TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  57 - La competencia antropófaga y cómo distraer la atención de
       la Verdadera Antropofagia 
 Audio - Imagen MJY

El financismo califica la competencia como sana para distraer la atención de su propio canibalismo, utiliza la inercia que el capitalismo le dio para exasperar la avaricia, la codicia y la falta absoluta de escrúpulos.

Debe dársele más sentido y presencia a la complementación en la creación y en la producción en forma de contribución, de reordenamiento de prioridades, de control y evaluación de las distintas ofertas, de redistribución de la responsabilidad de producción y de construcción de un balance cierto entre las dos puntas del mismo continuo oferta-demanda hacia un mismo fin común como es cubrir las necesidades básicas de la población mundial.

Satisfacción global pero desde la producción, distribución y consumo de riquezas genuinas y no de caridad, desde la entrega de recursos reales y no imaginarios y virtuales, y de rendimientos distribuidos y redistribuidos entre todos y no de concentrados y excluidos como pasa en la actualidad. El concepto de competencia es anacrónico y perjudicial, cuando se alcanzaron los desarrollos actuales y cuando faltan hasta "las faltas" más básicas e imprescindibles para existir.

La competencia, como todo otro valor, debe tener sus puntos mínimos y máximos dentro de los cuales es cierta, válida y útil pero que al traspasarlos se transforma en un elemento de potenciación inversa y perjudicial para objetivos superiores a ella. La competencia es una forma, es un medio, jamás puede llegar a ser un fin como lo es actualmente, hay que retraerla para que todos puedan participar y existir produciendo, creando, si no se la retrae cultural y económicamente la consecuencia es antropofagia de los más fuertes sobre los más débiles: concentraciones económicas, monopolios, pools, monopsonios, cartels y más concentraciones.

El ser humano se fija objetivos de satisfacción, visualiza objetos de necesidad y se lanza a conseguir lo mejor. Pero se debe comprender que existe un límite para la saciedad, existe un límite por sobre el cual comienza el desperdicio y la in...utilidad. Estos límites han sido traspasados en casi todas las áreas de las realizaciones físicas que hemos desarrollado.

Literalmente se ha cubierto la cuota de la necesidad, tanto en calidad como en cantidad necesaria y suficiente para la satisfacción plena de todo El Gran Pueblo, pero aún falta ajustar procesos de orden entre todos los elementos económicos que se utilizan.

Tanto desarrollo desenfrenado -sin pautas organizativas, sin límites ni controles, sin políticas públicas genuinas que tiendan al bien común REAL- ha destrozado los límites de la sensatez y como dijimos la necedad de parte de la humanidad ocupó el lugar de la necesidad de la otra.

Este sentido de la competencia mal comprendida -sin límites- y mal aplicada -gastando y despilfarrando recursos con un abuso inaudito- le permite al Financismo sentarse a mirar el descuartizamiento y canibalismo de todas las fuerzas de producción de bienes y servicios que vienen siendo expulsadas por la fuerza centrífuga de un capitalismo dominado y entrampado en los tentáculos del financismo.

Antiguamente, las vedette de las empresas eran los ingenieros y los mecánicos, el gerente de producción y el gerente de recursos humanos, el gerente de ventas y el gerente de proyectos; hoy, existen otras actividades que requieren de la atención permanente de todo el resto de la empresa: el trabajo del gerente financiero, del abogado que aprovecha como actor principal la construcción de conflictos que el sistema produce alrededor de la unidad de producción y también del contador que hace malabares contables cocinando los números para que todo parezca lo que no es en la realidad.

Cuando existía una intencionalidad cierta hacia la producción efectiva, fuera del marco especulativo, la importancia relativa de cada área era fundamental para la supervivencia del todo, hoy es el área financiera la que importa en un porcentaje fuera de toda proporción, y el resto que sobreviva, el resto que vaya haciendo la suya como pueda. La empresa se ha transformado en un conjunto de kiosquitos que abren y cierran sus puertas a voluntad y de acuerdo a cómo y con qué humor se levantaron hoy.

Hoy, sobre la esclavitud literal de millones de personas, el financismo consigue sus objetivos y desgaja capa por capa las entrañas de la tierra.

Los manejos especulativos de fondos financieros para seguir adelante produciendo y manteniendo empresas en el mercado, se han transformado en condición sine qua non en la vida de las unidades de producción de bienes y servicios. Así, el financismo distrae la atención del mundo que produce efectivamente cosas útiles y necesarias para la satisfacción de necesidades y consigue penetrar y asentarse en las mismísimas mentes, cortando el nexo de equilibrio de la conciencia propia y colectiva respecto a lo que es y no es importante y prioritario.

El financismo es una poderosa fuerza subyugadora del resto, cobrándose en cuanta oportunidad tiene lo suyo y manteniendo, a través de este concepto de competencia como vehículo de la realización de la bonanza del dorado humano, su supremacía descansada, estéril e inútil por sobre el trabajo del ser humano y las riquezas de la tierra que se pelean, luchan y descuartizan a diario para sobrevivir.

Debemos integrarnos en la complementación, y aprender y saber cuándo la competencia se transforma en perjuicio del desarrollo y de la potencia humana y de toda su laboriosidad, dignidad y decencia.



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