Uno nace siempre con algo debajo del brazo.
Algunos con chequeras, otros con un pan, algunos con herencias compartidas
sin resolver, otros con aire que después al llegar a grandes, se transforma
en un fuerte olor a transpiración de tanto laburo acumulado.
Es el destino de cada uno y es lo que ayuda a establecer
ya desde el primer respiro, relaciones "afectivas" con su familia, con sus
amigos.
Mucho de lo que uno es y en lo que uno se transforma
viene, entonces, debajo del brazo.
Después está en cada uno multiplicar lo que trajo,
repartirlo, desperdiciarlo, que se le suba a la cabeza u ocuparse porque
siempre esté ahí, debajo del brazo. Hay mil variantes. Otros, por suerte
muchos, hacen lo imposible por comprender qué trajeron, cómo es que se
constituyeron, qué necesitan para ser más y mejores, y cómo pueden hacer
para participarlo a otros y compartirlo.
Los sistemas económicos actuales, públicos y privados,
han hecho mucho por desestabilizar estas relaciones naturales
afectivas con las que cada cual debería venir con lo justo y
necesario y no con una diferencia monstruosa para con otros. Pero esto
también es así cuando los sistemas están corrompidos. Los argentinos sabemos
mucho al respecto.
En algunas etapas de nuestra historia hay sujetos que se
hacen con cientos de miles de hectáreas de las maneras más inverosímiles que
uno pueda creer y después generación tras generación estas miles de
hectáreas se van volviendo a dividir y a dividir y a dividir hasta que
quedan en sus dimensiones naturales, nuevamente. Y otra vez viene alguien,
se hace de nuevo de otros enormes latifundios, nadie sabe para qué necesitan
tanto, y otra vez va a suceder lo mismo. Estos espasmos de desajustes de
acaparamientos y de atesoramientos deben ser controlados, para no hacer que
las relaciones sociales se enerven y destruyan después más de lo que debería
construirse.
Está bien que algunos vengan con "relaciones más
afectivas que otros" producidas por los esfuerzos bien habidos de sus
progenitores pero de ahí a tener sistemas económicos que promuevan y
habiliten a que el derrame de "afectos" se haga indecente y deshonesto es
algo que hay que controlar y evitar, por el bien de todos y de un desarrollo
y progreso sostenido de toda la humanidad, en paz y con mucha calma y
tranquilidad de afectos.