Abastecimiento utópico -utópico para el actual
sistema económico- es tener una necesidad individual y/o social
insatisfecha, buscar cómo, dónde y con qué satisfacerla, proveerse del
elemento o servicio de satisfacción sin ningún tipo de pago o sacrificio
personal directo a cambio, pero con el esfuerzo individual y/o social para
satisfacerse y quedar satisfecho/a.
Los animales, insectos, todo bicho, realiza
un Abastecimiento Utópico natural, las plantas se abastecen
utópicamente -utopía desde la óptica humana, por supuesto, muy natural
para todos ellos-.
El riesgo de no conseguir el abastecimiento que satisface
la necesidad en el lugar y en el tiempo exacto lleva, naturalmente, a la
degradación o extinción del ser. Pero todo animal y toda planta vive lo que
debe vivir.
¿Y los seres humanos? Nosotros pensamos.
Ventaja que supuestamente nos tendría que llevar a realizar un esfuerzo
muchísimo menor para conseguirnos nuestro propio Abastecimiento
Utópico de especie. Si a esa ventaja le sumamos que somos millones
pensando y activándonos en lo mismo, la satisfacción de nuestras
necesidades, el Valor Abastecimiento Utópico -AU-
debería crecer aún más y llegar a ser absoluto y de satisfacción total para
todos nuestros semejantes.
Si a estos dos multiplicadores anteriores, que nos
acercan más al abastecimiento utópico, le agregamos que
los Seres Humanos sabemos cómo ahorrar, cambiar, crear,
equilibrar, invertir elementos, producir herramientas, instrumentos,
sistemas, etc., la consecuencia lógica sería que después de dos revoluciones
industriales y una sucesión de revoluciones tecnológicas que ya pasan de
diez, los humanos debe-ríamos:
No Tener NINGÚN Problema de Abastecimiento ni de
proveernos con todo lo que necesitamos para existir física, intelectual y
espiritualmente en un nivel cada vez más superior de existencia.
Pero los tenemos, y muy serios.
Tenemos problemas al punto de degradar y exterminar a
nuestra propia especie y a infinidad de otras. Los tenemos al punto de ser
arrastrados a guerras y producir una existencia de conflicto permanente
entre cuantos más mejor. Y los tenemos porque solo se necesita salir a la
calle y extender la mano para darnos cuenta que miserable es nuestra
existencia cotidiana.
Ridículo. Es necesario terminar con tanta falta de
inteligencia, falta de criterio sano y falta de sentido común,
por más que nos envanezcamos con lo contrario.
Extendamos lo ridículo y la falta a la Salud, con el
avance de la veterinaria y la ciencia en el análisis de las enfermedades de
los animales; escuchamos que nosotros, los animales humanos, tenemos muchas
más que ellos, el resto de los animales, ¿por qué será? ¿Porque vivimos
mejor o porque vivimos peor? ¿Porque aplicamos la humanidad o porque
nos dejamos llevar por la bestialidad?
Cuando hablamos de transferencia de productos o de
servicios, invariablemente se piensa en el acto de compraventa, y cuando se
inician estudios mercantiles el punto clave y de arranque del desarrollo en
el estudio de economía del estudiante es: LA COMPRAVENTA.
Todo nuestro mundo da vueltas alrededor de la
compraventa, aún en las relaciones personales -relaciones que en muchos
casos son de conflictos profundos- tienen siempre un algo de "te doy"...
pero a cambio... "qué me das", te vendo pero a cambio qué me compras.
Los humanos que estamos entrando en el tercer mileno no
podemos comprendernos sin el Toma y Daca, y sin el te doy y me das, y
así siempre se piensa en un Comprar...me y en un Vender...te, o
puesto en otro sentido en un comprar...se y en un vender...se.
En términos profesionales el acto principal es de
compraventa, en la caridad el acto es de compraventa, ya que muy dentro del
ser que da se siente el me debés, y dentro del ser que recibe... el
te debo, y así las relaciones de nuestra experiencia cotidiana se
establecen sobre la base de la reciprocidad en la transferencia: comprar y
vender algo.
Qué pasaría si se vuelca a lo utópico: el
abastecimiento sin retribución y sin intercambio comercial. Cómo se
comprendería y cómo asumiría la sociedad mundial la ruptura, en principio
de.... la compra... y por el otro lado.... la venta, sin conexión alguna
entre sí. Y cómo se asumiría, en segundo término, cambiar la palabra y la
imagen de La Compra por la de Tomar, y por el
otro lado cambiar La Venta por el simple Dar.
Cómo sería en los animales humanos volver a sentir la
relación entre sus semejantes, como una relación sin necesidad de
reciprocidad, sin la sensación de estar en deuda con: porque hoy yo
por vos, pero mañana vos por mí, naturalmente.
Vivimos infinitas relaciones utópicas con
muchos de nuestros semejantes a diario y también permanentemente con la
naturaleza.
Cuántos vamos por el mundo dando y entregando sin esperar
nada a cambio, y cuántos otros vamos pidiendo y recibiendo de otros también,
y le pedimos a los árboles, a los campos, a los jardines, a la vida.
Y jamás nos piden nada a cambio más que seamos conscientes del
reconocimiento de lo bueno que nos dieron y de lo bien que nos hicieron.
Pero muchos "ni siquiera de eso" se percatan.
¿Por qué no extender estas situaciones a todo lo que se
necesita a todos los que necesitan? ¿Por qué no invertir la rueda
del dinero por el dinero mismo a satisfacer la necesidad por la
necesidad misma?
Yo en todos mis largos años de vida trotando por el mundo
y conociendo miles de personas siempre encontré mucho más de lo que llaman
utópico que la mezquindad y la avaricia que nos tratan de
vender; entonces, por qué no probar invertir la rueda de la desgracia,
de los recursos escasos, de las actitudes codiciosas para hacerla rotar en
sentido contrario y buscar el bienestar y la participación de todos en las
cosas que les gustan, en las relaciones que disfrutan y en las actividades
sanas que cada uno quiera desarrollar, y así que cada persona se ubique y se
dedique en tiempo y forma a lo que le produce satisfacción e integridad del
ser. ¿?
Si a un industrial le gusta industrializar, si a una
persona de campo le gusta estar en el campo, si a uno le gusta enseñar y
enseña y si el industrial y la persona de campo y el maestro tienen todo lo
que necesitan, para vivir bien y abastecerse naturalmente con todo lo que
necesitan sin tener que recurrir ni a deberes ni a dinero ni a compromisos
directos para con otros, ¿no seguirían produciendo, no seguirían cuidando
sus campos, no seguirían enseñando?
Qué harían ¿cosas que no les gustan? ¿Cuánto tiempo
aguantarían viviendo de la contemplación y del desparramo ocioso?
¿Cuántos humanos lo harían y por cuánto tiempo?
¿Podrían aguantar toda una vida sin hacer, sin activarse,
sin buscar acción y relaciones para desarrollarse física, intelectual o
espiritualmente?
¿Podrían estar toda su vida yendo en contra del impulso
natural de crecer, de aprender, de buscar?
Tenemos ejemplos de cientos de proyectos en donde se
trataron de cambiar variables del sistema para convivir en grupos casi
cerrados y excluidos del mundo. Experiencias que tuvieron sus éxitos y sus
fracasos, que duraron poco o mucho de acuerdo al ánimo y a las intenciones
de sus participantes, pero NO tuvimos una propuesta de transformarlo todo,
de incluirlo a todo y de incluirnos a todos: aquí está. Partiendo del mismo
y exacto sistema de convivencia en el que todos estamos: la economía.
Sin lugar a dudas, la humanidad de hoy comprende, ya en
el siglo XXI, que la utopía mercantilista tuvo su desarrollo en la sociedad
y en el mundo actual, pero así como nos trajo sus enormes beneficios y
comprensión, así también se cobró su buena parte de pedazos de tierra y de
sus riquezas irrecuperables y también se cobró sus buenos pedazos de
desintegración de valores y de principios humanos, afortunadamente aún
recuperables.
Tanto el mercantilismo, el industrialismo, el financismo,
el comunismo han sido y son grandes experiencias para la humanidad, y ya es
hora de construir otro... ismo. Tal vez algo que ya viene
rondando desde muy distintos lugares con un epicentro en el mismo ser
humano: el humanismo.
Hasta aquí hablamos de comprarnos y vendernos bienes y
servicios útiles, ni hablar de la compraventa de bienes y servicios
inútiles, éstos vendidos a una sociedad humana que los consume y los apropia
sin comprender para qué les sirven, impuestos de una u otra manera por la
presión del Financismo. Esta situación genera una obligación y una
compulsión de características maquiavélicas, siniestras y hasta tétricas en
la relación entre el toma y daca de cada ser humano con otros y con el resto
de las cosas que se compran y venden por doquier. O lo consigo o me mato, o
me lo vendés o te acribillo, o lo compro o no puedo vivir más, ¿? ¡! etc.etc.,
son expresiones que, aunque muchas veces no se dicen, se sienten con una
profundidad y seriedad tal que erizan la piel del observador externo.
Siempre me pregunto, si los seres humanos somos tan pero
tan racionales y vivos ¿por qué a los animales se los ve tan felices,
tranquilos y desprejuiciados? y ¿Por qué las caras largas, amargadas e
infelices en los colectivos, en los subterráneos, en las calles y en las
reuniones? ¿Por qué el semblante de los humanos expresan risas sin alegrías
y miran sus ojos sin emoción sin orgullo ni empatías de correspondencia y
participación?
Si fuimos los animales humanos los que desarrollamos la
Teoría de la Evolución y el resto de nuestras sesudas Teorías, y les
aplicamos a los animales los motes de bestias, de irracionales, de
instintivamente salvajes y brutos, cómo es que las guerras las hacemos
nosotros, las grandes masacres las hacemos nosotros, los desabastecimientos
son nuestro propio y exclusivo producido. El Por qué tiene su explicación,
casi sencilla, es simplemente porque Pensamos... hemos dejado
de Sentir, siendo el sentir del 95 al 97% de la
potencia de conocimiento y de interpretación del mundo y del pueblo, dejamos
de aplicar la herramienta natural por excelencia que se nos ha entregado
gratuitamente para vivir, para hacer con ella lo que mejor podríamos hacer:
sentir.
Debemos todos volver a existir con el Sentimiento
y aplicando y tratando de interpretar permanentemente el dictado de nuestros
sentidos vulgares, y de los otros, como lo explicamos. Así, el primer
sentimiento nuevo sería comprender, para una proyección inmediata del
Abastecimiento Utópico, como nos sentiríamos y como
experimentaríamos la sensación de cambio, y si pudiéramos sacarnos la
compulsión del compromiso en las relaciones que tenemos con las cosas y con
otras personas del concepto tan arraigado de comprar y de vender, y
sustituirlo por tomar o recibir y por dar o entregar.
La Teoría de la Necesidad, como Eficientismo Social,
tiende al concepto del Abastecimiento Utópico, abastecimiento
plenamente realizado por el 99,99% de los seres de este mundo, quedando
afuera solo el 0,01%, los seres humanos, y solo en algunas cosas;
irónico ¿no?
Parte de este universo de Abastecimiento Utópico
está ya mismo integrado por el AutoAbastecimiento Utópico que
viene funcionando sin problemas y sin perturbaciones desde todos los
tiempos: el que las personas produzcan y entreguen y den sin ningún
compromiso de retorno alguno -a los hijos, a los padres, a los animales
domésticos, a infinidad de otras relaciones- y el de todo lo que le sacamos
a la madre tierra en cosas que naturalmente nos da para que consumamos en
los campos, en los huertos, en los jardines.
AutoAbastecimiento Utópico -en un sistema
mercantilista nato en donde todo es dinero, interés y transacción-, es el
artista desarrollando su arte, es la maestra enseñando a sus hijos, es el
agricultor cuidando su huerto y abasteciéndose de él y es el abuelo o la
abuela mirando y ayudan-do a que sus nietos crezcan.
Abastecimiento de recuperación es: el que se
debería aplicar desde los gobiernos para sacar a los grupos humanos de los
distintos niveles de insatisfacción catástrofe a los que el actual sistema
económico los ha lanzado y excluido.
Abastecimiento de redistribución es otra política
de gobierno en donde se nivelan los grandes bolsones de la actividad humana
económica, para que fluya naturalmente el abastecimiento utópico entre todos
los estamentos sociales de manera justa y equitativa.
Abastecimiento de reconversión es otra política
de gobierno que de manera paulatina iría transformando el estado de
compraventa financiera -en dinero- en un estado de toma y daca en donde el
dinero como bien de cambio pierda importancia y se transforme en un
bien social para facilitar las transferencias de bienes y servicios.
La pregunta natural es: si la economía que estamos
proponiendo desde La Teoría de la Necesidad evalúa e incorpora
todas estas expresiones de AutoAbastecimiento Utópico al PBM
-Producto Bruto Mundial- ¿qué va a ser más significativo, lo que tiene valor
en pesos, la actividad que tiene valor en dólares, o las cientos de millones
de actividades y de elementos de la naturaleza que por ser abundantes
la economía política y tradicional jamás les puso un precio ni les dio
valor?
No hay dudas quién ganaría el grueso del PBM. Ganaría la
buena voluntad, la sinceridad de objetivos, el sentimiento solidario, el
esfuerzo cotidiano y todo lo que hace realmente a lo humano, y
fundamentalmente, ganaría la verdad y la realidad que a diario vivimos
encerrados en nuestras propias experiencias particulares pero que
tergiversan y nos venden como idealidad y conflicto de intereses en cuanta
ocasión tienen.
Hoy la Sociedad Global está en condiciones de hacerlo
realidad.
La presión que hace el Financismo para seguir robándole a
la pobreza de las tierras más yermas y a la paupérrima situación
catastrófica de los pueblos más pobres del Globo expone a simple vista el
descalabro que ya los abusadores mismos no pueden controlar.
El derrumbe del mundo Financiero actual -como subyugador
de todo tipo de variable y recurso económico que no se ajuste a sus rendimientos
financieros- es un hecho sin cuestionamiento que ya está cayendo por su
propia inercia contranatura.
La fantasía del financismo está llegando a su término y
lo obliga a volver a subordinarse a un Capitalismo de Trabajo y
Producción, a la actividad productiva del hombre y de la tierra, en los
términos y en las condiciones naturales que tanto el ser humano como la
tierra le impongan y lo necesiten, con límites máximos y mínimos en su
utilización.
Este sistema extorsivo para toda la humanidad no fue
creado por ningún genio ni por ningún organismo oculto o supranacional, este
sistema fue creado por el devenir histórico humano y es resultado de
la acumulación de decisiones y acciones distorsionadas y artificiales
fuera de contexto con la realidad y con la proyección de ésta con las
necesidades reales de la humanidad toda.
Es decir, que no existen culpables o responsables
absolutos ni globales por los desfasajes y destrucciones producidas por el
Financismo. Si se les puede endilgar a tal o cual ser humano o grupo
humano el aprovecharse y explotar, y por ende desarrollar, el financismo
hasta herir de muerte a la producción humana y a la explotación de los
recursos de la tierra al punto de la saturación.
Tales niveles de saturación son buenos porque han
alertado a la humanidad a una toma de conciencia de las consecuencias y de
los resultados catastróficos que ello implica y nos ha despertado a la lucha
y a la defensa de lo natural de todas las cosas y de la existencia
humana.
Uno de los últimos desarrollos para reducir esfuerzos y
costos y para atomizar las ganancias líquidas y netas en infinitos puntos de
contacto son las Redes de Distribución, desarrollo que de alguna
manera nos permite comprendernos en parte en el Abastecimiento Utópico.
Como dijimos el Abastecimiento Utópico es
el aprovisionamiento de productos o servicios de necesidades básicas y
primarias a Costo 0.
Para ejemplificar: entrar en una estructura de
abastecimiento igual al supermercado, buscar lo que uno necesita, y
llevárselo, por supuesto pasando antes por la caja para que registren los
movimientos de mercaderías, empacar, agradecer e irse. Sin Pagar. Este es el
Abastecimiento Utópico. Y es factible y realizable siempre y
cuando todo el sistema económico haya sido paulatinamente reacondicionado a
lo mismo.
Hagamos un racconto histórico.
El ser humano al igual que el resto de los animales se
abastecía de los productos que necesitaba de la misma Madre Naturaleza.
Épocas que la historia llama primitivas; se recogía lo que se necesitaba.
La imagen es: Ser Humano Salvaje, caminando por el
mundo, medio agachado y encorvado, agarrando y arrancando cosas del suelo, y
comiéndoselas. Agarraba, comía, agarraba, guardaba, seguía, buscaba, comía.
La historia nos sigue contando que un buen día, este ser
humano, ya cansado de andar, se sienta, se mira las manos, se toca la cabeza
y se pregunta: ¿para qué tengo estas manos y esta cabeza? ... y así comienza
a usar sus manos para algo más que agarrar y así comienza a pensar. Comienza
a ser... ¿inteligente?
Comienza a utilizar inteligentemente sus propios recursos
físicos.
Con éstos desarrolla herramientas, primitivas en un
principio, instrumentos, después, máquinas, más adelante y llegamos a la
robótica.
Ya consigue no trabajar más. ¿? ¿?. ¿Es cierto? Por
supuesto que no. Pero debería ser.
Pongo los signos de interrogación porque lo único que veo
por todo el mundo es a la mayoría de la humanidad despellejándose y reventándose
de tanto laburar.
A los únicos que no veo trabajar, o por lo menos no veo
sudar y deslomarse es a aquellos humanos que se pasean por las Cities
de las grandes urbes y a los que consiguen puestos políticos y que son
funcionarios públicos, que hacen lo suyo pero con la tranquilidad de tener
cajas que siempre se llenan para pagarles lo formal y lo oculto que consigan
"negociar".
Al resto de los pobres humanos, desde los grandes
empresarios, pasando por los grandes ejecutivos, siguiendo por los pequeños
comerciantes y los profesionales y terminando en los peones de campo, los
veo con úlceras, muriendo prematuramente sin conseguir lo que estuvieron
buscando toda la vida: un poco de respiro porque se pasaron
toda la vida obligados a trabajar.
Cuando el sistema los deja respirar, ya sus cuerpos
jubilados, no les responden ni para mover un solo músculo, cansados después
de 60 años de deslomarse: trabajando.
En realidad no puedo ver la Utopía de este Mundo ni
de esta Vida hecha realidad, sino que veo un mundo en donde todo y
todos estamos patas arriba, viviendo de formas tan antinaturales como
groseras. A pesar de todo seguimos alimentando y aportando a esta
insensatez, por supuesto que es mi punto de vista y opinión, de la cual
usted muy bien puede disentir y descansar cómodo/a en las condiciones
actuales. Yo veo a los animales viviendo con naturalidad, cuando algunos de
nuestros semejantes no los reventaron con sus políticas civilizadoras o los
hicieron pasar por el matadero o están sufriendo en feedlots o en criaderos.
Aquellos que tienen la fortuna de todavía estar libres y
de ser independientes -dos variables que estamos tratando de volver a
imponer en la convivencia entre las personas-, los animales, siguen viviendo
tranquilos, en paz y despreocupados, y viven, no
sobre...viven.
El concepto que debe mandar en la acción de todo ser
humano es: la necesidad, y de ésta surge la premisa básica que le pone
límites conceptuales al desfasaje del capitalismo: La Necesidad es la
Madre de la Acción.
Si existe necesidad en el animal o en el Ser Humano, éste
se mueve de manera eficiente y eficaz en el momento justo que le
corresponde para satisfacerla. No existiendo necesidad para
activarse en función de ella, va desde su comienzo y a la larga, a ser
ineficiente, ineficaz e inoportuno, sin considerar todo el resto de
variables humanas individuales y sociales que se destruyen y modifican
cuando dicha premisa no se aplica.
Para cerrar: no es utopía que con los niveles de progreso
a los que ha llegado la humanidad en términos de creación y de producción se
puedan implementar el Abastecimiento Utópico, el Autoabastecimiento
Utópico y los Abastecimientos -R- Recuperación, Redistribución y
Reconversión como políticas de estado para la transformación de la
macro economía en sus puntos de desequilibrio y más débiles.
Es dentro del marco de la Teoría de la Necesidad
y del impulso que la Economía Racional, ambas proponiendo una
economía social aséptica de la política y de las ideologías, que estas
propuestas puedan funcionar sin inconvenientes regularizando las relaciones
socio-económicas a nivel mundial.