El título es por demás explicativo, la economía mundial
debe pasar de la promoción del consumo a la instrucción y educación en
el uso.
Consumir sin conciencia es consumo, consumir A
Consciencia es también USO, aunque desaparezca con la consumición.
Consumir es un permanente cambiar y desaparecer, es la
moda: cicla y recicla sus propias fantasías y formas. Se idea, se
produce, se consume y desaparece, en general, sin ser realmente usada, mucho
menos gastada. La misma moda no le da tiempo ni al uso ni al desgaste.
El uso no es solo sensación sino que es consciencia
de utilización, es simbiosis entre el Ser y la Cosa que está
cumpliendo una función de utilidad y que está dándole dimensión al proceso
de satisfacción de la necesidad insatisfecha, gracias a la cosa misma: que
satisface.
Mientras sigamos pensando y viviendo en el consumir,
todos los procesos valorativos mentales van a ser transformo y
desaparece, pero si nos educamos en que todo tiene su uso
y que somos responsables y participantes de ese uso las
características y los valores del consumir, que al ser el consumo por el
consumo mismo se limitan a un aquí, a un ahora y a un desaparecer, si
cambian y nos educamos en el uso, el aquí, el ahora y la cosa
por la cosa misma -útil y satisfactoria en su propia esencia- se expande
hacia universos más nuestros y relacionales en cualquier otro sentido, en
cualquier otro Ser, tanto el mismo Ser en otro tiempo y lugar, como otro
semejante, también en distinto tiempo y lugar. La cosa usada,
entonces, vive y permanece.
Las actitudes y conductas de las personas nos lo
demuestran a diario, hay personas que compran, usan y se olvidan. Hay
personas que buscan, evalúan, comparan, compran, usan, ... se abusan
sanamente, y guardan cariño por lo que los abriga y satisface. Esta
es la diferencia entre consumo y uso. Está básicamente en el nivel de
consciencia que el individuo tiene de sí y de su relación con la cosa,
consumida o usada.