Distintas culturas, distintas civilizaciones, distintos
ambientes y distintas historias, crean distintas necesidades. Pero la
necesidad básica sigue inmutable, sin cambio, ya que es necesidad para
existir físicamente, íntegramente.
Cultura y civilización crean necesidades distintas
primarias, secundarias y de grados posteriores -subsecuente- pero las
necesidades básicas del ser humano y de su socia, la tierra, siguen
inmutables y siempre exigentes. Son inclaudicables y si no se las
satisface el ser perece, decrece en calidad o sufre su falta
haciéndosele insoportable y exigua su existencia.
Los valores y los principios de las relaciones van
cambiando los tonos, las políticas y las relaciones internacionales, los
sistemas de gobierno y los grupos de poder se transforman y cambian con el
devenir histórico, pero las necesidades básicas siguen inmutables,
sin cambios, siempre se necesitan, son imprescindibles, buscan día a día su
nivel de satisfacción plena.
El derecho a la satisfacción de la necesidad básica
se hace una obligación del ser individual, de la sociedad en su conjunto, de
las políticas de todo tipo y de cualquier institución pública y privada que
se invente.
Se debe comprender que el 100% de la sociedad
mundial necesita ser satisfecha en su apetito, en su hábitat, en su
salud, y que sin este primer paso cumplido y sin esta Necesidad Básica
Plena e Íntegramente Satisfecha el problema del conflicto
entre grupos humanos no va a cesar.
Mientras exista una gran injusticia hacia un grupo humano
por faltas básicas para su subsistencia y un exceso de abundancia para otros
solo la distancia, el alejamiento, el silencio y la ignorancia consciente
evita la colisión entre los pueblos.
El problema no es el discurso de la justicia o injusticia
social, o el discutir las calidades del primer mundo en relación a las
calidades del tercer mundo -saltando un segundo mundo que mágicamente
ha desaparecido- polarizando a la humanidad en los que tienen y los que no
tienen, dos polos perfectamente antagónicos, el problema es cómo, con qué
recursos, y en cuánto tiempo perentorio vamos a
satisfacer al 100% de las necesidades básicas del 100% de la población
mundial. Punto.
El resto de las realizaciones es desperdicio de esfuerzos
y de riquezas aunque nos maravillemos con ellos, porque los sacrificios que
se le requieren a otros sectores de la economía mundial y los niveles de
relajación que todos sufrimos, de valores y de principios básicos de
identidad y de identificación con el otro semejante -que necesita y sufre-
son enormes.
No se puede, aunque en realidad sí se puede pero no
debería ser, vivir en Nueva York, centro de la cultura del mundo, y
compartir y vivir en la misma ciudad con una civilización salvaje que a la
vuelta de cualquier esquina lo regalan a uno con la muerte. Este ejemplo es
en todo el mundo.
Cultura y Civilización de ninguna manera pueden
analizarse como compartimientos estancos ni separados. No son solo una
complementación necesaria, sino que son dos elementos imprescindibles e
indisolubles en la existencia humana. Todo lo que carga en positivo en uno,
debe, necesariamente, ir acompañado en positivo por el otro. La inversión de
este paralelismo en el desarrollo entre ambos es la muestra de que los
desarrollos en uno u otro término son artificiales y no naturales.
Al no ser naturales y funcionar en sentido contrario, la contraparte
invertida rompe y exaspera al entorno produciendo una violencia
inaudita esperando alcanzar el equilibrio perdido, demostrando con
su violencia todo el nivel y el grado de distorsión producido por el avance
en sentido inverso a lo natural de la "variable" descarriada.
El punto justo de calma y de paz entre las personas y
entre los elementos de la naturaleza es un punto móvil e históricamente
multiforme, pero puede establecerse y definirse comprendiendo los
tiempos y las circunstancias en que se aplica La Ley del Cambio
y en sucesión inmediata e indefectible La Ley del Equilibrio.
Debemos interpretar los cambios y los equilibrios
naturales y evitar los procesos de ajuste contra-natura, ajustes que sí se
producen van a tener su contraparte de corrección en tiempo futuro y con
consecuencias imprevisibles que van a requerir, en otro tiempo y en otras
circunstancias, de esfuerzos y sacrificios extras no computados al aplicar
los procesos contra-natura.