De la misma manera que el elemento fundamental de la
Tierra es la semilla, el otro valor de producción de riquezas genuinas y
originarias, es la actividad física e intelectual del Ser Humano. Esta tiene
su propia semilla multiplicadora: La Inspiración o Genialidad.
Nadie sabe cómo la inspiración viene ni como
aparece en la mente del ser humano, pero cuando aparece... ¡ahí está!,
íntegra, poderosa, toda disponible a ser utilizada, y ya existe y nos
deslumbra.
El Ser Humano no puede desperdiciar, tampoco, esa semilla
que germina en su mente venida de la consciencia universal. Mucho menos
podemos tener una economía que no la vea en cada acción y creación humana
para aprovecharla a pleno, como sucede, tal despilfarro y rechazo, en la
actualidad.
La Persona y La Sociedad deben saber escuchar y
comprender esa genialidad que de repente ilumina las mentes y
así utilizarla. Este proceso es mucho más que físico, es sutil, es sensible,
es de energía pura, e indudablemente es de orden muy superior al físico y al
que podamos entender.
Es un "algo" que hay que germinar en toda nuestra
cultura, que hay que cultivar en cada ser humano, que hay que promover y
enseñar a sembrar y a cosechar, y esa cosecha compartirla y saber
disfrutarla en sociedad.
La inspiración es la respuesta a una necesidad
muy profunda de cambio y de avance que tiene el ser humano, es como
un espasmo subconsciente o inconsciente, es una necesidad de ajuste
de la persona que la percibió y esta debe saber aprovecharlo, y la sociedad,
sin importar qué sociedad, jamás debe limitarlo, sino más bien tener los
elementos culturales para potenciarlo y que se perpetúe y reproduzca una y
otra y otra vez.
Toda la sociedad debe producir y generar sistemas que le
permitan producir y canalizar cada uno de estos espasmos de
inspiración y de genialidad en bien de la comunidad toda y del
individuo que fue el canal de expresión de ello. No es solamente crear, es
vivir de la creación y en la creación, intensamente, todos.
La diferencia entre una sociedad con efectivo y potencial
índice de desarrollo del resto de las sociedades es que las primeras
saben y crean reconociendo lo nuevo, reconociendo el aporte
y reconociendo al ser al que se le ha dado la oportunidad superior de
crear.
Todos, de una u otra manera, somos creadores y creamos a
diario, es parte de nuestra esencia.
Estas sociedades construyen sistemas que movilizan a la
acumulación y multiplicación de esas inspiraciones individuales en bien de
todos.
Todos, del polvo venimos y al polvo volvemos: y... ¿qué
dejamos?
Que estamos compuestos de Espíritu, Alma, Consciencia,
Materia, que somos más allá o más aquí de la existencia física o de que
renacemos o no y acumulamos en estas vidas físicas experiencias colectivas
de otras vidas anteriores, o no, son conceptos especulativos propios y
particulares de cada uno de nosotros que no hacen puntualmente al tema
actual, pero desde la visión y la proyección de la Teoría de la
Necesidad un marco de referencia apropiado es:
1- que el ser humano tiene consciencia propia
2- que esta consciencia viene de algo superior y
universal
3- que estas consciencias innatas vienen imbuidas de
valores y principios morales y éticos que son modificados por las
experiencias de la existencia física actual.
4- que la existencia física es un cuerpo físico que
tenemos que alimentar, cubrir, mantener sano, las 7 necesidades
básicas, y que de acuerdo a los niveles de satisfacción de estas
necesidades se producen los desarrollos subsiguientes físicos, intelectuales
y espirituales que elevan al ser humano manteniéndolo y proyectándolo en su
devenir existencial
5- que este cuerpo físico va a pasar y volver al polvo,
que el desarrollo intelectual queda como herencia para las próximas
generaciones y que el trabajo espiritual eleva al ser para reencontrarse con
lo superior, y que quedan otros seres humanos con el mismo problema de
supervivencia que tenemos nosotros.
6- que esta transferencia de necesidades nos obligan a
cumplir con nuestro compromiso humano de dejarles más y mejores
elementos que ayuden a la vida en calma, en felicidad y abundancia a
nuestros hijos y nietos.
7- que pensando en nuestros descendientes debemos
procurar sacarle solo hasta lo necesario a la tierra, pero haciendo que esta
produzca más y mejores frutos con sistemas humanos que la ayuden a tener los
mejores y mayores rendimientos a los menores costos y esfuerzos posibles y
en los momentos indicados en que se los necesite.
Así la visión que el ser humano debería
tener de sí mismo es fundamental, así, la comprensión de su existencia
histórica -no solo en el plano horizontal del pasado al presente al
futuro sino visualizándose como histórico-espacial-completo es
imperativa y así debería considerarse un ser no solo individual sino
socialmente incluido. Estos tres puntos de posicionamiento
estratégico existencial que las personas debemos comprender y asumir
para comenzar nuestra actividad económica creativo-productiva son de
primordial importancia.
La genialidad del ser humano es SU SEMILLA de
participación, sin ella la persona se presenta como lo que está tan
generalizado y que debe ser destruido del imaginario colectivo: "un
recurso humano", algo cambiable, manejable, descartable, y no es así.
Esta posición es mezquina, es avara, es miope.
La sociedad debe incluir a las personas no desde lo útil
de ellas sino desde la potencialidad de su Genialidad, de
su posible inspiración y estas están muy ligadas a la acumulación
de actividad que la sociedad misma produce sobre y para el individuo para
orientarlo y guiarlo a SER.
De ahí la importancia de la educación en todas sus
formas, de ahí la necesaria participación social responsable para la
construcción de un individuo que esté satisfecho y completo desde sus
necesidades básicas y primarias para que sea, después, un individuo que
le entregue o devuelva a la sociedad todo lo acumulado, pero ahora
procesa-do dentro de su propia y particular personalidad, entregando su
genialidad e inspiración para el bien de toda la humanidad y de las
generaciones por venir.
Verlo como "consumidor" nos muestra los resultados que
están a la vista: indigencia, perversión, codicia y violencia generalizadas,
respuesta natural a no querer reconocerlo en las dimensiones reales que
tiene.
Si en cambio lo vemos como es, como un milagro
no cabe dudas que al tiempo el bien de la tierra y la actividad humana
acumulada van a transformar el sacrificio en fácil esfuerzo, "la
supuesta escasez" en abundancia, y la guerra en calma y en una paz eterna,
que por la bondad de la semilla y la genialidad del ser humano van a crear
un paraíso terrenal sobre el planeta simplemente por obra y arte de una
consciencia superior y por la responsabilidad asumida plenamente de la
humanidad.