Teoría de la necesidad, punto importante: el
impulso eficiente y eficaz de arranque de la actividad del ser humano, su
propia necesidad insatisfecha.
Eficientismo social, punto importante: con la
aplicación de La Teoría de la Necesidad y la incorporación de
los valores y principios morales y éticos ciudadanos conseguir máximos
rendimientos integrales de la activación del ser humano y de la utilización
de la madre tierra.
De Todo y Para Todos, punto importante:
ampliación del universo sobre el cual trabaja la economía.
Estos tres puntos tienen algo en común: debemos aprender
a ver al otro, a tenerlo como semejante -significa parecido a uno y no igual
a uno-.
Después de esta observación de Ver Al Otro,
viene todo el resto.
Cada título, cada concepto vertido en estas páginas debe
hilvanarse de una y un millón de formas para abrir el discurso, el debate y
la implementación de una nueva economía.
Conscientemente he mantenido un orden desordenado de los
títulos para permitirle al lector/a progresar con sus propios entramados y
cadenas de pensamientos. La mente humana es prodigiosa en alternativas y
muchas veces un orden lógico no es el mejor camino para la creación y
producción de ideas o de modelos abstractos.
Creo, con convicción, que el eficientismo social
nace de manera natural en cada uno de nosotros. Hay un sentido común
que se construye desde la niñez con la observación, con el juego de los
elementos, con el contacto de los distintos sentidos, con el entorno que
rodea al niño/a, y es ese inicio del eficientismo personal lo que creo que
se puede expandir a social si la cultura y las dinámicas cotidianas lo
tienen en cuenta y los instruyen y educan.
Hasta ahora el orden de las cosas colectivas públicas
fueron desde las ideologías y desde la política, y así sufrimos y
construimos estructuras de relación sin ton ni son, sufriéndolas. Es hora de
que LA ECONOMÍA, así con mayúsculas, se asuma en el lugar que
le corresponde y para esto debe visualizar un nuevo orden general de
relaciones, debe estructurarlo, organizarlo y prepararse para administrarlo
de manera profesional y científica como ha sucedido con las ciencias duras,
aunque tengamos para ello lo más blando e incierto e insondable de todos los
elementos del universo: el ser humano.
Aquí el gran desafío, aquí la visión, desde aquí los
resultados genuinos de nuevos logros que iluminen a la humanidad.