TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  53 - Las tres etapas del desarrollo mundial  
         Audio - Imagen MJY

Se pasó de una etapa de aprovechamiento natural de la dermis planetaria útil y potente durante millones de años, a un descubrimiento y utilización salvaje de la epidermis planetaria en estos últimos cientos de años, situación que complicó los procesos de producción naturales y de las abundancias de la tierra para dar satisfacción plena al ser humano y a todos sus cohabitantes planetarios.

La edad del hierro, un despertar humano. La edad del bronce, otro nuevo despertar humano. La idea del metal precioso como identidad de riquezas y soporte del patrón de intercambio, los acompañó.

Inventar la moneda como elemento de fácil relación de intercambio, despertar humano. El redescubrimiento del comercio como sistema, el mercantilismo, otro milagro del desarrollo humano, un nuevo despertar.

El crédito fácil del papel firmado para cobrar en cualquier otro lugar. El poder de la reputación y de la acumulación para hacer negocios o liberar riquezas celosamente guardadas en cofres que hasta hoy desnudan, cuando se abren en las mentes ajenas, los más bajos instintos de codicia y poder, éste fue otro despertar del ser humano del más aquí de una larguísima historia.

Descartes con su cogito ergo sum -pienso luego existo- habilitó e iluminó el camino para pensar y pensar y pensar más... no siempre mejor. Y se gestaron con este impulso, la primera y segunda revolución industrial y después de éstas las ya incontables revoluciones tecnológicas.

¿Uso? No. Abuso de todas las formas. Pero es un abuso que no puede culpar a nadie, mucho menos responsabilizar a alguien. Es parte de la esencia humana... dicen, yo lo dudo y digo que es una muy pobre y miope definición de la esencia humana.

Primera etapa del desarrollo mundial, utilización de la dermis planetaria; segunda etapa del desarrollo mundial, la explotación de la epidermis planetaria y hasta la mismísima explotación del caracú y de la médula espinal terráquea, todo para conseguir las riquezas que nuestra socia tiene enterradas y que atesora con tanto celo -¡!-

Así, con este tipo de ilusión y fantasía, la humanidad fue alejándose de los patrones del milagro natural, abundante e infinito para el aprovisionamiento de recursos incalculables para la supervivencia física. Y estas ilusiones y fantasías con el tiempo y con los procesos inventados llevaron al imperio de la insensatez, de la destrucción y de la escasez crónica.

Tercera etapa, aún por gestarse, el retorno, con todo lo aprendido en las dos etapas anteriores, a la utilización infinita de la dermis planetaria en términos de una absoluta consciencia superior que nazca y se cultive de la propia consciencia humana.

El poder de la mente debe retornar al poder de los sentidos.

El poder de la tecnología, en todas sus formas, debe llevar al poder de sabernos plenamente satisfechos en elementos y valoraciones que la misma tecnología no puede dar, porque son campo exclusivo de la emoción y del espíritu humanos.

Así, siento luego existo, pienso entonces soy, es el nuevo despertar hacia el cien por ciento del poder humano para nuestra inmediata nueva etapa de desarrollo mundial.

Debemos volver a la etapa futura de la recolección pero no como proceso natural sino como desarrollo y aprendizaje de una valoración consciente de todo lo que nos dio y de todo lo que nos sacó la explotación de la epidermis y de las entrañas de la madre tierra.

No es necesario preguntarse más cuáles fueron los beneficios y los perjuicios que produjeron, ni tampoco hacer más diagnósticos, existen ya miles de libros que lo explican y gritan a voz en cuello; sí es necesario plantear que el retorno a una utilización racional y consciente de los recursos planetarios no es solo de incumbencia de la ecología o de los movimientos ecologistas o ambientalistas, ésta es una cuestión de profunda raíz existencial de cada una y de todas las personas que, para bien o para mal, vivimos en sociedades que se nutren de la explotación y de lo que llamamos economías de profundidad en última instancia en perjuicio de nosotros mismos, de los otros, y del equilibrio ecológico y ambiental planetario.

Sociedades que buscan el confort y el bienestar a costa de la infelicidad y del sufrimiento de otras sociedades y economías no tan actualizadas ni insidiosas. Sociedades que producen derroche y explotación imposibles de recuperar.

Pero si recuperar lo explotado y devastado es imposible, por lo menos sabemos que retornar a las economías de superficie con el potencial de lo aprendido en estos últimos siglos es posible y necesario si involucramos a cada ser humano en los cambios que se necesitan producir.

Enseñarnos los errores y los abusos que se han cometido, enseñarnos respeto y consideración por el otro y por la madre tierra. Enseñarnos a cambiar y no a estancarnos en mal justificaciones que solo certifican la destrucción, la violencia y el exterminio.

La consolidación de nuestra nueva etapa socio-económica: las economías de superficie, como único e imprescindible camino a la riqueza plena e íntegra físico-existencial y espíritu-emocional para un ser humano realizado y completo, es el camino a transitar y la nueva etapa del desarrollo mundial.



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