Partir -separar-, com..partir, re..partir, de..partir,
qué hacen estos prefijos delante del sinónimo de separar, de cortar algo en
partes.
Cuando uno habla de compartir el esfuerzo, el pan, los
proyectos con otros ¿de qué realmente está hablando?
Cuál es el grado de disposición interna y de relación con
el otro cuando decide compartir y qué otros sentimientos tiene cuando dice
voy a repartir.
Por supuesto que fuera de estas páginas deben existir
lingüistas y estudiosos de otras áreas que puedan perfectamente definir uno
y otro término, que nos aporten sus conocimientos.
Cada punto de crecimiento de cada individuo hoy es
importante y fundamental para crear algo de todos como es una nueva
economía. Si vamos a participar de este despertar humano hacia una nueva
consciencia y articulación socio-económica debemos plantear la profundidad
en la que el compromiso individual y social va a llegar, o le vamos a
requerir. Ese nivel tiene que ser el de máximo esfuerzo -no sacrificio- y
dedicación, y debe ser de todos en su propia medida e inquietud.
Debemos incluir a todo y a todos y aprovechar sus
aportes. Las intenciones mucho más allá que el sentido de solidaridad, de
altruismo, de caridad. Vamos hacia la construcción y hacia el compartir y
repartir de manera natural, sin darnos cuenta que lo hacemos, sin ver al
otro cuando lo hacemos porque ya lo vimos en su estado anterior de
necesidad, sin sentirnos que lo estamos haciendo, sin evaluar ni ver lo que
damos o lo que recibimos, porque es así de natural partirlo.
Elaboremos y encontremos el punto de la entrega propio y
apliquémosnos a ese nivel de participación con el otro, con el semejante.
Compartir, repartir, dos términos que nos pueden dar
mucho, muchísimo más, que la simple suma o resta de una cantidad partida.