A los excedentes no consumidos, transformados o no, del
producido de la tierra y del esfuerzo del ser humano, que son
considerados escasos y valorados como útiles y/o necesarios se lo llama
Capital. Este capital siempre se mantiene y utiliza dentro y con su propia
esencia, pero cuando se lo evalúa con un patrón común, externo a sí,
sustituto de su valor intrínseco y natural llamado representación
monetaria se lo llama Capital Financiero.
El Capital Natural, aquél que mantiene su esencia
y su potencia de ser un elemento de producción de riquezas en sí mismo, es
de difícil manejo y manipulación; el capital financiero o
re..presentado por un común denominador de muchos otros tipos de
capitales -útiles-, es de muy fácil manejo y movilización.
Aún mucho más fácil de manejar y de transferir es el
dato electrónico, un impulso de energía, que a su vez re..presenta al
capital financiero y que puede ser disparado por el mundo como algo
cierto y verdadero, que cuesta muchas veces precios leoninos para transferir
de un espacio virtual a otro.
Si se tienen en cuenta los costos de procesamiento,
simples impulsos electrónicos de nanocostos insignificantes, éstos llevan
cargado el resto de los costos estériles del financismo, costos que deben
ser cargados, compensados y absorbidos por dichas transferencias.
La imagen del capital real cambia a ser otro capital
y de ahí esta otra imagen vuelve a cambiar para ser solo un click de
transferencia electrónica. ¡Todo un paisaje distinto! que solo se
dibuja en la mente de la humanidad, y la atonta y esclaviza.
El capital natural requiere de un esfuerzo y de un
gasto para ser transferido, el capital financiero requiere de mucho
menos esfuerzo y gasto, y el dato electrónico, representación
idealizada de ambos es casi de gasto y de esfuerzo cero para ser transferido
y manejado. Esto se trae a colación porque el concepto valor dinero,
valor dato y la subordinación que se hace del ser humano en función de
ellos, junto a muchos otros conceptos conexos va a ser analizado en detalle
más adelante, cuando presentemos Al Soberano y a Su Patrón -Actividad,
Bienestar y Calma-.
El capital natural juega per se en la satisfacción de las
necesidades, el capital financiero funciona a través de sus representados y
el dato informático funciona en la especulación de aquellos que lo manejan,
au-mentando su poder en términos de instantes, de lugar cero y de oportunidad
especulativa por necesidades, en muchos casos, de condición catástrofe
reales en las vidas de los que no lo tienen, de los que no lo pueden
manipular ni controlar.
Cuando el capital natural, como el financiero, se aplican
al producido de la tierra y/o a la actividad del hombre para aumentar su
potencialidad o rendimientos efectivos, el capital funciona como un
multiplicador eficiente y eficaz de los dos elementos originarios de
producción de riquezas.
El límite de este funcionamiento de multiplicación
debería estar dado en que el capital aplicado como multiplicador no
represente un costo o desgaste de las variables tierra y del esfuerzo humano
que ponga en peligro la existencia de la potencialidad real y/o existencia
inmediata o futura de las dos variables genuinas de la producción de
riquezas; es decir que su aplicación "no mate" ni sacrifique a
ninguna de las dos variables que le permiten crecer: la tierra y el
ser humano.
Al capital financiero es necesario utilizarlo, entonces,
como multiplicador eficiente y eficaz y no como valor fundamental, absoluto
y despótico de aquellas dos únicas variables que le pueden redituar y
mantener con vida.
La presión actual del financismo pone al capital
financiero adelante de todo proyecto humano de creación o de producción, y
esta situación es una inversión de método, por más mediática que se la
quiera imponer y por más insistentes que los economistas quieran ser, la
creación y la producción humana tiene muchísimas más variables que deben ir
por delante y no por detrás del capital financiero; solo así la economía -y
el capitalismo- van a volver a sentir el orden natural de lo que debe ser
y el orden natural del sentido que deben tener las cosas.
El límite del costo de utilización de ese capital
-financiero- se debe establecer, en segunda instancia, en que no sea
confiscatorio ni limitativo de ninguna de las necesidades básicas del ser
humano, individual, familiar o social ni de la tierra a la que se aplica, ni
tampoco del capital económico -natural- que lo produce. Si esta premisa no
se cumple es como ir matando a la gallina de los huevos de oro para tener
"todos los huevos" de una sola vez ¡ridículo y estúpido! y es en
definitiva la situación que sufre la humanidad en la actual economía
mundial. Esta situación que no se vislumbra en sus instantes de extracción
por ser en miles de millones de operaciones diarias se ve en sus efectos con
claridad en la miseria crónica de continentes enteros y de sociedades
humanas completas.
Exactamente esto es lo que la humanidad ha construido y
sobre lo que aún se sigue trabajando con insistencia miope a favor de unos y
en contra de las mayorías. Esta situación es producto de la acción humana y
de sus fuerzas en movimiento en busca de las reales intenciones y elementos
de satisfacción. Aun siendo los procesos que se impusieron peores,
superfluos o excluyentes de las necesidades básicas y reales que otros han
dejado de percibir son la realidad contundente sobre la que debemos trabajar
para cambiar, aceptándola tal cual es.
El límite, un tercer nivel, en el costo de utilización es
que éste no sea confiscatorio del nivel de necesidad cultural y cívica que
tiene el ser humano dentro de su contexto social que le exige mantener un
nivel plus de satisfacción surgido de necesidades subsecuentes.
Cuando estos límites, de acuerdo al desarrollo
socio-existencial del individuo y de la sociedad, se cumplen, el capital,
tanto económico -real, natural- como financiero, está siendo utilizado como
un multiplicador útil, eficiente y eficaz en bien de la humanidad y
para mejor utilización y rendimiento de las variables de producción de
riquezas, las verdaderas, y las que satisfacen a cuantos más mejor,
fundamental-mente en sus necesidades básicas y primarias.
Comprender que al capital financiero se lo debe usar como
multiplicador eficiente y eficaz y no como elemento fundamental,
despótico e imprescindible sin el cual la tierra y el trabajo no podrían
funcionar ni producir es un concepto de primordial importancia.
Publicitar e incorporar en el imaginario colectivo un
exceso de la importancia del capital financiero por sobre las reales
potencialidades de la actividad del hombre y del producido de la tierra es
falaz y ayuda a pretensiones subrepticias para establecer patrones de
amansamiento humano para inhibir y condicionar su acción y
monopolizar el robo a nivel planetario sobre el que se articula el
financismo.
Debemos recordar siempre la necesidad y la ecuación de la
utilización del capital con su máxima potencia hacia mayor rendimiento y por
consiguiente hacia mayor satisfacción en calidad y cantidad de las
necesidades humanas básicas y primarias: la necesidad es la madre de la
acción.
El capital financiero como multiplicador despótico
comienza a funcionar cuando se exceden esos límites transformándose además
en extorsionador y caníbal de la tierra y de la actividad del ser humano,
olvidándose que su existencia es gracias y como consecuencia de ellos.
El mundo moderno vive desde hace varios lustros una
antropofagia y un canibalismo inauditos y falto de todo sentido moral y
ético, no hace falta referirnos a ello, ya que cada uno de nosotros lo vive,
lo tiene bien identificado y evaluado y sabe dónde y cómo afecta a la
sociedad humana y a nuestro planeta esta voracidad y encono que este cáncer
del capitalismo de trabajo y producción -financismo- produce en la dinámica
socio-económica mundial.
No es culpa ni responsabilidad de nadie, ya que es
producto de los resultados de infinitas acciones que son realizadas por el
ser humano para buscar y conseguir su propio bienestar o el de su comunidad,
pero estos microscópicos impulsos de decisiones y acciones han
llevado por acumulación y multiplicación sucesiva a transformar los
sistemas, que se han asumido e impuesto, como líderes de tendencias y
encuadres de desarrollo que han literalmente desfigurado las utopías
iniciales por el bienestar y la abundancia colectiva arrastrándonos a
monstruosas aberraciones y deformaciones sociales, educativas, económicas,
políticas, institu-cionales, y la lista se multiplica de a cientos.
El nivel de despotismo, entonces, se mide de
mayor a menor de acuerdo a los siguientes límites:
1- Que el capital aplicado, por utilizarlo en cualquier
tipo de producción consuma elementos no recuperables de la tierra y del
trabajo del ser humano, que son los únicos dos elementos que le dan al
capital su propia razón de ser y de existir.
2- Que la utilización del capital confisque o cueste
los recursos necesarios para la satisfacción de una o varias necesidades
básicas humanas individuales y/o colectivas.
3- Que confisque o cueste los recursos necesarios para
la satisfacción de las necesidades primarias.
4- Que confisque o cueste los recursos necesarios para
la satisfacción de las necesidades subsecuentes.
Hay que distinguir también entre la aplicación del
capital a la producción de bienes y/o servicios, entre que éstos sean
necesarios o innecesarios, que sea por medio de la utilización del capital
natural o económico -capital que contiene dentro de su propia esencia un
potencial genuino para la producción de más excedentes y de más riquezas-, y
analizar si la utilización de capital financiero lleva a una cierta especulación
sobre los recursos disponibles.
Mucho de la acumulación de riquezas se encuentra en la
Propiedad Privada, esta propiedad privada se puede clasificar como
individual, familiar o colectiva, con utilización o no de ella, es decir su
usufructo directo.
Extendiendo estos puntos a que uno tiene la libertad de
utilizar Su Patrimonio y Su Rédito como le plazca y le venga en gana
hasta llegar al punto de su utilización en términos de libertinaje y de
destrucción total de lo propio porque simplemente "es mío"
y yo hago lo que quiero con lo mío- se puede manejar el cómo, el
cuánto y el con quién le plazca producir el usufructo.
Así, la utilización de la propiedad privada, que es
producto de la acumulación de excedentes no consumidos ni por la tierra ni
por el ser humano, se puede clasificar en:
1- propiedad privada individual
2- propiedad privada familiar
3- propiedad privada colectiva.
El concepto de propiedad privada colectiva no es el mismo
al de la cosa pública, se diferencia uno del otro en que la propiedad
privada colectiva surge de la acumulación de excedentes de trabajo y de
rendimientos de la tierra que crecen de lo individual a lo familiar a lo
social, transformándose la acumulación en una necesidad de producción de
bienes y/o servicios imprescindibles para la sociedad en su conjunto ó
también surgida de la potestad de imperio que el estado tiene para
entre-garla a particulares que la usufructúen y cuyo producto es necesario
para el colectivo social.
Un ejemplo, es un empresario exitoso que construye un
imperio económico y que da trabajo a miles de seres humanos y produce centenares
de productos de consumición necesaria básica para la comunidad. Este
empresario que por propia capacidad e iniciativa se expandió a un nivel
social macro, fue asumiendo, o debería haber asumido, que su libertad de
acción para la realización de sus sueños y deseos personales va ahora,
paralelamente, exigiéndole una paridad de responsabilidades sociales
conjuntas con los logros obtenidos y su propiedad privada acumulada,
elementos que pasaron de ser su propia responsabilidad individual, a ser
responsabilidad familiar y extendiéndose pasó a ser responsabilidad social
ineludible e irreductible en función de todos los recursos humanos y físicos
que utiliza, este es un buen ejemplo y un ejemplo típico que vivimos a
diario.
Por eso el valor de las responsabilidades y de las
ingerencias entre lo individual y lo social para proteger los capitales y
las riquezas comunes es muy importante y exige un tratamiento especial y
compartido de qué es y cómo funciona el concepto propiedad privada.
Ni el sistema de libertades del capitalismo, que le da la
posibilidad al financismo de tomar todo, ni la esclavitud del comunismo que
toma todo del hombre y de la mujer creativos y productivos, sino un sistema
de protección del logro empresario y de las riquezas de la humanidad en bien
del empresario mismo y de la humanidad toda para que se perpetúen en
actividad, bienestar y riquezas perdurables para todos y que esté en balance
con la capacidad creativa y productiva de cada uno de los seres humanos que
participan de su desarrollo.
Por otro lado, además, la propiedad pública es la
resultante del esfuerzo, de difícil identificación y calibración directa, de
la actividad social del conjunto de generaciones que puede potencialmente
ser usufructuada por la comunidad toda de acuerdo a sus propias
discrecionalidades.
Aquí existen varios elementos a tener en cuenta:
1- Que el derecho natural del ser humano crece de lo
individual a lo familiar a lo social.
2- Que el derecho natural cuando es individual e innato
del propio y singular ser humano es incuestionablemente el derecho que
plantea el inalienable e ineludible cumplimiento de las necesidades básicas
existenciales, por sí mismo o por intermedio de sus progenitores, hasta el
límite de su propio compromiso existencial. Asumiéndose el compromiso de
satisfacción de necesidades básicas, por parte de los progenitores, en
función de sus valores de responsabilidad de desarrollo y permanencia
existencial individual y social.
3- Que estos valores de responsabilidad, crean el Derecho
Natural Familiar que está ya influenciado por los valores y los principios
morales y éticos primarios de la sociedad toda en la cual conviven, que una
vez expandidos a lo social se transforman en el
4- Derecho Natural Social del ser humano individual y
colectivo.
5- Que cuando se sale del marco de lo individual del
derecho natural se pasa a ser cuestionable en grados de calidad y de
cantidad de acuerdo a las distintas necesidades de cada individuo del
grupo y de la sociedad en su conjunto.
6- Que cuando se plantea el cuestionamiento se hace
necesario crear los parámetros y límites de la realización de la
satisfacción de las necesidades básicas, primarias o subsecuentes que la
sociedad se plantea y también el límite en la utilización de los
recursos de la tierra y/o humanos a ser consumidos para obtener el
resultado deseado de satisfacción personal y social general.
Todos estos elementos o variables, de tipo ético y moral,
son en principio puntos de mayor o menor control de los recursos que una
persona, empresario, debe considerar para desarrollar su trabajo
creativo-productivo en bien propio y de la comunidad.
Una actividad empresaria exitosa debería ir adquiriendo
de lo social y de su responsabilidad hacia una familia mucho mayor lo que
parámetros de máximos y mínimos aplicados sobre el macro capital
socio-económico generaría en la utilización de los recursos de acuerdo a
nuestro nuevo capitalismo de trabajo y producción.
Este ir adoptando nuevas valoraciones de
responsabilidades más allá de las personales y familiares es de exclusiva
incumbencia del orden social e institucional público sobre los individuos
que supieron superar los niveles iniciales en el servicio a la comunidad
produciendo bienes y servicios útiles para ella de proporciones mayores.
Más adelante veremos que esta toma de conciencia sobre un orden superior
de responsabilidades sociales NO se regula con el actual sistema impositivo
sino que requiere un nuevo orden tributario: el MIO-TUYO-Nuestro.