La humanidad se viene sacrificando, SACRIFICANDO, desde
hace cientos de generaciones, li-te-ral-men-te, es hora de cambiar nuestros
sistemas de existencia y que comencemos a hacer ESFUERZOS sin
sacrificar nada.
Pareciera que la humanidad no se da cuenta en donde están
las transferencias de capital humano, de capital de vida, de capital
sacrificado cuando se lanza a vivir del sacrificio por la vida o se obliga
al sobrevivir a costa de cualquier cosa. Y es cierto, los sistemas que la
humanidad ha construido alrededor de sus relaciones económicas y de sus
abastecimientos cotidianos son tan pero tan sutiles que pareciera que uno
debe dar de un lado para poder recibir del otro. Pero la naturaleza no es
así, la naturaleza entrega y poco hay que cuidarla para que nos entregue más
y más y más.
Ahora, algo que se puede observar es que cuando en un
sector de los sistemas de convivencia la carga de sacrificios que la
comunidad debe hacer para soportarlo y que siga existiendo es muy grande
comenzando a producir conflicto en la sociedad, la carga, de manera casi
natural, se transfiere hacia otro lado, deforma otro sector o estado de otro
macro sistema de convivencia.
Pongamos un ejemplo. El financismo, después de explotar
hasta el tuétano el laburo de la gente y la producción de las empresas,
después de comerse el caracú de cuanto hueso quedó desprendido e inerte, se
lanzó a negociar con el poder político los macro negocios que podría
generar. Así, los políticos corrompieron los sistemas institucionales y
entonces, al transformarse éstos en sistemas útiles para el desfalco y el
robo públicos dejaron de servir a un Estado de Derecho, se impusieron los
políticos sobre la sociedad en un estado parecido -pero definitivamente no
igual- como es el Estado de Ley, y la cosa sigue tan aceitada y pulida para
el financismo explotador como en los tiempos en los que todas las empresas
le hacían el caldo gordo.
Los sistemas corrompidos y prostituidos encuentran
siempre, de una manera muy fácil, fluir como el agua e inundar y corromper
otros sistemas, impresiona su eficiencia y eficacia.
Otro ejemplo. Por qué el mundo se inundó de mafias,
sectas y ligas de tránsfugas públicos y privados. Simple: porque ante tal
descontrol de leyes, formas, reglamentos, constituciones, y todo tipo de
normas a cumplimentar, las personas se cansaron, se juntaron, armaron
sistemas paralelos de convivencia mucho más simples y hacen la suya
ignorando toda la imposición y complicación generadas por mentes que se
pierden, solas, en el derecho universal.
La jungla y la selva normativa, la elefantiasis
jurídico-legal ya llegó al colmo y las personas se asocian por fuera
de los sistemas y siguen viviendo.
Por supuesto que en este seguir viviendo arrastran
y se arrastran a valores y conductas especiales que no siempre están
regladas por la moral y las buenas costumbres que a pocos ya les
importan, produciendo subculturas de todo tipo y extracción que han dividido
a la humanidad en nichos absolutos de individualidades solitarias, pero la
humanidad sigue adelante.
Tengamos en cuenta que cuando los sacrificios para
mantener estructuras y sistemas anacrónicos e inútiles explotan en lo
personal e inmediato a renglón seguido y en el poco tiempo otros sistemas de
relación y de convivencia comienzan a su vez a prostituirse. En flor de líos
se ha metido la humanidad por el desarrollo y el supuesto progreso impuesto
por el capitalismo salvaje y por el financismo antropófago del que ya
hablamos.
Ya es hora de cambiar.