La historia de la humanidad nos enseña que en un momento
en Europa surgieron ideas de libertad, de igualdad, de fraternidad, de
solidaridad, etc. Ideas que se constituyeron en ideologías que buscaron todo
tipo de justificación para imponerse, y se impusieron para bien de todos.
Cuando estas ideologías -recordar el eje CACC de
Verdad a Mentira- no alcanzaron para imponerse se utilizó la
política, cualquier medio era válido para que la gente entendiera.
Así las instituciones públicas nacieron de las ideologías
y de las políticas imperantes, nacieron de las ideas. Esta situación, con
los años, nos fue demostrando que una cosa es lo que la gente hace en sus
cosas cotidianas y otra muy distinta es lo que produce la función pública en
general.
Es cierto, la función pública pareciera que, en su
mayoría, hace lo mismo que hace la gente en lo cotidiano, pero el asunto no
es tan así.
En estas diferencias entre lo público y lo privado la
economía tiene mucho que decir, y que hacer.
Lo público está imbuido de política, de arreglos, de
negociaciones, de lobbying, mientras que lo privado está lleno de acción, de
productividades, de resultados efectivos, de esfuerzos y de sacrificios
orientados a ganar más o perder menos en lo que uno hace. La cosa es muy
distinta.
Unos viven de los presupuestos públicos otros de los
resultados de su gestión. La diferencia es más que evidente.
Desde Un Mundo Un Pueblo pensamos que
habría que llevar ambas áreas a funcionar con las mismas variables y con los
mismos parámetros de acción y de exigencias. Así nacieron los
Institutos de 1x1, todas construcciones de organización y de
administración que nacen de las necesidades concretas de las personas y no
de ideologías o políticas ni de derechas ni de izquierdas, ni de un ismo ni
de otro ismo.
Y los resultados de su efectividad están a la vista:
todas están en concordancia con lo que la gente hace, piensa y progresa, y
no hay conflictos ni abusos o excesos de ningún tipo.
Construyamos espacios e instituciones públicas desde las
mismas necesidades de las personas y desde las mismas formas y concepciones
que la comunidad tiene en sus quehaceres cotidianos y naturales.