Capitalismo: Trabajo, Ahorro e Inversión.
    Trabajo -mejor hablar de actividad humana- es, cuanto más 
    eficiente y más eficaz, fuente del Ahorro. El ahorro cuanto mejor 
    administrado y cuidado es más ahorro y llega a un punto en donde cambia a 
    Inversión, y la inversión es más trabajo y más ahorro y a su vez más 
    inversión de acuerdo a dónde y cómo se asigne: a elemento más productivo o 
    menos productivo, a sectores más creativos útiles o menos creativos e 
    inútiles, etc.
    
    Financismo:  Crédito, Especulación y Rédito 
    Financiero.
    El que tiene puede pedir crédito, el que no tiene no, 
    así de simple.
    Al que no tiene le pueden dar crédito pero a costa de su 
    vida, de su sangre, de su dignidad, de una permanente humillación como 
    persona, y así consigue "su crédito", generalmente un pingüe 
    negocio para el que lo da.
    Millones se encandilan con esos "créditos fáciles" y a 
    sola firma y entregan sus vidas para hacerles el negocio financiero a otros, 
    pero allá ellos, el libre albedrío y elección ante nada y ante todo.
    Pero lo interesante es cuando alguien tiene, y 
    tiene mucho o más que mucho, entonces, puede conseguir un crédito casi 
    sin poner nada, porque tiene tanto que quién se va a preocupar si 
    pagar no le costaría nada.
    
    Así, la mano negra de un negocio entre desiguales,
    comienza a horadar las relaciones entre las personas, entre sector 
    social y sector social y es en donde la injusticia social muestra sus 
    grandes diferencias.
    Crédito fácil pero realmente fácil, y precios rebajados 
    pero real-mente rebajados son para los que tienen mucho y que cada vez 
    tienen más.
    Hasta aquí solo estamos hablando de la primer parte de la 
    fórmula del financismo, imaginemos antes de dar vuelta la página cómo será 
    llegar al final de la fórmula.
    Cuando la economía de una empresa en un capitalismo de 
    trabajo y producción se expande al punto de ser un negocio estable económico 
    y se transforma en simples flujos de caja que acumulan ganancias financieras 
    de manera automática y constante -porque la estabilidad del mercado y de la 
    producción fueron conseguidas- las decisiones empresarias actúan ya sobre la 
    especulación financiera: dónde poner el dinero para que mejor nos rinda, 
    dónde y en qué sector de la economía productiva se puede sacar más ventaja.
    Los capitales financieros fluyen, están en el aire, se 
    sienten en el ambiente y buscan el punto de mayor codicia, de mayor avaricia 
    de algunos para asentarse porque ellos también, dicen, están obligados a 
    "rendirle cuentas a sus accionistas" (¿?, seguramente ellos mismos).
    Así empresas que no hace falta nombrar publicitan al 3 o 
    4% y "a crédito" de lo que cualquier hijo de vecino paga por la misma 
    publicidad al 100% y al contado. El ejemplo es uno entre cientos de los que 
    conocemos, y se sufren, y por supuesto es altamente injusto por donde se lo 
    analice.
    Cuando este tipo de poder de compra se hace raíz y 
    cotidiano en los que toman las decisiones empresarias, el caramelo empieza a 
    gustar, y lo que era una sana operación de inversiones productivas comienza 
    a tener un tufillo de compulsión y de exceso transformándose en una 
    especulación más allá del negocio natural.
    Los millones bailan, buscan compañías y países fáciles, 
    compiten entre sí, se empujan y pelean por espacios virtuales, volátiles. 
    Los capitales financieros se acomodan, luchan por centavos de puntos en las 
    colocaciones, matan si no se paga o se matan si no se cobra, destruyen a su 
    paso familias enteras, sociedades enteras, vidas, humanos. Sangran. Se 
    mueren.
    El segundo término de la fórmula del financismo ya está 
    presente: la especulación financiera que da espacio al rédito financiero.
    Ya no hay ni importa el valor de uso ni el valor de 
    cambio, tan nuestro y tan de la economía tradicional, ahora es valor 
    de apropiación financiera.
    
    Chupar de dónde sea y a quién sea con tal de chupar, 
    cuánto más mejor. Es una aspiradora y una aplanadora a la vez. Aspira en 
    donde encuentra cualquier cosa para aspirar y aplana y desintegra lo que se 
    le pone en el camino.
    El valor de apropiación financiera no descansa, no 
    duerme, como ya dijimos, vive del tiempo cronológico 24 horas al día, 365 
    días al año y se nutre de espacios también perpetuos como las bolsas de 24 
    horas y del mundo virtual. Mejor condición imposible. Los humanos 
    involucrados en este mundo realmente viven la panacea que todo lo hace, que 
    todo lo cura, que todo lo puede. 
    Puertas afuera de los espacios que se construyen todo es 
    decrepitud, sufrimiento y degradación humana, pero a ellos no les importa 
    porque todo lo pueden inclusive olvidarse de los que están del otro lado del 
    muro.
    La fórmula del financismo concluye con un estado de 
    terror y si aquellos humanos que viven de ella no lo quieren ver es muy 
    probable que el resto de los humanos que quedaron afuera se los hagan ver de 
    la peor y más violenta forma imaginada, como viene de a poco sucediendo, 
    cada vez más.
    Solución: terminar con la fórmula crédito, especulación y 
    rendimiento financiero, volver al trabajo, al ahorro y a la inversión pero 
    ahora con límites máximos y mínimos en su utilización, límites establecidos 
    por valores humanos y por comprensiones de asociación y de convivencia con 
    nuestra madre tierra.