Vivimos en un espacio-tiempo de tres dimensión: largo,
ancho y alto, vivimos entonces en la tercera dimensión.
Muchas teorías dicen que existen muchas más dimensiones y
también la primera y la segunda.
Se dice que la primera dimensión es como una vía
férrea, el ser que vive en ella solo va para adelante y para atrás como
proceso de existencia básico. Se dice que la segunda dimensión es como un
barco que, además, puede ir para los costados, y la nuestra nos permite
ir para adelante y para atrás, a derecha e izquierda y también para arriba y
para abajo. Bien por la capacidad de movilidad que tenemos los seres
humanos.
Estos estados de dimensión uno, dos y tres establecen
espacios entre un lugar y otro -distancia- y también tiempos entre un lugar
y otro que son los momentos.
Hasta aquí todo parece ser lógico y razonable.
También se dice que la cuarta dimensión es
sin espacio ni tiempo.
En esta dimensión el pensamiento es acción instantánea,
y se dice que si el ser humano tiene sufrimiento en este mundo es
porque entre su pensamiento y su acción física ésta debe producir un
esfuerzo para conseguir lo que su mente tiene intenciones de hacer. Este es
el universo de la economía.
La restricción de vivir en una tercera dimensión en donde
existe espacio y tiempo; situación que en la cuarta dimensión, por
no existir espacio-tiempo, el pensamiento instantáneamente se transforma
en acción en logro de lo pensado, de lo necesitado, de lo deseado.
Otros lo llaman: el paraíso.
Deduciendo de lo presentado tenemos que el infierno
es pensar y deber realizar el esfuerzo y los sacrificios necesarios
para conseguir lo pensado, mientras que el paraíso es pensar y
ya tener todo a disposición.
Y... ¡aleluya! los humanos ya estamos en camino de tener
nuestro paraíso.
Se consiguió con la tecnología anular la variable espacio
y la variable tiempo. Hoy Internet y la Informática nos han facilitado el
acceso a la cuarta dimensión. Pero ¿es realmente así?
Veamos. El sistema económico -fundamentalmente el
capitalismo de trabajo y producción y su aberrante engendro el financismo-
hace rato tomó conciencia de las variables espacio y tiempo y les puso
precio: tantos centímetros de papel blanco con un mensaje escrito valen
tantos euros, tantos segundos en un espacio radial o televisivo, tantos
euros más.
Primer proceso, se toma conciencia de que se pueden
incluir dos variables existenciales naturales dentro de la actividad
económica. Así se transforma un bien social e innato de existencia física en
"bien escaso" plausible por ser capaz de producir billetes contantes
y sonantes.
Segundo proceso, se lucha por el valor y el precio de
cada centímetro y de cada segundo: ¡es la competencia chico!
Tercer proceso, el que más vale es el que más cobra y el
que más cobra es el que tiene más poder, ¡chico!
Y la estupidez ya está asumida en todo y en todos. Nos
pusieron un sayo en dos variables que son parte de la naturaleza intrínseca
de la vida, de nuestras vidas. Por extensión nos muestran que si lo hacemos
de otra manera es decir que si no cobramos tenemos poca vida útil, y lo
vemos a diario.
Lo que acabo de exponer es un desarrollo natural humano,
que aunque dañino y perjudicial como lo presentamos, tiene su lógica de paso
necesario en la existencia física de todas las cosas -aún la humana- sobre
este planeta.
Tomamos conciencia: al tiempo y al espacio le pusimos un
precio y las usamos como tales, tiempo tantos pesos, espacio tantos pesos.
Por otro lado, la tecnología también rompió con el patrón
espacio y tiempo y nos permite estar virtualmente aquí y ahora
cuando estamos allí y en otro tiempo reales.
En dónde caímos en la trampa y para qué
se nos está preparando y qué debemos conscientizar y
en qué nos debemos adaptar, son algunas de las cientos de
preguntas que nos surgen.
Primero: el mundo real ya no convive solo, hoy se ha
construido un mundo virtual. Este mundo virtual no es una
idealización humana ni surge del imaginario humano, no es imagen interna, no
es paisaje interno, no es consciencia interna, es externo al ser y por
tal objeto de éste y no al revés. Aunque produzca y
monopolice virtualmente las dos variables tiempo y espacio y se las entregue
a las personas como un poderoso instrumento, de ninguna manera nadie puede
REALMENTE apropiarse ni del tiempo ni del espacio que se existencia
en el mundo real, sólo los puede vivir en su forma natural.
Las personas siguen siendo omnipresentes y omniscientes
en tiempos y espacios reales del mundo real, aunque la tecnología haya
maravillosamente conseguido actuar en su propio tiempo real jamás va a poder
invadir el espacio ni el tiempo del mundo real desde el mundo virtual.
Un mundo, el real, es sensible, cierto y todo
comprometido con la existencia física de las personas y de la madre tierra.
El otro mundo, el virtual, es artificial, racional y cronométrico
-matemático- re...presentante imperfecto de los sentidos humanos,
aunque les de un poder mayor de creatividad virtual o un poder mayor de
percepción a los mismos sentidos jamás van a poder sustituir los sentidos.
Segundo: la con...vivencia de ambos mundos debe ser
comprendida por todos, y todos debemos saber situarnos y utilizar uno u otro
de acuerdo a las circunstancias y requerimientos que necesitemos.
Pero son dos mundos, no uno.
Está el real y está el virtual, y por más realista
que se nos presente el mundo virtual, va a seguir siendo virtual, y
por más abstracción a la que nos demos estando en contacto con el mundo
virtual siempre, SIEMPRE vamos a estar en el mundo real, con cosas
reales, con sentimientos reales y con conflictos reales, y... con
necesidades reales.
Un mundo es matemática pura y por lo tanto
abstracción pura, el otro es sentidos puros y por lo tanto
sentimientos y sensaciones puras, aunque poco a poco el contacto
con el mundo virtual nos aleje de los sentidos, de los sentimientos y de las
sensaciones, por lo lúdico, por lo mágico y por lo instantáneo e increíble
de su mismo accionar.
La economía, el homo económicus, es el mundo real y vive
en el mundo real y todos sus mecanismos, productos y rendimientos son del
mundo real.
Utilizar al mundo virtual para conseguir mayores
eficiencias y más puntuales y exactos desarrollos, no nos debe alejar o
hacernos olvidar de la Realidad Última que siempre descansa en
El Mundo Real. Perder este sentido y entrar en el mundo
virtual como si fuera real va torciendo el árbol llevándonos a
cualquier lado menos al objetivo que nos planteamos en La Teoría de la
Necesidad: el imperio absoluto del ser humano y de la madre
tierra con todas sus variables existenciales, morales y éticas incluida
dentro de un pensamiento económico abarcador de todo y contenedor de todos.