TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  12 - El interés artificial e improductivo  Audio - Imagen MJY

Sin generalizar, la sensación de satisfacción que ofrece y la calidad de sentimiento que produce lo que se llama una renta ganada, de la que vamos a hablar en el interés real y productivo, es muy distinta al contenido de valoración que produce la acreencia de la renta no ganada, o renta financiera.

Todos sus valores y principios son inversos al interés real y productivo, su visualización crea la fantasía de lo útil por el resultado mismo, pero que es evaluado por una mente que comprende la cosa por la cosa misma, que disocia esfuerzo realizado y valores totales integrados y de riquezas. Disocia las potencialidades dispersas conjugadas para llegar, después de un proceso generalmente complejísimo, a producir un resultado.

Esta mente analítica y visualizadora del resultado olvidado y perdi-do del esfuerzo para conseguirlo, y olvidado y perdido de todos los patrones y valores que fueron accionados y mantenidos por seres humanos, o en su caso por la Madre Tierra, para dar el producido de manera generosa, es el punto, en este tipo de mentes, en donde comienza lo que llamamos La Gran Distorsión.

La Gran Distorsión es entender que la cosa es importante y que el ser humano que la produce o la tierra que la entrega no son importantes cuando la valoración debería ser exactamente al revés. Este cambio en la visión de las cosas tiene profundas implicancias para la vida en sociedad y la convivencia compartiendo un hábitat común.

Esta distorsión de valores originarios que sí son importante por un valor que no es importante pero que se lo asume como si fuera lo único importante, es haber cambiado las jerarquías universales por un discernimiento miope de la mente humana que nos arrastró hacia otro mundo de creación y producción alejado de la verdad de la vida y del ser humano.

El ser humano dice: tengo hambre y sale en busca de su alimento. Cuando el ciclo se repite día a día y por esas cosas del desarrollo cultural y cívico ese ser humano se proyecta sobre la cosa que satisfizo su apetito y se asume en ella, ya el fruto o el interés productivo comienzan a ser artificial e improductivo.

Cuando el ser humano en busca de su alimento se olvida de sí mismo y de los esfuerzos que otros produjeron para traerle el producto al lugar y en el momento exacto en que necesita aprehenderlo -tomarlo- para satisfacer su necesidad, y se abalanza sobre la cosa para comérsela y se acostumbra a esa actitud y conducta simple de saciar el apetito y ya, es hora y es el tiempo en que el ser humano tiene que volver a internalizarse y volver a comprenderse a si mismo, comprender cuáles son los valores y los principios reales de su existencia individual, social y ambiental.

Ese que es el mismo producto que consume y satisface su necesidad, ha dejado en realidad de ser comprendido como un elemento de la naturaleza con espíritu y poderes propios, es decir que ha dejado de ser el resultado de la producción de una cantidad de rendimientos y satisfacciones colaterales para transformarse en un simple gasto que desaparece cuando se lo consumió. No hay reverencia, no hay respeto por la relación entre el ser y la cosa, no hay consideración por la situación de necesidad insatisfecha que fue saciada, ni hay respeto por uno mismo.

El producto en vez de cumplir la función e integrarse a la sensación de inversión que satisface y permanece... viene y se va sin dejar más que el espacio para el hambre del momento que viene. Y esto se repite con todas las necesidades actuales satisfechas.

Reeducar la visión del consumidor, alejarlo del precio por producto en el que está asumido y proyectarlo al concepto de valor por satisfacción plena satisfecha en su justo momento que lo integre, que le haga comprender y sacar rédito a todo el proceso económico que lo llevó a ser el sujeto de apropiación de algo tan simple como la compra misma de algo tan complejo como es el de la participación de decenas de personas -semejantes a sí mismos- y de diferencias del aporte de todas ellas y del producto de la tierra, para que todo le resulte simple.

Un cambio de visión de este tipo comienza a socializar la economía. De esta manera todo consumo en donde se pierda su real integridad humano-material se transforma en un interés improductivo.

Imaginemos lo que significaría analizar la renta no ganada en términos netamente financieros, situación que ya fue harto estudiada, debatida y atacada en el concepto usura tradicional y en lo que es valor más o menos ético del manejo de los fondos financieros, rendimientos financieros, etc.

En la Teoría de la Necesidad no nos interesa exponer ni discutir la usura tradicional ya que ésta avanzó a pasos agigantados hacia nuevas formas, mucho más sutiles, de imperio en la vida de la humanidad, formas que se constituyeron en el Financismo, cáncer del Capitalismo de Trabajo y Producción.

La usura como tradicional ha avanzado a mil formas de expresiones y de penetración del aparato de producción de bienes y servicios: seguros, servicios financieros, compras a futuro, cauciones, garantías, amortizaciones y capitalizaciones, fondos de inversión, encajes bancarios, reaseguros, redescuentos, etc., son las mil caras de la usura moderna.

Estos son subsistemas del manejo y de la imposición del miedo, de la extorsión, de la amenaza, del chantaje y del maltrato al que el ciudadano está, ya, acostumbrado a recibir y con lo cual convive naturalmente.

Tarjetas de créditos, de débitos, de compras, transferencias automáticas, cupones, servicios prepagos, y cuanto otro aporte deslumbrante nos da en la actualidad el ingenio humano llevan su semilla de rédito no ganado del financismo.

Un sistema financiero que acumula de a centavos ha producido una red de control que se ha comido al capitalismo productivo y lo ha subyugado al punto de esclavizarlo en cada paso de expansión que quiere dar; a esto llaman desarrollo y se lo incluye dentro de los Productos Brutos Nacionales.

Su consecuencia natural es: un mundo pequeño acreedor y el mundo real y efectivo de producción de bienes y servicios que sí son útiles y necesarios para todos sus semejantes que se cuentan de a miles de millones, pagando el tributo financiero correspondiente cotidiano, todos deudores.

Muchos dicen es una vida para sobrevivirla y no para vivirla plenamente, es cierto, es por todo este tipo de ataduras sutiles que nos han impuesto, es porque sin darnos cuenta en las cosas grandes y en las pequeñas de todos los días pagamos, pagamos y pagamos tributo al financismo simplemente por existir. ¿Por qué? ¿Dónde dice que el ser humano nació para sacrificar su milagro de vida y para pagarle tributo a la codicia, a la avaricia y al despropósito?

Da vergüenza ajena y produce perplejidad que la humanidad se haya dejado seducir tan sutilmente por un sistema de despojos de tan desfachatada proporción.



  <<< // ÍNDICE Teoría de la Necesidad // Home 1x1 // >>>
                             Economía Racional