La agricultura, la industria, el comercio, las
profesiones, los oficios, la ciencia, la tecnología son máquinas que hacen
muchas cosas, además dinero.
El origen de todas ellas fueron la tierra y la
actividad del ser humano, como ya sabemos, y entre la inmensa cantidad
de obras que las generaciones fueron haciendo construyeron estas máquinas.
Cumplen infinidad de funciones, producen infinitos
productos, dan muchas satisfacciones, pero he aquí que un día a alguien,
avaro e inútil, se le ocurrió utilizar a todas ellas para "hacer dinero" y
¡¡puff!! Las máquinas comenzaron a fallar.
Durante muchos años éstas seguían haciendo lo que ellas
saben hacer y en cantidad y en variedades incalculables pero ese alguien
las iba desajustando para que hicieran solo lo que él quería: dinero.
Así con los años les fue sacando piezas que hacían
otras cosas y le fue poniendo otras piezas que solo hicieran lo que
quería: dinero.
El quería una maquinita para hacer dinero, solo eso.
Con el tiempo lo consiguió, y todo cambió. Ahora todo todo todo son
maquinitas para hacer dinero, solo para eso dicen que sirven, y para
nada más.
El financismo realizó sus intenciones y hoy todo se
paga con dinero, incluso los favores, y hasta los regalos no son regalos
sino que son cosas que tienen valor más que nada por el precio que se
pagó.
Fue el capitalismo el que construyó todas estas
máquinas -máquinas de un millón de funciones- pero fue el financismo a
través del deconstructor de máquinas el que obligó a transformarlas
en maquinitas de hacer dinero.
Es hora que entre todos nos pongamos a recomponer las
máquinas para que nos vuelvan a dar los millones de satisfacciones y
alegrías que otros nos roban sin ningún esfuerzo.
De esto se trata toda esta obra.