Porque comprar cosas no es necesariamente consumirlas,
tener 200 pares de zapatos es habérselos apropiado pero solo
se los puede "consumir" de a un par a la vez.
La sobre producción promueve la distribución de sus
stocks, de difícil consumición por falta de mercados que la puedan
adquirir, a personas del mismo sistema económico que tienen los recursos
financieros para adquirirlas y así redistribuye los inventarios
-inmovilizados- dentro del mismo mercado de excesos.
No adquirirlos, no apropiárselos, significaría parar la
producción y por ende el colapso del sistema económico y de equilibrios
artificiales e inducidos.
Un claro ejemplo la industria de la guerra, un mercado
claro de excesos de sobre producción que necesita de la producción de
conflictos para colocar sus productos que, a su vez, son apropiados por
naciones o grupos a los cuales se les da crédito desde los mismos países
productores de la industria bélica.
Otro claro ejemplo: la incapacidad de la economía actual
de colocar sus sobre producciones en mercados y países que no llegan a sus
mínimos niveles de producción económica. Mercados que son otro mundo
adonde no se puede acceder. Aquí el aporte magistral de la propuesta de la
Economía Racional con la construcción de un Mercado Económico Mundial, de un
Gobierno Económico Mundial y de sus símbolos hallesistas.
Resuelve la Economía Racional que todo se produzca de
acuerdo a las potencialidades de la técnica y de la genialidad humana y de
los recursos y que TODO se distribuya sin inconvenientes para ser consumido,
realmente, por aquellos que tanto lo necesitan y a quienes, todavía, el
sencillo acto de alimentarse a diario es solo una lejana utopía.
Entonces existe una enorme diferencia entre consumo y
apropiación, diferencia que nos obliga a replantear el consumismo y toda su
errada orientación.
En realidad, es más un análisis y resolución de
colocación de stocks que de gente consumiendo, es más el problema de los
desperdicios y desechos de lo que los pueblos se apropiaron pero que no
consumieron, que un asunto de empachos de gentes por atragantarse
consumiendo.
Una dinámica que asusta por sus desechos es la
tecnológica que induce al apropiacionismo masivo sin dejar de parar en las
consumiciones mínimas para amortizar las inversiones de tecnologías ya
perimidas.