Y aquí llegamos a tener un ejemplo claro de lo que es un
efecto yuyo, la elefantiasis normativa que invadió al mundo.
Se justifica en que el orden jurídico legal es para no
vivir en la ley de la selva pero con los años este des..orden
jurídico legal nos lanzó a la ley de la jungla.
En dónde sería mejor vivir ¿en la selva o en la jungla?
Esta situación de más ley, de más norma, se nos es
presentada como beneficiosa, imprescindible, necesaria y hasta excluyente
existencial sin la cual nada podría existir armónica y controladamente en
convivencia con otras cosas. ¿Es así? o es exactamente lo opuesto, o no tiene
nada que ver.
El orden jurídico es ya un monstruoso desorden
normativo universal.
Se agarró de sus propias mentalizaciones y fantasías de
necesidad, se enganchó con miedos radicales y con límites y
conceptualizaciones fícticias y engañosas de conflictos, de guerras y de
maquinaciones macabras desproporcionadas, y se agarró de que es también
política y creció y se expandió como el efecto yuyo -nadie, excepto los
legalistas mismos, cree que produce un efecto hongo que derrama beneficios
por doquier- y así se expande, crece, crece, crece y jamás deja de crecer.
La norma jurídica y la norma sustantiva de cualquier tipo
ha tomado al mundo y lo ha opacado al punto de que la sociedad
humana ya no se ve como es sino que se ve a través de lo que la ley quiere
que sea: con sus imposiciones tiránicas, inflexibles, de mayorías absolutas
y despótica.
La norma le ha sacado flexibilidad, gracia y agilidad a
las relaciones humanas, también a la economía en todas sus
expresiones.
La normativa ha hecho de este mundo una enorme,
enmarañada y espesa jungla en la cual ya no existen formas
sociales, culturales o cívicas que ni a machete limpio pueda avanzar,
desarrollarse y vivir sin que se la trabe y se le exija sumisión total y
absoluta a la normativa preexistente.
La norma obliga, manda, exige, impone. Ya no es más
el estado de derecho ideal que hace 300 años nos habíamos
prometido: un estado del ser humano y del ser social que se sensaba
celeste cielo, verde claro, o de un rosa pálido acogedor y relajado en donde
descansar. Hoy es un absoluto estado de ley impuesta, que
solo se sensa rojo fuego, naranja intenso o negro absoluto, se sensa vacío y
lleno de miedos y cucos que atacan y destruyen.
A qué viene esto que presento, a que si esperamos
transformar al ser humano, a la relación que tiene con su actividad y con
las cosas que necesita, y a todo lo que venimos proponiendo, su realización
va a ser imposible si creemos que solo se puede hacer
aumentando la norma, poniendo más y más yuyo en la jungla que ya creamos.
El cambio económico social que se propone con La
Teoría de la Necesidad ES y únicamente puede ser desde el ánimo que
nos mueve como personas humanas y por medios alternativos a los
convencionales. Jamás se va a producir un cambio significativo y liberador
-o corrector estructural de nuestros sistemas de convivencia- si queremos
guiarnos por los patrones y caminos contaminados que nos han traído a esta
situación en donde hasta lo más evidente de la indigencia humana es
ignorado, especialmente por "la ley", que si la nombra jamás la aplica y
trata de resolver de raíz.
Por consiguiente, no es más norma ni más ley lo que se necesita para
activarse, sino que es consciencia superior humana y acción efectiva e
inmediata sobre la educación, sobre las cosas materiales y sobre los
procesos de activación y de trabajo que debemos desarrollar para satisfacer
esas necesidades largamente insatisfechas que hoy tienen el nivel de
catástrofe.