La tierra y la actividad humana producen riquezas, y
ellas pueden ser:
1- Consumidas, 2- Recicladas, 3- Desperdiciadas.
Ambos factores se asumen en la misma y exacta expresión
de producción de recursos y de satisfacción de necesidades, al igual que de
consumición de esos recursos mismos que produjeron y que se complementan o
intercambian de acuerdo a sus propias y necesarias circunstancias.
Ejemplo: Un duraznero produce sus frutos, que una vez
maduros, caen y fertilizan el suelo del mismo elemento que los produjo. El
ser humano tiene una idea, ésta es reciclada dentro de la misma persona para
alimentar otras ideas. El duraznero produce su fruto, el ser humano los
utiliza para su propia consumición y satisfacción. El ser humano piensa cómo
el duraznero podría producir más y mejor fruto y aplica el conocimiento para
mejorar la existencia del duraznero.
Así es como en el ciclo de la existencia terrenal -y
hasta lo que el ser humano conoce o cree conocer- el hombre es Uno
más, ni más ni menos, que otro elemento inteligente de la
naturaleza, que utiliza y es utilizado de acuerdo a las necesidades
circunstanciales que se producen en su entorno y en su ciclo de vida.
La riqueza consumida puede ser consumida:
1- por el mismo elemento que la produce
2- por otro elemento del que la produce
La riqueza reciclada puede ser reciclada
a- en función de en dónde se recicla
1- dentro de sí misma
2- fuera del marco de sí misma
b- en función de cómo se recicla
1- sin transformación
2- con transformación
La riqueza desperdiciada puede ser desperdiciada por:
1- el mismo elemento que la produjo
2- otro elemento del que la produjo
3- por estar fuera del tiempo de potencialidad
productivo-efectivo de realización
4- por estar fuera del lugar de potencialidad
productivo-efectivo de realización.
Clasificar distintas formas de ver los elementos que
componen la economía es el pie para el análisis de nuevas asociaciones que
necesariamente deben surgir en una nueva economía.
Incorporar todo tipo de visiones, de términos nuevos, de
paisajes de posibles cambios y abrir debate y discurso sobre ellos es la
base imprescindible a construir. Hoy la comunicación de la economía debe ser
abierta a todas las disciplinas, ciencias y estratos sociales para poder dar
un servicio humano experiencial de excelencia y universal para la
construcción de los caminos nuevos a transitar.