Antes que nada: el ser humano presta un servicio
a la madre tierra y ésta le devuelve su producido de acuerdo a la capacidad
e inteligencia en el equilibrio que el ser humano comprende que existe entre
todos y cada uno de los elementos de esa naturaleza, y su propia
inteligencia racional, para aplicar a una mejor o peor simbiosis entre
tierra y actividad humana.
Desde la premisa básica de que La Necesidad es la
Madre de la Acción se pueden encontrar infinitos ejemplos de
realización del ser humano, tanto intelectuales como físicos, cuando
visualiza y va en busca de la satisfacción de Una Necesidad Concreta y
Real. El "cómo y cuánto" del esfuerzo que aplica para satisfacer esa
necesidad muchas veces no lo tiene definido ni claro, pero lo que lo mueve a
activarse dentro del proceso creativo-productivo y la potencia y
determinación que la necesidad insatisfecha le da es la variable
determinante del éxito que busca y generalmente consigue. En el otro punto
del continuo se encuentra: no lo quiero hacer porque no lo necesito.
O un poco más aquí un: "no lo quiero hacer porque los elementos que
necesito activar o los sistemas con los cuáles voy a tratar de conseguir los
resultados No Siento -aunque muchas veces no sé tampoco por qué no lo
siento- que sean los adecuados para conseguir los objetivos de satisfacción
que me planteo o que necesito.
La insatisfacción, por ejemplo, que nuestros adolescentes
tienen respecto a los sistemas de educación actuales y en consecuencia... la
rebelión al estudio. Preguntas como: ¿para qué me sirve esto o aquello?,
preguntas que antes podían responderse y satisfacer la inquietud del
adolescente, hoy ni con respuestas múltiples lo satisfacen, porque la
realidad existencial que la sociedad vive justifica plenamente al adolescente
en sus apreciaciones, dejándolo vacío de respuestas concretas y reales,
justificantes de una realidad ideal y fantasiosa que en nada con-cuerda con
la realidad existencial que vivimos efectivamente como sociedad orgánica y
actual, como Un Todo Humano.
Igualmente pasa con la insatisfacción del trabajador, que
solo es mantenido en funciones por una batería de motivadores
artificiales y extorsivos que incluyen, en general, expectativas a
futuro, negociaciones y propuestas de premios y castigos que una vez llegado
el momento tienen un dejo y gusto de insatisfacción crónica, de
manejos extorsivos, de la coacción permanente como Espada de Damócles,
del desempleo que genera un permanente estado de inseguridad del empleado
produciendo la infinidad de perturbaciones y miedos individuales y sociales
que hasta el hartazgo conocemos, vivimos y compartimos.
El estudio de la psicología del trabajo, de los efectos
sociológicos y motores sociales que obligan al ciudadano a trabajar,
premisas antropológicas e históricas, religiosas y sociales cargadas de
prejuicios y preconceptos fueron y son, muchos, tapujos de justificaciones
que tratan de atar al ciudadano al tipo de trabajo productivo, muchas
veces absolutamente estéril, que en la mayoría de los casos hace que el
trabajador llegue al fin de sus días sin comprender, tal vez ni siquiera
simplemente entender, para qué trabajó toda su vida. Este estado de
ignorar al fin de sus días los elementos que lo movieron a la acción
cotidiana son precipicios y vacíos que producen estos artificios de teorías
que debemos llenar con cultura y con verdad para que nuestros
semejantes, que se cuentan por miles de millones, no mueran con la sensación
de haber perdido su existencia en balde.
Enorme y generalizado es el sin sentido y el no
haberse percatado o no haber podido actuar para llenar con elementos y
acciones que le hayan dado la sensación de pivote útil y eficiente
dentro del marco existencial social y económico en donde nacieron. Un
algo presente de identidad propia en el marco terrenal del que fueron
parte y que natural-mente los debería reconocer con absoluta claridad.
Rescatar al ciudadano útil, entonces, del vacío y del precipicio a donde se
lo ha tirado es rescatarlo de la sensación de supervivencia elevándolo a un
sentir concreto y poderoso de vivir una vida plena y total personal y
social útil y eficaz en cualquier tipo de actividad ó actividades
que ha realizado a lo largo de su vida.