Los dos elementos genuinos y originarios para generar
riquezas son "el bien" de la Tierra y "la actividad"
del Ser Humano.
La Tierra nos ofrece dos tipos de productos:
1- aquellos que están sobre su superficie -la dermis-
2- aquellos que están por debajo de su superficie -la
epidermis-.
No hace falta ser un geólogo ni tener muchas luces para
comprender que extraer elementos o frutos de la superficie de la tierra o de
dentro de ésta son dos cosas que requieren de muy distintos esfuerzos
-sacrificios-.
A mayor profundidad, mayor esfuerzo, mayores costos y
mayores riesgos de explotación. Y a mayor profundidad, nuestra tierra tarda
muchísimos más evos para producir sus riquezas y sus frutos.
No es lo mismo el tiempo que la tierra tarda en producir
un diamante que el tiempo que tarda en plantar, crecer y rendir un huerto
con frutas, gramíneas, legumbres y hortalizas, que son las que nos nutren y
mantienen.
La tierra es un Ser vivo e inteligente, tengamos
o no capacidad para creerlo y asumirlo. Significa que nuestro primer factor
de creación de riqueza genuina y originaria, La Madre Tierra, nos entrega su
producido generosa y equilibradamente en función y hasta el límite de
necesidad que los seres lo requieren.
Pero existe uno de esos seres que tiene la capacidad para
ir un poco más lejos que el simple rastrillar la superficie para
abastecerse, para sacar solo lo necesario para cumplir con su ciclo natural
de existencia terrenal, compartiendo los beneficios naturales de todos y
junto a todos los otros seres vivos del planeta, éste, es el hombre.
El Ser Humano puede entrar en las mismísimas entrañas de
la Tierra y sacar de sus profundidades lo que solo él considera que son
riquezas. Esa capacidad y potencia de perforar y taladrar en las entrañas de
nuestra socia para hacerse y creerse la perpetuación de la riqueza
material, tiene pata muy corta y limitada. Ya estamos en las postrimerías de
su destructiva existencia.
La humanidad ha tomado conciencia de ello. Y cuando se
acabe ¿Qué? ¿Qué con la industria? ¿Qué con el súper confort? ¿Qué con las
costumbres y conductas adquiridas por generaciones relacionadas a lo
económico actual? ¿Qué con los hábitos de vida?
La respuesta irresponsable y libertina, la respuesta dada
por la codicia y la insensatez, dada por el desinterés y por la falta de
preocupación por un simple mañana de nuestros hijos es: ya la humanidad,
no yo, le va a encontrar la vuelta. Esta respuesta está
satisfaciendo cada vez menos preguntas, ya que el imperio despótico e
indiscriminado, desvalorizante y unilateralmente orientado hacia un solo
objetivo y necesidad -la acumulación financiera y el atesoramiento- está
terminando colapsado frente a la humanización y a la realidad de necesidades
de la tierra y del Ser Humano íntegro, total, pleno, absoluto.
La dinamización del proceso de desintegración del actual
sistema económico mundial tiene sus puntos de origen bien definidos y sus
aceleradores natos:
1- La Teoría Monetarista, sencilla y brillante
mentalización que le dio a los gobiernos nacionales y a las organizaciones
financieras mundiales la herramienta intelectual necesaria y efectiva para
controlar los que hasta entonces era mercados libres de producción de bienes
y servicios, ya el monetarismo produjo sus estragos y está llegando a su fin
como elemento de control político.
Esta situación impuesta que controla y estrangula a la
humanidad toda, con sus conceptualizaciones justificantes y que pregona a
troche y moche la falsa idea de la libertad de mercados, de las riquezas
infinitas y de la abundancia sin límites pero utilizando exactamente lo
opuesto para desarrollarse y subyugar tiene sus resultados en la realidad de
la indigencia, de la desigualdad y del crimen globalizado por todos lados,
también.
Esto ES resultado de la mala economía y no
de lo que dicen que es la esencia innata del ser humano... ¡basura!
El ser humano no es simplemente codicia, avaricia, ansias de poder,
ni sobrevivencia, como lo pregonan, el hombre y la mujer son un complejo
mucho más amplio y rico de valores y de esencias.
2- La incorporación de las Bolsas de Valores de 24 horas
y con ellas la movilización de la especulación financiera sin descanso sobre
todo el universo, sin distinciones ni excepciones de la riqueza efectiva de
la producción de bienes y servicios, sin tiempos, sin espacios, sin reglas
ni controles.
3- La irrupción de países aceleradores de procesos
financieros y económicos, como Japón y China, y otros países asiáticos en
los mercados mundiales, produciendo una inercia que va a producir primero,
un crack financiero internacional en mercados no preparados para el impacto
y segundo, un descubrir tardío de todas las falencias del capitalismo actual
que vienen siendo advertidas desde los mismos escritos de Karl Marx.
Y como cuarto punto,
4- La desprotección jurídica a la defensa de la propiedad
privada productiva, tanto de bienes como de servicios a la comunidad y la
liberalización y un piedra libre para la confiscación legalizada habilitando
a las entidades financieras que conjunta-mente con el contubernio y la
connivencia con los grupos de poder político, unidos al manejo de las
estructuras institucionales nacionales e internacionales han literalmente
comprado la justicia del mundo en beneficio propio y en contra de
toda la Humanidad que es la que realmente crea y produce.
En definitiva, por los acontecimientos cotidianos, por
los sucesos extraordinarios, como la apertura del bloque soviético por su
evidente falta de operatividad y de resultados productivos y financieros
para pagarle al mundo occidental dos billones de dólares -2.000.000.000.000-
algo que el financismo internacional está tratando, con éxito, de hacer en
América Latina también, se impone un cambio de sistema económico a corto
plazo.
Este juego de las finanzas internacionales y del
monetarismo ya tiene sus propias profundas grietas en el mismo corazón de
quiénes la crearon los Estados Unidos de América, veremos cómo se resuelve
la timba especulativa y la globalización -inflado con aire de cualquier tipo
de valor que permita una acción especulativa financiera para robar los
réditos de los mercados reales-.
Los magros beneficios de las empresas productoras de
bienes y servicios -excluidos los beneficios financieros que éstas perciben
y negocian para poder sobrevivir, en contraposición con los enormes
beneficios que producen las entidades financieras y del acaparamiento
incesante que éstas están teniendo. La absorción de los factores económicos
productivos en manos de tenedores de capitales financieros -sin experiencia
ni interés por la producción real- nos presenta tiempos de cambios muy
profundos, tiempos que ya estamos viviendo y de los cuales somos una parte
viviente y activa de su historia.
Hablamos de la Madre Tierra como sabia, como inteligente,
con una infinidad de virtudes y realmente es así y DEBEMOS respetar a
nuestra socia. La incuestionable capacidad que tiene para producir su propio
equilibrio y balance es pasmosa y hasta milagrosa, solo menor por la miopía
que algunos tienen para interpretarla en toda su dimensión.
Podemos decir y definir a Equilibrio como la capacidad de
conjugar uno o varios elementos en su justo punto, y a Balance como
la capacidad de un elemento de estar parado, estable, en su justo punto
propio e individual.
La ley del cambio y la ley del equilibrio, son el punto
de partida para comprender la responsabilidad que nos cabe a los seres
humanos en los actos y acciones que producimos en relación a los recursos
que nos da la Madre Tierra. Si la dejamos existir, ella sola busca su
justo punto y si queremos utilizarla, debemos comprender toda la dimensión
de esa ingerencia y ayudar a que su justo punto no rompa con balances
de otros y de todos los elementos que estamos utilizando de ella.
Sabemos ahora que La Necesidad es la madre de la
acción, pero el segundo punto de control y de responsabilidad humana
es comprender profunda y exactamente el concepto Necesidad y
adaptarnos a él, de aquí la importancia de arrancar con: necesidades
básicas, primarias y subsecuentes.
El Tercer paso de comprensión sería respondernos ¿qué
nivel de conflicto social y ambiental y de distorsiones de lo natural
produce la acción humana cuando va en busca de la satisfacción de una o de
varias necesidades?
¿Cómo rompe, absorbe, potencia o neutraliza la acción de
otros seres humanos, de otros seres, o la acción libre de la tierra y su
propio equilibrio de producción y existencia?
Otra pregunta sería: en qué nivel incide la pasión humana
como motor de la acción que ésta produce en la activación del ser humano
para satisfacerse.
Otra, pero por supuesto no última, es ¿y cómo afectan la
instrucción, la educación, la cultura y la civilización de uno o varios y
distintos grupos humanos activados en el logro de sus propias satisfacciones
confrontados al resto de los grupos que aún están potencialmente en letargo
y no activos en mismas o similares necesidades y/o en mismos y similares
recursos para hacerse de las satisfacciones de necesidades insatisfechas?
Comprender la importancia de gestar distintos cuadros complementarios
entre economías de superficie y economías de profundidad; qué
significan las expresiones de los desarrollos de los distintos pueblos del
mundo es otro punto muy importante a considerar.
La historia de pueblo, la historia de desarrollo
espiritual, intelectual y físico, la historia de los cambios en las
necesidades en función de los contactos con nuevas y distintas culturas y
pueblos, la historia de los conflictos que aculturaciones y
transculturaciones han producido en el pueblo de referencia deben ser
materia, aún mucho más de lo que ya se ha hecho, de profundo estudio, pero
hoy impuestos por la necesidad de una nueva economía. De esta manera la
economía se va a expandir hacia áreas sociales permitiéndonos disfrutar y
progresar con una economía social, rompiendo su actual
condición de atomizador exclusivo del financismo que la utiliza para atacar
donde puede explotando todo lo que puede.
El ser humano actúa en todo eso, en la superficie y en la
profundidad de la madre tierra, en su pensamiento como en la realidad del
mundo físico, en la satisfacción de lo concreto y en la idealización y
proyección de una nueva necesidad que vislumbra como potente y útil de
buscar y desarrollar; pero el animal, distinto al ser humano, se complementa
y actúa solo en la superficie.
Aprender lo natural del animal al utilizar la tierra,
aprender de la propia laboriosidad y respeto de otros grupos sociales que
tienen distintos niveles de necesidad, distintos elementos para
satisfacerlas y distintas interpretaciones valorativas de su relación con la
proyección y los niveles de satisfacción de actuales, pretéritas y hasta
futuras necesidades idealizadas.
En cada nuevo avance del ser humano hacia una nueva
necesidad que quiera satisfacer debe éste, responsable y concretamente,
valorar el impacto que produce en su propio accionar, en el accionar de
otros semejantes y en el equilibrio y balance que proyecta
sobre la madre tierra. Esta responsabilidad es la nueva línea del
desarrollo capitalista hacia su propia socialización y permanencia como
sistema económico mundial.
Y complementando todo esto el ser humano también debe
saber que sus propios desarrollos y balances existenciales -que pasen por lo
económico- son muchísimo más sencillos de encontrar en su dermis intelectual
y en su visión superficial de las cosas tal-cual-son, que en la epidermis y
en las profundidades de sus pasiones malhabidas y mezquinas.