TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  3 - Cambio de paradigmas de la economía  Audio - Imagen MJY

Son necesarias nuevas visiones de la economía.

La historia humana es la historia de las actividades económicas con acciones que la caracteriza, con pensamientos que la justifica, con estructuras que la regla y con proyecciones que la impulsa a avances y a potencialidades que le van dando un sentido coherente y armónico en cada tiempo y en cada lugar del planeta en donde la sociedad humana se activa para satisfacer sus necesidades.

Todo se organiza y administra ayudando a que las fuerzas de la sociedad y los procesos creativos y productivos humanos se desarrollen con máxima libertad e independencia de acción y para que se implementen en un orden socio-económico que lleva, en buenos términos, a crear riqueza, confort y satisfacción de los requerimientos humanos, sin dejar de considerar en estos avances los ajustes y conflictos sociales e institucionales que se producen en cada uno de ellos.

Los resultados están a la vista y son parte de nuestras vidas cotidianas: un capitalismo de trabajo y producción, para muchos capitalismo salvaje y explotador, que mutó y/o fue absorbido íntegramente por otro sistema de rendimientos financieros y de explotación económica que llamo Financismo.

De un capitalismo de trabajo y producción sano con una poderosa fuerza centrípeta que tomaba y le daba sentido a cuanta expresión de creación y de producción física e intelectual humana le era posible; un capitalismo que potenciaba y redistribuía en producto y servicio todo esfuerzo y sacrificio humano se transformó, de manera casi encubierta, en una fuerza centrífuga que comienza excluyendo procesos tradicionales para la producción de bienes y de servicios, continua excluyendo lo no útil de las economías reales para las pretensiones financieras que no satisface y concluye con la exclusión de miles de millones de personas de sus actividades económicas, de sus trabajos, de sus vidas.

Algunas de estas exclusiones son primitivas, otras ajustadas a estos tiempos y sus requerimientos... pero no lo suficiente, y hasta excluye a otras de enorme potencial creativo y productivo pero que no llegan a satisfacer las pretensiones de rendimientos financieros que exige el Financismo o que no condicen con las pautas del mercado ajustado y exigente en recibir solo las mejores alternativas que produzcan rendimientos financieros efectivos e inmediatos.

Así la agricultura expulsa literalmente a millones de personas de su seno. Familias que vivían vidas plenas en los campos, mucho más allá y más completas que solo la producción agropecuaria, son expulsadas. Se hacinan cientos de millones de personas en ciudades que son nichos congestionados de destrucción humana y de contaminación ambiental.

Se expulsa parte de la economía que es rica en variedades y sustancias. Se expulsa la economía real de vivir la vida en los lugares en donde esta crece, y en donde siempre existió con sus propias riquezas de variedades y de poderoso poder germinativo.

Se expulsa la economía real y natural de sentido común y de asociación con la madre tierra aplicando un sentido artificial publicitando de que los nuevos procesos hacen de la nada un vergel y crean de lo poco abundancia, todo con el potencial genial del ser humano y de la fertilidad de la tierra, cuando en realidad explotan al ser humano y arrancan toda vida de la tierra hasta extenuarla y abandonarla yerma.

La economía actual impulsada por el financismo, sigue excluyendo cada vez más la riqueza real y la variedad real y la vida real en sus más bellas expresiones: de la agricultura, de la ganadería, del comercio nacional e internacional, de la industria, de las profesiones y oficios, actividades que durante siglos el ser humano supo construir y hacer crecer. Hasta la tecnología y la ciencia hoy se activan solo y hasta el punto en donde el financismo las soporta.

Todo se construye desde presupuestos de eficiencia y efectividad financiera sobre bases reales de rendimientos futuros financieros y NO desde el libre pensamiento y desde el libre juego de la creatividad y de la producción humanas que han sido sistemáticamente encajonadas en los más recónditos y oscuros rincones del olvido, porque no rinden sus buenos pesos.

Si un emprendimiento no es grande, no interesa, si no es suficientemente innovador, no interesa, si no tiene capital financiero detrás, no interesa, si la persona que lo presenta no tiene buen aspecto, no les interesa, si no tiene un estudio de prefactibilidad y de factibilidad avalado por una consultora internacional, no interesa, y así los rechazos se producen de a millones y la economía "que si interesa" es la economía de unos pocos que tienen el capital financiero para comprar lo que quieren y a quienes quieren.

Se hace creer que el pensamiento y la creatividad humana están en crisis, o aún, que no funciona como debería funcionar. Crisis impuesta por la dinámica infernal de un sistema de exigencias de rendimientos financieros que quiere todo lo que da ganancias sin mirar a quién se la saca y sin mirar qué se devora, deglute y destroza en el camino.

Es necesaria una nueva visión de la economía.

Incluir la imagen humana integral, darle menos importancia a las matemáticas, a las estadísticas, a verla como una herramienta de previsión y de proyección del financismo para proyectarla a que sea valor humano en acción de creación y de producción para todos y de todo.

Sacar a la economía del frío cálculo del número y ponerle corazón humano, sentido humano, valor humano y visión humana.

La economía debe ser la disciplina que integre a todas las otras ciencias y áreas de la actividad humana -porque son actividad humana- y debe ser una disciplina y no ciencia porque así va a tener la flexibilidad de interrelacionarse y compartir con todas las ciencias y con todas las disciplinas los espacios de participación interdisciplinaria sin sentirse extraña o no correspondida.

La economía está mirando a la sociedad y al mundo desde una posición incomodísima, a través del ojo de una pequeña cerradura, creyendo que la perspectiva desde ahí y de lo que ve "lo es todo".Está equivocada.

La economía debe ser una disciplina con la posibilidad y ductilidad para aceptar el cambio permanente, con el poder para absorber y procesar ajustes a situación y a circunstancias de las más variadas expresiones, estructuras y valores. Debe ser una disciplina para interpretar y justificar la vida misma de la tierra y de las personas en actividad.

La economía debe ser de todo y para todos.

La rigidez de ciencia, de leyes, con fórmulas y con normas acota los horizontes humanos y acota la economía que debe ser un pensamiento abierto, un discurso abierto y una acción cotidiana multifacética para todos.

Hoy, como nunca antes, el valor político y el valor ideológico se impone para cualquier avance colectivo económico. Esta situación invierte los procesos naturales de la acción humana en donde primero es necesidad, después es acción y realización y en último caso -si corresponde- pasa a tener valor ideológico o político.

La presión que produce el financismo que ingresa e impone sus pretensiones comprando política regional, nacional, internacional e imponiendo su pseudo ideología sobre mercados y sobre sociedades es inconcebible y anula el libre albedrío y acción independiente de la actividad económica como tal y de toda acción humana en particular.

Hoy se ve y se vive otra cosa que se demuestra porque la gente ve otras cosas, vive otras cosas y sufre. Sufre porque la economía no ve las faltas de las personas, no ve las necesidades reales que tienen, no ve el enorme potencial efectivo y rico de los pueblos, ni sabe cómo hacer para canalizarlo hacia el bien común transformándolo en un amplio espectro de beneficios sociales para toda la comunidad mundial.

La economía de hoy solo ve lo que le imponen que vea y esta situación la hace minusválida e incapaz de representarnos y de ser parte del todo universal y humano en acción de creación y de producción.

Podemos despertar y despertarla con nuevos desafíos, con nuevas visiones y con un amplio debate académico y público que implemente ya nuevas actitudes y conductas que nos den sentido económico integrador de todo y de todos avanzando hacia una humanización de lo económico útil.

Hay naciones con gobiernos y sistemas fuertes y otras con gobiernos y sistemas blandos de acuerdo a la permeabilidad y adaptación que tienen a los cambios que sus estructuras institucionales públicas y sus sociedades aceptan y asumen.

La capacidad de pueblos a adaptar sus valores, principios, actitudes y conductas a circunstancias nuevas y a requerimientos en las relaciones con otras naciones hacen más fácil o más difícil la convivencia y el marco económico en general.

Es desde las naciones con gobiernos blandos en donde los cambios más profundos deben comenzar, ya que son estas estructuras institucionales públicas y sus bolsones sociales privados de poder, en donde las más aberrantes e injustas imposiciones políticas, ideológicas, económicas y sociales afectan a sus sociedades y al hábitat en donde viven.

Tomar como modelo de cambio a la Argentina y a los argentinos, con todas sus riquezas y sus miserias plenamente expuestas y conocidas, es un excelente campo para iniciar la acción de cambios.

La corrupción pública en todas sus instancias y el maltrato público en todas sus formas ya están sistematizados e institucionalizados en países como la Argentina, degeneraciones estructurales que se han realizado sin esfuerzos y casi sin resistencia alguna. En cualquier instancia de la relación individuo-institución si se presenta un beneficio económico o financiero "sustancioso" a conseguir, se deja de lado todo contrato, convención o ley moral para ganarse el beneficio "extra" ofrecido.

Por qué presento el tipo de gobierno y la corrupción pública en un título como Cambio de paradigmas de la economía, porque la economía real ha sufrido el embate de cambios impuestos por el financismo a través de la alteración de las estructuras, de los objetivos y de las obligaciones públicas de los gobiernos y éstos han sido desestructurados en sus roles por la corrupción pública en todas sus áreas y formas.

Si nos intencionamos a cambios profundos de la economía éstos no se pueden producir sin tener en cuenta cambios, también profundos, en los sistema institucionales en general y en los modos de la sociedad en particular.

Sobre estos conceptos se construyó la propuesta de Un Mundo Un Pueblo para un avance democrático hacia una Democracia de Participación Directa en el campo de lo social e institucional público, y en el campo económico la propuesta de esta obra Teoría de la Necesidad -El eficientismo social- Una economía de Todo y para Todos.


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