos la posibilidad
de aliviar, aunque sea con otras injusticias económicas, la injusticia que
ellos padecen hoy. De ahí que el poder político constituye hoy el blanco
de todos y la meta más codiciada.
Mañana la situación será muy diferente porque la
justicia económica, que aportará la Fundación no necesitará más la
violencia de los Gobiernos, y la Política dejará de ser un asunto
interesante para los analfabetos.
Los resultados de la Fundación Hallesint aparecen como
"milagrosos", pero en los hombres ¡los milagros despiertan desconfianza!"
Para evitar esta desconfianza, afirmamos no sólo que no
hay ningún milagro sino que la Fundación Hallesint, que hemos exaltado con
tanto énfasis, hasta podría ser hoy innecesaria, y además pensamos que
dentro de unos siglos, será ¡un recuerdo histórico!
En efecto consideramos los Estados Unidos de América.
Se trata de cincuenta Estados –muy diferentes entre sí, y con economías
complementarias, con leyes diferentes –divorcio, pena de muerte, casinos
de juego, procedimientos judiciales, disposiciones sanitarias, etc.-.
En cambio son unificados en la Economía: Moneda,
Impuestos, Federales, Aduana, etc.
Ahora bien, si EEUU fuera la única Nación del mundo, la
Fundación Hallesint sería acaso inútil para EEUU ¡pues casi todo lo que
ofrece la Fundación lo posee ya!
¿Y entonces porque hemos presentado la Fundación en una
forma tan enfática como si se tratara de un verdadero milagro?
¿Y por qué hablamos de una Revolución Hallesint?
La contestación a estas preguntas es muy sencilla. ¡El
aparente milagro no es tal!
Sin embargo es algo tan sencillo y al mismo tiempo tan
extraordinario, que ningún Economista lo había imaginado hasta hoy, y
consiste en el superar las actuales barreras, que las políticas
diferentes, contrastantes y a menudo equivocadas de las cientos de
naciones mundiales oponen a la unificación de las respectivas economías.
Es muy fácil, con la fantasía encontrar la solución de
un hipotético acuerdo internacional e imaginar las modalidades del
Estatuto para disciplinar semejante acuerdo. ¡Fantasía!
Lo que en cambio es posible, pero enormemente difícil
–y nadie lo había logrado antes- es ofrecer, en la actual situación
internacional, la Constitución de una Entidad que sin ninguna inversión,
sin modificaciones de leyes, fiscales y…
Monetarias, unificara la Economía Mundial desde los
Mercados y la Moneda, hasta la Financiación Internacional, y lo que es más
extraordinario ¡con la adhesión, aprobación y entusiasta participación de
todos los Gobiernos!
No sólo nadie había ofrecido una semejante solución en
forma práctica, sino que nadie había formulado las condiciones teóricas
para esa solución.
Hoy la situación es la siguiente.
Entre los tres términos del Trinomio Hallesint no hay
acuerdo, ni siquiera comprensión.
La Lucha se desarrolla entre el Capitalismo y el
Comunismo pero no es una lucha leal.
El Capitalismo –como hemos demostrado- es el resultado
de la Alianza del Ahorro con la Empresa, contra el Trabajo, aplastándolo.
El Comunismo, en cambio, es el resultado de la Alianza
del Ahorro –no más de los Ahorristas, sino del Estado- con el Trabajo
aplastando la Empresa.
La Tercera posición: Empresa y Trabajo contra Ahorro,
es inalcanzable, pues ¡sin Ahorro no se puede desarrollar nada!
Si las dos Grandes Alianzas –Capitalismo = Ahorro +
Empresa- y –Comunismo = Ahorro + Trabajo- actuaran de buena fe habrían
reunido ya un Concilio Mundial para aclarar las diferencias, en la
intención de conciliarlas; exactamente como acaba de intentar la Iglesia
Católica con todas las otras Iglesias, y hasta proponiendo un diálogo
histórico ¡con los ateos!
En cambio de un Concilio Mundial –en el cual todos los
grandes cerebros podrían hablar al mundo- cuyos gastos no llegarían a la
millonésima parte de los gastos por las armas atómicas ¿Qué hacen los
gobiernos de Oriente y Occidente?
¡Perfeccionan las armas, alentando oleadas de odio,
desarrollando campañas desleales y rechazando cualquier diálogo!
¡Sangre, destrucción, odio!
En todos los gobiernos del mundo hay un Ministerio de
Guerra, en ninguno hay un Ministerio de Paz.
La Revolución Hallesint –que ignora la Política- hará
una excepción, presentando una propuesta de ley a todos los Gobiernos, y
pidiendo su aprobación, en bien de todos y también como reparación, aunque
tardía, hacia el plan Hallesint. La ley propuesta es la siguiente:
"Cualquier ciudadano que proponga algo, afirmando que
es concreto, realizable inmediatamente y de notable utilidad para el país,
tiene el derecho de ser juzgado oficialmente con público debate y fallo
justificado, siempre que tome a su cargo todos los gastos del juicio".
¡El derecho de no ser condenado, sin público juicio, ni
fallo justificado, se concede hasta a los más tenebrosos delincuentes!
¡Casi todas las Naciones tienen un Código Penal!
¡Ninguna tiene un Código Premial!
¡Nemo propheta en su patria! Y lo que es más
desagradable es que las Patrias, que ha descuidado o perseguido al
"inventor" se alaban de él, después de su triunfo en el Exterior o en el
tiempo, proclamando con orgullo: "¡Es mi hijo!"
El Hallesismo nunca ha luchado con armas desleales, y
en cambio ha buscado con ansia el diálogo.
El Hallesismo no dispone que de la palabra de Paz, sea
decir Amor, a la vez que sus adversarios no disponen que de la palabra
Guerra, es decir Odio.
¡Lástima es que el Odio es más fuerte que el Amor!
Además los adversarios han evitado siempre
cuidadosamente el enfrentamiento con el Hallesismo ¡y han usado con gran
éxito el arma del silencio!
La conjura del silencio ha unido automáticamente y
tácitamente el Capitalismo y el Comunismo contra el Hallesismo, como el
grito: ¡Policía! Une solidamente a todos los delincuentes, ¡No obstante la
recíproca rivalidad y enemistad!
Muchos se asombran por el largo tiempo que está
necesitando esta "Revolución Hallesint" para salvar a la Economía Mundial.
Recordemos lo que escribió Schopenhauer: "La grandeza de una idea es
medida por el tiempo que los contemporáneos necesitan para entenderla".
ESTRATEGIA DE LA REVOLUCIÓN
La Revolución Hallesint se impondrá al mundo por su
noble, humana, universal finalidad y por su técnica impecable, como
Símbolo insuperable de la Justicia Económica.
Los hombres honestos, de gran aliciente, con
aspiraciones humanitarios universales, preparados ya intelectualmente y
espiritualmente son para la comprensión de la Revolución Hallesint, son
una pequeña minoría dispersa entre los tres mil millones de habitantes de
la tierra –casi todos ofuscados por la opaca nebulosidad del propio
egoísmo-.
Por lo tanto es prácticamente imposible, no diremos
llegar hasta ellos, sino que simplemente individualizarlos.
Claro está que tenemos que renunciar a este camino.
Por otro lado los que hoy tienen el mando económico en
los varios rincones de la tierra, han husmeado ya enseguida el peligro de
perder las posiciones conquistadas; y en defensa de sus intereses creados,
van proclamando hipócritamente –en nombre de la estabilidad social, el
precepto: "no innovar", acusando según la costumbre, como subversivos, a
los innovadores.
Sin embargo n se encontrarán dificultades enormemente
mayores en los Gobiernos Políticos que desde siglos, tienen esclavizada a
la Economía y ni sueñan liberarla.
En verdad, que los Gobiernos Políticos como hemos
demostrado, no sólo no corren el menor peligro por el éxito triunfal de la
Revolución Hallesint, y al revés todo para ellos será ganancia, pero ¡es
posible convencer a alguien a soportar una molestia bien conocida, que a
aceptar una dádiva no bien aclarada o poco comprensible!
Una confirmación de todo eso la encontramos en la
historia misma del Plan Hallesint.
El Movimiento Hallesint, debido al genovés Agustín M.
Trucco, inventor de la Moneda Hallesint, y considerado por todos, con
razón, el Fundador del Hallesismo, había alcanzado en 1920 en toda Italia
una gran difusión, con diarios, revistas, libros, etc. y con una sede
suntuosa en el histórico palacio Raggi, en el centro de Roma.
Entonces en Italia surgió al mismo tiempo, el Fascismo,
prepotente y arrollador.
El Fascismo se dio cuenta muy pronto del antagonismo
irreductible entre el fanático nacionalismo económico y el Hallesismo, con
su Economía Universal, que culminaba con la oferta del Mercado Mundial.
La Lucha se desarrolló inicialmente en forma sorda, con
armas casi iguales en el campo ideológico; pero cuando el Fascismo se
adueñó del gobierno en Italia, la lucha se reveló no sólo desigual, sino
que muy peligrosa.
Cada día el Hallesismo tenía que retroceder y llegó el
momento en que se encontró si salida.
Entonces intentó un golpe desesperado.
Los Hallesistas que –en Italia- eran muchos y muy
autorizados, depositaron en manos del Escribano Giuliano de Roma en
perfecta forma legal la cuantiosa suma de cien mil dólares, desafiando a
los Economistas fascistas a demostrar que el Plan Hallesint era incorrecto
o inactuable o prematuro. Al mismo tiempo se confiaba al Presidente del
Tribunal de Roma el nombramiento de la Comisión Examinadora, con todos los
poderes.
Al desafío se dio la máxima publicidad, en forma
provocante, casi desesperada.
El Gobierno Fascista comprendió la situación, y por eso
no aceptó el desafío; y puesto que en aquellos días se había declarado
Gobierno Absoluto ordenó la proscripción del Hallesismo y el secuestro de
todas las publicaciones, que fueron quemadas; e inició un proceso
judicial, por reato ideológico, contra el Fundador del Hallesismo y sus
tres inmediatos colaboradores.
Los jueces demostraron un coraje sin duda heroico, y
aún más, van recordados dos Jueces, en servicio, Charco y Perretta, que se
presentaron como culpables del mismo reato ideológico, pidiendo ser
procesados, y presentando todas sus publicaciones Hallesistas ¡como prueba
de su culpabilidad!
El fallo del Tribunal fue una absolución triunfal, pero
la prensa italiana recibió la orden de no publicar el fallo y aún menos
hacer comentarios.
Se quitaron los pasaportes no sólo al Fundador sino que
también a sus colaboradores y empezó una verdadera persecución personal
sin piedad.
Considerando que el Movimiento hallesista no había
quedado destruido, antes bien seguía secretamente sin cesar, se ordenó,
sin la menor justificación, la captura del Fundador, aunque viejo y
enfermo, y su reclusión en el Manicomio de Roma de donde salió sólo para
morir, en la más absoluta pobreza.
¡Murió perdonando generosamente a todos sus enemigos!
El gobierno fascista se apresuró a enviar a la viuda,
durante las exequias una carta amenazadora ¡intimándola de no recibir (¿?)
cartas referentes al Hallesismo!
La prensa italiana recibió la orden de callar la
noticia de la muerte. Sólo el diario del Vaticano comunicó la noticia con
palabras de gran respeto y conmovedoras.
El éxito de la Revolución Hallesint, por lo que
precede, parece a primera vista muy dudoso y arriesgado.
Si embargo sería absurdo pensar que después de haber
concretado y planeado, en forma impecable la Revolución Hallesint, que
soluciona el actual abrumador problema económico de la Humanidad ¡no se
encuentre la forma de hacerla aceptar por los que serán los más
favorecidos de mañana!
Afortunadamente podemos afirmar que, después de medio
siglo de elaboración y de lucha, hemos ideado y planeado un Plan
estratégico, para que la Revolución Hallesint no sólo sea realizada, sino
que lo será en la forma más rápida, como corresponde a una verdadera
Revolución.
Un ejemplo histórico nos ha guiado.
Se trata del nacimiento de la única, hasta hoy, Entidad
verdaderamente universal, poseída por la Humanidad y que no tiene otro
patrimonio que su Estatuto, al par de la Fundación Hallesint.
A ella han adherido todas las Naciones del mundo, y
ella moviliza, hoy, un ejército de más de 3.000.000 de personas.
En ningún momento ha necesitado garantías políticas o
financieras.
Con absoluta sencillez ha superado las dos guerras
mundiales, sin vacilar en ningún momento, ofreciendo libremente un
Servicio Social, que todos, hoy, reconocen ser indispensable.
Su funcionamiento es tan automático ¡que muy pocos
conocen donde se encuentra su Sede Central!
Hablamos de la Unión Postal Universal, que actúa en la
humanidad sin la menor distinción de raza, religión, cultura, idioma,
riqueza, moralidad, inteligencia, etc.
¡Nos encontramos frente a una obra maestra de la
Unificación!
Todos los Remitentes quedan unificados frente al Buzón,
y todos los Destinatarios frente al Cartero, sin la menor discriminación.
Sin embargo su gestación duró 37 años ¡después del
invento de la estampilla postal!
He aquí una cronología relámpago que nos enseña algo.
1837- Rowland Hill, en Londres, publica un folleto
–Post Office Reform- que revoluciona el viejo correo, proponiendo el Pago
Previo, el Porte Único –por cualquier distancia dentro de la Nación- y la
estampilla que se pega al sobre.
1838- R.Hill, superando oposiciones, críticas y hasta
el ridículo logra hacer aprobar por el Parlamento una ley que lo autoriza
y encarga a organizar el nuevo Servicio de Correo.
1839- El Premier Mr.Peel anula con desprecio esa ley, y
destituye a R. Hill obligándolo a exiliarse y refugiarse en París.
1840- Caído el Premier Peel, Hill es llamado a Londres
y reintegrado en el cargo.
Se inicia el nuevo correo con estampillas –en
Inglaterra solamente- ¡El éxito es triunfal!
1871- El largo período de 34 años que va de la emisión
de la primera estampilla -1840- a la constitución de la Unión Postal
Universal -1874- demuestra cuanto es de difícil a los Políticos comprender
la Economía no obstante haberla esclavizado y bárbaramente estropeado.
En efecto, durante 34 años, en todos los Gobiernos del
mundo se discutió la idea de extender el correo, desde el ámbito nacional
al mundo entero.
Esa idea, que hoy todos entienden perfectamente –como
muy pronto todos entenderán la Fundación Hallesint- encontró violentas
oposiciones, desdeñosas críticas, absurdas hostilidades.
Durante decenios se repitieron en los diarios y en los
Parlamentos acusaciones estúpidas –como la de perjudicar la soberanía
nacional- y otras aún más idiotas, que aquí no queremos recordar, para no
ofender a la Humanidad ¡Qué también nosotros mismos integramos!
En ese tiempo, en Alemania, surgía un hombre, Henrich
von Stephan, un idealista y al mismo tiempo funcionario en el Correo de
Prusia.
El proclamó solemnemente que… todas las naciones juntas
constituyen un único territorio postal –al par de la Fundación Hallesint
que considera al Mundo como un único territorio económico.
Sin embargo esas proclamaciones no tienen valor, si no
llevan también una proposición práctica, inmediatamente actuable.
¡Henrich von Stephan tuvo suerte!
Entonces Alemania estaba fraccionada en naciones de muy
diferente tamaño y desarrollo. Eran políticamente independientes, pero
unidas por raza, religión, historia, idioma y también por una Unión
Aduanera.
H. von Stephan, soñó constituir una Unión Postal entre
esas naciones, agregando también a Austria.
Este sueño se hizo realidad, y en 1871 logró constituir
la Unión Postal Austro Alemana –muy parecida a la actual U.P.Universal.
Pero H. von Stephan tenía un blanco mucho más
ambicioso, y en sólo tres años –pero con un antecedente tan valioso en el
1874 logró reunir en Berna los Representantes de varias naciones –europeas
y N. América- para constituir la Unión Postal Universal. Rowland Hill no
fue invitado ni recordado.
En verdad las discusiones fueron muchas animadas y
vivaces, pero al final, después de muchas sesiones fue firmada el Acta de
Constitución por 22 naciones.
Las Naciones Latino Americanas se adhirieron mucho
tiempo después –Argentina esperó cinco años-.
Hemos dicho que H. von Stephan tuvo suerte. En efecto
él encontró un sostén muy valioso, en la comprensión y en el apoyo moral
del gran Canciller von Bismark: en un político –no en la política- que
poseía el sentido de Economía, eso es, de la unificación; como demuestra
la obra maestra de su vida: la Unificación de todas las pequeñas naciones
de Alemania ¡en un imperio! En el Reich.
¡Ojalá la Revolución Hallesint encontrara un Bismark!
Hoy, no bien surge una nueva nación, su primer acto
internacional es la adhesión a la Unión Postal Universal.
Mañana el primer acto será la adhesión a la Fundación
Hallesint.
Nuestro Plan Estratégico es muy parecido al de Henrich
von Stephan: "Constituir una pequeña Fundación Hallesint entre un reducido
grupo de pequeñas naciones, confinantes entre ellas, oportunamente
elegidas y en las cuales las dificultades económicas –sobre todo
monetarias y financieras- se presenten más agudas; y luego demostrar las
ventajas arrolladoras de la Revolución Hallesint, aunque reducida y
mutilada".
Hemos elegido para esta prueba crucial las diez
naciones latinoamericanas de la ALALC (Asociación Latino-Americana de
Libre Comercio) que representan sólo el 6% de la Humanidad.
Se trata de naciones geográficamente confinantes, pero
separadas por diferentes políticas económicas, monedas, legislación
económico-fiscal, recursos naturales no aprovechados, diferente
desarrollo, etc. pero unidas en la mala suerte: por una aterradora
devaluación monetaria, superior a la media mundial, por su constante
déficit en el presupuesto nacional, por su balanza comercial
sustancialmente deficitaria, por su necesidad inextinguible de préstamos
–necesariamente- políticos, etc.
Estas circunstancias, todas negativas, empujan esas
diez naciones latinoamericanas a buscar soluciones; y por lo tanto nuestra
tarea resulta más fácil; sin embargo hay algo muy especial, que asegura a
nuestra estrategia un seguro éxito.
En efecto, la ALALC que tiene más de cinco años de vida
no logra salir de su estado embrional, mientras a menudo se levantan
voces, que manifiestan dudas sobre su vitalidad.
Todas nuestras críticas al actual Intercambio Mundial,
valederas para todas las naciones del mundo, se agrandan en el caso del
ALALC –en penoso desarrollo- ¡y nunca, como en este caso sale triunfando
el Mercado Hallesint!
Sin embargo todo eso es nada frente al problema
monetario. Basta pensar que los saldos de las recíprocas Balanzas
Comerciales se tiene que pagarlos ¡en dólares! Es decir en una moneda ¡que
no posee ninguna Nación del ALALC! Y ¡Cuidado! no se tiene el derecho de
ridiculizar este absurdo, porque hoy en realidad ¡no hay ninguna otra
solución!
Ahora bien, el dólar se desvalorizó en 1933 al 60% de
su valor. Hoy tambalea ¿si un día, acaso muy próximo, vuelva a devaluarse
el dólar, que pasará entre el ALALC?
Por lo dicho y por otras razones, que callamos por
secreto estratégico, no dudamos del triunfo de la Revolución Hallesint en
el ALALC.
Y frente a este éxito, aunque parcial, la Revolución
Hallesint triunfante, quedará como testigo silencioso pero muy elocuente
¡en contra a todos los sofismas, a todas las críticas capciosas y a todas
las cobardes vacilaciones!
En Ente propuesto lo hemos llamado Banco ALALC.
Si, como estamos profundamente convencidos, será
superada esta prueba, no hay duda para nosotros de que la Fundación
Hallesint será luego, muy pronto, una maravillosa realidad, en forma
completa y total, en tiempo record, en todo el Mundo.
No tiene para nosotros la menor importancia que, como
ocurrió con Rowland Hill, en el día solemne de la constitución de la
Fundación Hallesint nadie se acordará de los que, durante medio siglo,
desafiando violencias políticas persecuciones personales, críticas
capciosas y venenosas, y sobre todo soportando la exasperante glacial
indiferencia de los favorecidos de mañana, lucharon con ahínco, con pasión
y con fe profunda e inagotable para el triunfo de la Revolución Hallesint
y de la Nueva Economía, que alumbrará al Mundo, como Símbolo purísimo de
Justicia y de Paz.