TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  109 - Ocuparse, Des.ocuparse, Pre.ocuparse y Des.pre.ocuparse  
          Audio - Imagen MJY

Enrique Barrios hace años en Ami, el niño de las estrellas nos enseñó en un muy buen consejo para los humanos a no pre..ocuparnos por las cosas sino a ocuparnos de ellas.

Con los años y el aprendizaje cada vez que me preocupaba ponía manos a la obra para ocuparme y así después de mucho tiempo surgió el pensamiento de "por qué las personas ante tanta desidia y descalabro del sector público, ante tanto evidente delito público no pone, toda la sociedad, manos a la obra y cambia los sistemas y a las personas que le están robando y que se están abusando de ellos". Y lo que Ami nos dijo se extendió al siguiente desarrollo intelectual.

Cuando una persona tiene una necesidad se ocupa en satisfacerla -de ahí la necesidad es la madre de la acción-.

La sociedad crece y se distribuyen funciones entre sus miembros: unos hacen una cosa y otros otras, es decir, que mientras unos se ocupan en hacer unas cosas otros se des..ocupan de esas cosas pero se ocupan de otras. Todo está bien hasta que las personas que se ocupan de algunas cosas comienzan a no cumplir bien con sus funciones, momento en el cual las otras personas comienzan a pre..ocuparse porque sus connacionales no se están ocupando bien en hacer lo suyo.

Lo natural es que si alguien no hace bien lo que se le delegó que haga se lo vuelva a instruir para que haga bien las cosas o en el extremo del asunto se lo saque y se lo ponga en otro lugar en donde pueda ser útil y seguir sirviendo a la comunidad. Pero esto no es lo que pasa. En la función pública y en muchas otras instituciones vemos que las personas no hacen lo que deben hacer, y no solo eso sino que hasta hacen lo opuesto de lo que deben hacer -habiendo corrompido las instituciones- y todo sigue igual y la gente sigue en sus puestos y todo sigue cayendo y cayendo en la decrepitud y el abandono. ¿Qué pasa? ¿Qué nos pasó?

Muy sencillo. La sociedad, generación tras generación, va estratificando sus funciones sociales por grupos bien definidos de ella, así la familia judicial, así las familias de funcionarios públicos -caso la familia de Alfonsín con 116 miembros "funcionarios públicos" en ella- etc.

Pasan los años, pasan las generaciones y unos se van pasando la posta del cargo en otros familiares directos o no tan directos, de amigos o de conocidos de amigos o de familiares de familiares amigos, y las relaciones de contactos no tienen fin.

Claro, cuando otros sectores de la sociedad no pueden participar durante generaciones de una determinada actividad comienzan a des...pre... ocuparse, es decir, que ni siquiera tienen la capacidad de preocuparse, se despreocupan de esas actividades. Están tan alejados de esas funciones sociales que pierden toda imagen y relación con ella, y lo único que hacen o pueden hacer es mantener una fuerte y profunda reificación de la función justicia, por ejemplo, pero jamás asumirse en que son ellos los que pueden generar justicia.

Volver a asumir la función que los otros por generaciones no han cumplido o han cumplido mal al punto de deconstruir el sistema judicial o de haber destrozado el Estado de Derecho transformándolo en un simple estado de ley es harto difícil sino imposible para aquellos que no están en esas funciones.

Entonces, en principio, el ciudadano debe ocuparse directamente de todas sus necesidades insatisfechas, sean básicas, primarias o subsecuentes, después debe delegar pero seguir observando cómo está funcionando el otro en su actividad y qué resultados está produciendo para derramar sobre la comunidad. Después, si uno se preocupa, activarse para ocuparse nuevamente de lo que lo preocupa, es decir, jamás dejar que algo se aleje tanto como para sentir que la desocupación va a perpe-tuarse, mucho menos la des...pre...ocupación, que es la que lleva al colmo la inacción. De esta manera: estando los individuos de la sociedad siempre pendientes de los logros y de las actividades de otros no van a llegar a la despreocupación que es el estado en donde nada se puede hacer, en donde no se puede ni siquiera entender cómo volver a activarse para la realización de las necesidades insatisfechas, lo llamo indigencia social institucional estructural y pública, una incapacidad absoluta de actuar sobre el marco institucional público para frenarlo y reformarlo.

Gracias Ami, niño de las estrellas.



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