Las causas reales del fenómeno inflación son:
1- estructurales y
2- producto de hábitos, conductas y condiciones del
desarrollo socio-económico mismo.
La comparación de los precios relativos de productos, la
estabilidad o desgaste de la moneda, etc., tienen muchas teorías y escritos
que las presentan desde una larga historia de experiencias cotidianas y no
son el tema de este título, ni tampoco consideramos que sean los motivos,
mucho menos causa, de la inflación real, son simple inducción social de la
política económica y simple devaluación natural e intrínseca de la moneda.
Existen otro tipo de factores que desde mi óptica son
importantes y que considero que son las causas originarias y reales de
la inflación.
El mundo es un chip. Fue enorme cuando era un
pañuelo. Y fue aún insondable e infinito cuando había que caminarlo para
llegar a cualquier lugar antes que las carabelas lo navegaran.
Hoy comparado con el sistema actual de comunicaciones y
con la capacidad humana de haber construido un mundo virtual junto
al mundo real la sensación es escalofriante.
Hemos avanzado de un sistema primitivo de contacto humano
global a un perfecto sistema nervioso de comunicaciones tan
bien realizado que sus perturbaciones por golpes y conflictos de un lado,
casi inmediatamente se sienten y duelen en cualquier otra parte del nuevo
cuerpo nervioso humano globalizado que creamos.
Así, en términos de semejanzas, podemos decir respecto a
las comunicaciones que fluyen en el universo de las relaciones entre
nosotros, que hemos llegado a construir a nivel planetario el mismo sistema
nervioso del cuerpo humano.
Los niveles de eficiencia, una transferencia casi
instantánea de sensación al resto del cuerpo de una alteración en cualquier
otro lado del mismo, el nivel de efectividad y exactitud del envío del dato,
transmitir el acontecimiento tal cual se sintió en otra área y la
oportunidad, casi inmediata, que el sistema permite reproducir y transferir
son maravillas de las cuales debemos estar orgullosos.
Qué implicaba y cómo y cuándo afectaba en América un
cambio de relación en los precios, en las demandas y ofertas de productos en
Europa, hasta no hace mucho dos continentes distintos y separados, muchas
veces no implicaba nada, ya que las necesidades de unos no afectaban ni
representaban las necesidades de los otros.
Con el devenir de transformaciones profundas, América
toda, recibía el impacto de los cambios con una concepción muy distinta de
como le afectaban a Europa; con diferencias de tiempos y también de lugares.
Hoy todo está homogeneizado y hasta "pasteurizado" por
los adelantos que tenemos, las necesidades de unos se complementan y
asemejan a las de otros y los cambios, por esa tremenda interacción e
integración, son factores que se transforman en perturbadores de todo el
resto de variables integradas en el punto.
Entonces, el primer factor de importancia para que se
produzca el efecto inflación es la dinámica en cero tiempos
-en consecuencia en el mismo punto aunque de distintos lugares- de la
transferencia del impulso de cambio y la similar necesidad relativa de todos
los productos y servicios a nivel global.
Es de primordial importancia comprender, ecualizar y
aprender a manejar nuestro nuevo sistema nervioso global altamente
sensible de nuestro cuerpo socio-económico-comunicacional
planetario.
Perdidos en los impulsos y en las sensaciones que la
nueva hipersensibilidad nos produce, no podemos manejar el impacto tan apabullante
y perturbador que altera las relaciones relativas. Todo esto es muy nuevo
para la humanidad. Es como si el planeta, y la humanidad, estuviera
drogado y no pudiera separar La Realidad de La Ilusión, entre el
impulso controlado por el resto del sistema nervioso o el espasmo compulsivo
y revulsivo que nos produce ese impulso.
Este es el primer factor de generación y disloque cuyas
consecuencias, en las relaciones entre valores, precios y monedas, llamamos
inflación.
Previamente y sumado a este desfasaje, la baja natural
del valor monetario como valor de compra que es intrínseca a su esencia y
condición es algo que siempre se debe considerar.
El ser humano para reducir esta diferencia de percepción,
este ver doble entre la realidad y la ilusión que se le presenta, genera un
ajuste de precios, que por supuesto tiende a más -o a menos valor del signo
monetario- ajuste que se produce sobre la variable menos real de todas, la
variable monetaria, o el común denominador, porque el producto en sí tiene
siempre el mismo valor de satisfacción de la necesidad insatisfecha y
difícilmente vaya a cambiar instantáneamente su relación de valor relativo
con el resto de los productos.
Con este factor se invierte la importancia de los
elementos que intervienen: ya no es la necesidad, entonces, el producto que
se requiere para satisfacerla, entonces los otros productos y/o moneda que
se requiere para adquirirla, sino que pasa a ser la moneda y su valor
la excluyente para comparar los precios relativos para elegir el
producto para que permita satisfacer la necesidad.
Así, ahora, manda la estabilidad de la moneda y su valor
de representación sobre elementos ciertos, reales y productivos, o
inciertos, falsos, improductivos y especulativos y sus infinitos mundos de
relaciones.
Sobre la estabilidad monetaria para los intercambios
comerciales globales tenemos las propuestas de la economía racional de la
Fundación Universal Hallesint con el Invariado Monetario,
y de nuestra parte, Un Mundo Un Pueblo, el Patrón ABC
del Soberano propuesto por nosotros para construir una moneda
mundial sin dejar de lado las monedas nacionales actuales.
El segundo factor de importancia es la transferencia que
se hace del valor real de los elementos concretos que se producen o de los
servicios que se prestan a valores proyectados a futuro para prever
posibles contingencias.
Cuando una persona produce un bien, presta un servicio o
se activa en cualquier área de la realización humana, esto es concreto,
real, tangible, exacto, cierto, absoluto, íntegro e indubitable. La
Realización está aquí. La Realización está ahora. Sin
importar la calidad de la misma. Es de una Certeza Fuera de Toda
Reflexión en contrario.
Pasar de una realización a otra, aunque sea un mínimo
paso, tiene un sustrato concreto y real de incuestionable REAL... idad.
La dinámica y la inercia de la economía mundial por los
desarrollos conseguidos generó nuevos hábitos y costumbres que unidos a la
enorme presión financiera y a las características que las operaciones
financieras conllevan en sí mismas, ha producido una transferencia de "en
dónde está y en dónde hay que poner el énfasis" en relación a la
evaluación del trabajo o del servicio que se presta para ponerle un precio.
Lo que hace decenios era hábito de buena administración
de recursos, los presupuestos y las proyecciones de futuras necesidades para
cubrir y soportar posibles fluctuaciones y contingencias de cualquier tipo,
se ha transformado de ser una más de las herramientas de una buena
administración a ser el factotum por excelencia de la existencia de
los elementos del aquí y del ahora pero allá y después.
Sobre una base real, todo lo que tenemos en el
presente y aquí sirve para proyectarnos hacia las necesidades futuras; pero
los planificadores y proyectólogos futuristas nos presentan las
posiciones especulativas de un futuro contingente como
¡Real...es!, y son estas especulaciones a futuro las que tomamos para
condicionar el presente creyendo que son ciertas y reales, cuando son
solo una intención de deseos, aunque bien intencionados algunos y muy mal
intencionados otros, lo que distorsiona los valores relativos.
Estas proyecciones tienen incluidas especulaciones
políticas, rumores de inteligencia, etc., pero no son parte de la economía
real, real.
Esta actitud ya asumida por la mayoría es una inversión
de los patrones naturales y es un alejarse del presente de la Real...
idad y de la Verdad de la importancia y de la potencia de lo que
SI TENEMOS aquí y ahora, para sacarle presencia e importancia y
ponerlas en la Ideal... idad construida en lo virtual y
proyectada -mucho de esto consecuencia de un manejo especulativo y
tendencioso- en un allí y un después que siempre es un tal vez.
La incertidumbre, calculada con las más avanzadas
fórmulas actuariales y matemáticas, con los cálculos estadísticos más
precisos y ajustados, se mantiene en el trasfondo del imaginario del ser
humano y siempre siguen siendo incertidumbre. Esta incertidumbre respecto a
que realmente pase lo que se proyectó, es duda y en muchos casos miedos
presentes de contingencias futuras, lo que implica transformar un camino
pavimentado por el cual debe transitar toda economía en un camino pantanoso
donde cada paso y cada acción económica es comparada con los miedos y las
incertidumbres de los cálculos proyectados en el papel.
La duda de hoy necesita ser cubierta por un
margen de seguridad y el margen de seguridad es inflar los precios, es
manejar los precios y ver hasta dónde se pueden estirar, es calcular las
intenciones de hoy por las posibles contingencias del mañana, por
supuesto hasta los límites que el juego de la oferta y demanda lo
establezcan o lo permitan, hasta el punto en que los mercados lo acepten.
Pero el estiramiento es permanente, cierto y aplicado, es en realidad
una "elongación por miedo".
Cuando estos límites se ajustan al punto de la
inflexibilidad total, esa proyección lleva a que para cubrirse por las
posibles contingencias se tomen decisiones políticas -extraeconómicas- y se
comience con el juego de los subsidios, de las barreras de importación y
exportación, de la legislación que cubre y que cuida, que mienten en las
cosas de hoy para proteger las especulaciones proyectadas del futuro.
Así, todo se reduce a un yo tengo o no tengo razón,
y esto es un nada que ver con la economía y las necesidades de hoy,
mucho menos con los precios y valores relativos reales.
Todo es haber incorporado cálculos que son patrimonio
exclusivo del financismo al resto de las actividades humanas, y todo es lisa
y llanamente especulación que afecta la profundidad del enraizamiento con
el presente que es lo único que debería mover a la realización.
Realizaciones presentes que estén fuera del marco de la
concentración de los elementos y valores del aquí y del ahora,
reducen los márgenes de efectividad y distorsionan los niveles de eficiencia
en las realizaciones mismas, perturbando y alterando además la mente y las
conductas humanas que las producen.
El factor tiempo, cuando no establece una puntualidad y
exactitud cierta dentro del ser humano, varía una cantidad de elementos
internos de muy difícil evaluación, pero cuyos resultados deberían ser
considerados y calculados, situaciones que afectan, también, las relaciones
de valor.
El hombre y la mujer efectivos son aquellos que
se plantan en el continuo del tiempo en el presente puntual y actual,
porque la realización es ahora, toda dispersión hacia el pasado o
hacia el futuro nos aleja de la contundencia del acto de realización como
tal, y por ende de su máxima efectividad.
Por este factor de querer siempre proyectarnos hacia el
futuro para asirlo, para tenerlo asegurado hoy cuando son
cosas del mañana, hechos como las operaciones a término, los seguros de
precios, los precios a futuro, y todo otro manejo financiero que se realizan
sobre los productos, sobre los rendimientos, sobre las riquezas y sobre la
actividad del hombre del HOY -hombre que comprende la importancia de lo
real, efectivo y cierto de su actividad presente- son altamente
perjudiciales y desestabilizantes de los precios relativos de hoy como de
los precios futuros también.
Este estado de permanente especulación es
la segunda causa de la inflación.
Entre la primera y la segunda causas crecen las
incertidumbres, es decir que se produce un aumento en la sensibilidad de
nuestro sistema nervioso de comunicación global, y se produce un
alejamiento del punto fijo de apoyo en la realización, en la
realidad.
Al transportarnos en el continuo temporal hacia el futuro
contingente se hacen inestables y volátiles las condiciones de los precios
relativos de los bienes y servicios actuales y, a su vez, como el efecto se
produce sobre la moneda, sobre una re...presentación de las
cosas y de los servicios reales, la volatilidad es aún mayor y a esos
desfasajes y desajustes los llamamos inflación.
La tercera causa de la inflación es el altísimo nivel de
especulación que las decisiones económicas han tomado y la enorme influencia
que el financismo con su propia especulación y herramientas ha creado y afectado
a todas las áreas de actividad humana.
Se asimilaron y asumieron conductas y actitudes macro
sociales y macro económicas que quieren jugar y participar del
desarrollo especulativo financiero y que día a día aportan su juego
con una aceleración, inventiva y celo infernal para que los mecanismos y
sistemas de trabajo en las áreas financieras se potencien y exploten a una
ecuación que maximice los rendimientos financieros y los resultados de la
especulación.
Los nuevos países que se incorporan al juego financiero
han aportado lo suyo en términos de eficiencia y eficacia absolutas.
Japón, Corea, China y otros países asiático, pequeños y
grandes paraísos fiscales, los líquidos financieros de los rendimientos del
narcotráfico, las políticas compradas de inversión de
capitales financieros para radicarse en dónde y a quién mejor los pague,
inversiones especulativas participando a políticos y a funcionarios públicos
a cargo de esos líquidos tan fáciles de radicarse y colocar en países
con abundantes recursos naturales, con tierras productivas a precios
insignificantes, países totalmente desprotegidos jurídicamente y liberados
a la rapiña financiera y de explotación son elementos para la aceleración de
los precios hacia arriba.
Infinitas opciones más de tipo especulativo financiero
que se manejan desde la función pública y desde distintos puntos del poder
económico-financiero han literalmente destrozado, apabullado y subyugado el
negocio real de producción de bienes y servicios, no solo útiles sino
imprescindibles a la comunidad mundial.
Aunque la producción siga creciendo y los servicios sigan
mejorándose y las empresas sigan abasteciendo, la existencia y supervivencia
se les hace más y más difícil a medida que pasan los años.
Este tercer punto de las causas de la inflación, la
inercia impresionante que le fue aplicada a la competencia económica de
bienes reales y de servicios ciertos por la vorágine especulativo financiera
para ganar terreno y participar del pingüe negocio financiero es la puerta
de acceso a la cuarta y última causa del tema que tratamos: las bolsas
de valores de 24 horas.
Con las bolsas de valores de 24 horas y la
incorporación del servicio especulativo financiero en Internet y su
poderosísimo spreadout a nivel global, el ciclo y el círculo de la
catástrofe de la economía real planetaria está cerrado.
La única forma actual que se le ocurre a esta demencial
maquinación humana -germen de la avaricia y de la codicia- es frenar o
aminorar los resultados de su propia inercia en los precios relativos de los
productos y de su relación con uno o varios patrones comunes monetarios es
decir: vaciar los mercados de líquido, achicar los mercados reales a
situaciones de ahogo financiero, reducir el crédito para el desarrollo
natural de los mercados supuestamente libres y limitar a que solo los
líquidos viables, por ejemplo los venidos del tráfico de estupefacientes o
los absorbidos de la tributación ciudadana y dirigidos a obras públicas, son
los únicos que pueden invertirse en "desarrollo", toda una basura de
decisiones coyunturales que podan la vida y la actividad de los pueblos y
frenan el verdadero progreso dando aire y respiro solo a lo que a ellos les
interesa y con lo cual lucran.
Este desarrollo impuesto es en obras monumentales
producidas en tiempo record en donde las ganancias están totalmente
absorbidas por los negociadores públicos y financieros de las mismas,
situación que produce una ilusión de crecimiento económico y una ilusión de
que ... "a pesar de todo, el mundo y la humanidad siguen creciendo y
progresando", por supuesto sobre la discriminación y la aberrante desigualdad
de oportunidades para la comunidad, y generando un abuso delictual
del aparato público cuyos responsables directos son los detentadores
del poder político y financiero de cada país.
Los argentinos ya los conocemos y está fresquito este
tipo de manejos con "el cráneo del mingo" y la política de la estabilidad
"del turco". Cavallo y Menem han implementado, sin ningún tipo de prurito y
un desprejuicio y desparramo sin igual, una política de la estabilidad
económica cortándole la canilla a todo tipo de desarrollo económico
genuino de los millones de argentinos que tuvieron trabajo, empresas y
campos, para restringirlo a la inversión de capitales y de inversiones extranjeras
la mayoría de dudosa factura.
Solo un cinco por ciento de lo que realmente se esperaba
cuando comenzó la mentada revolución productiva de Mr. Menem, y un control
estricto de la base monetaria en $500, por habitante por mes y durante años,
no importándoles en qué ni cómo iban a producir o reventarse para sobrevivir
millones de conciudadanos ni cómo iban a hacer para crecer con esta
cuerda al cuello y atada a las patas que cada vez que un argentino
quería caminar lo acogotaba al punto de estrangularlo y perecer.
Esta es la gloriosa estabilidad Menem, un engaño político
y económico de proporciones monstruosas y de lesa humanidad de la cual la
justicia popular -ya que la judicial jamás va a producirla- algún día va a
tener que licuar y responsabilizar.
El manejo de la economía desde la política es la
miopía más grande y más perjudicial que ha afectado al capitalismo
de trabajo y producción. Es, como se trata en otro título, haber creído que
los anteojos son los ojos, lo único que se ha generado es una transferencia
de en dónde y cuáles son los elementos de producción y los factores de
desarrollo hacia lugares de decisión que nada saben de economía y cuya
representación NO representativa de las actividades económicas solo
aumentan los niveles de corrupción pública e intereses creados de grupos
financieros de pura intención de especulación.
Esta situación que nos llevó a esta catástrofe
socio-económica mundial, que por más que los índices de crecimiento del
producto bruto global o de algunos países diga que todo va viento en
popa, son números dibujados de las cocinas contables de instituciones
internacionales pagadas con los pesos de las finanzas internacionales.
Si le restamos a esos números cocinados el sacrificio de innumerables
variables humanas, la cuenta da en rojo, un rojo violento, que
se sufre a diario.
En conclusión, los efectos de estas cuatro causas de la
inflación son los desajustes absolutos de los precios relativos reflejados
en las distintas monedas por los desequilibrios que generan en las
relaciones y en los valores relativos de los productos y servicios que se
prestan a lo largo y ancho del mundo.
Si dejáramos que los factores de producción de la
economía real actuaran con libertad buscando sus propios cauces de
desarrollo y de satisfacción y no con mordazas y trabas políticas de todo
tipo, mantendrían y contendrían las cuatro causas de la inflación. Pero como
son impulsados y presionados por la bienvenida y bien protegida bonanza
de la especulación financiera mundial juntos, causas y efectos,
finanzas y producción se proyectan como factores de máxima eficiencia
y eficacia para la consolidación del orden del desorden establecido.
Tomar conciencia y ajustar la economía mundial con ideas
nuevas, con sistemas nuevos y con programas reales y efectivos es una obligación
imprescindible de todos y la única forma de contener la enorme explosión
económico-financiera global que ya está mostrando sus mortíferas esquirlas.
Identificar puntualmente todo factor financiero y de
incidencia de costos y de gastos superfluos y estériles en la producción de
bienes y servicios, descubrir cada punto y coma en donde el financismo está
explotando la variable productiva y frenar con contra medidas efectivas y
con límites ciertos y eficaces la incidencia de las cuatro causas de la
inflación van a disminuir su incidencia dañina.
Se deben imaginar nuevas actitudes, conductas y procesos
desde el trabajo intelectual y desde una praxis efectiva de acción
desarrollando economías de superficie, transformando las industrias y
comercios de economías de profundidad en el mediano y largo plazo, junto a
sacarle la máscara al financismo como cáncer del capitalismo de trabajo y
producción y acotar éste a límites máximos y mínimos necesarios para una
efectiva complementación entre la actividad del hombre y las necesidades de
la madre tierra, son lo que el mundo y la humanidad necesita para vislumbrar
una bonanza y una estabilidad permanente que siempre anhelamos y por la cual
luchamos a diario con esfuerzo, con sacrificio, trabajando y estudiando como
lo hace el que realmente es y se siente Soberano del Mundo.