El tiempo, una especulación del ser humano. Definir el
tiempo es como establecer el límite al universo, es solo especulación.
El ser humano piensa en el tiempo y se proyecta de pasado
a futuro, muchas veces olvidándose de su punto de existencia más importante:
el presente.
No es necesario ahondar en cuánto le cuesta y le perturba
al individuo trabajar su existencia en el continuo del pasado hacia el
futuro, en vez de comprenderse y potenciarse en el Ahora, en vivir "al día".
Los sistemas actuales lo obligan a volar hacia otros
tiempos pero la persona necesita apoyar sus pies en el ahora para no caerse.
Lo que nos lleva a analizar esto no es la filosofía de
relación con el ser humano sino la distorsión de la variable tiempo que ha
arrastrado consigo una cantidad de valores sociales y económicos al punto de
enfermar a nuestro sistema de gobierno: la democracia y a nuestro sistema
económico: el capitalismo, con un algo que ni es democracia ni es
capitalismo.
La pregunta que nos proyecta es: ¿cómo pudo el financismo,
además de aprovecharse de las virtudes libertarias del capitalismo, meterse
y subyugar, en todas sus formas y condiciones existentes, a la humanidad con
sus fantasías y distorsiones como para llevarla al límite de hipotecarla,
esclavizarla e indefectiblemente destruirla?
La respuesta a esta compleja pregunta es muy simple: el
Gran Pueblo ha dejado de sentir y de vivir su tiempo existencial natural,
real, flexible, sensible, concreto, particular y acogedor sustituyéndolo y
aceptando como único y válido para todo tipo de relación al "tiempo
cronológico", cronométrico, inflexible, artificial, racional, irreal
y general.
Esta es La Gran Distorsión.
Analicemos porqué.
El tiempo natural o real, es el tiempo que cada ser
humano siente como propio, el tiempo que vive de manera particular con todo
lo suyo y es el tiempo que, de acuerdo a las circunstancias puntuales que
está viviendo, se alarga o se acorta según la sensación de vida que tiene
en cada situación en particular.
Cuando está feliz y entretenido, el tiempo se pasa
volando, cuando está integrado con otros y participando de alguna
actividad social o de otro tipo en la que le gusta estar, sensa el tiempo
como "tiempo útil" y este tiempo se le pasa volando.
Ese mismo intervalo de tiempo tiene otra sensación si la
persona está aburrida, desganada, sola, abandonada o sin rumbo definido y
cierto. Si no sabe qué hacer o está haciendo algo que no le gusta, ¡uy! mira
el reloj, una y mil veces, se ata al reloj para ver cuánto tiempo le
falta para terminar con ese pesado existir. Ambos puntos, tanto del
tiempo que vuela como del tiempo que jamás pasa son expresiones
del tiempo que sensamos y vivimos, de Nuestro Tiempo Natural y Real.
En la relación entre Ser y Tiempo manda el ser íntegro,
manda su estado de conciencia y manda la circunstancia que le está dando
sentido a su vida ahí mismo, en ese momento.
Este es el tiempo propio y particular del Ser Humano
unido a sus propios valores integradores, a sus necesidades, a sus
inquietudes, tiempo que lo integra y completa con la situación, con sus
cosas propias y particulares y con la dimensión del "espacio de vida" que
está transcurriendo.
Este Espacio de Tiempo que es todo Relativo,
ya que no es el intérvalo cronométrico lo que importa sino el Ser Humano que
lo vive y existencia lo que vale, no se mide en "tantos minutos pasados"
sino que es el Ser Humano antes de una sucesión de aconteceres y el Ser
Humano después de esos aconteceres el que le da el sentido y la medida del
espacio-tiempo que pasó.
El tiempo natural y real es tan amplio, flexible y
expandido como el mismo universo es infinito. Incluye a todos los seres y a
todas sus percepciones y existencias, incluye en sí al devenir de la
Ley del Cambio y fija en sí los instantes en que funciona la
Ley del Equilibrio.
El tiempo natural es para el Ser que lo vive tan acogedor
y aceptable como lo es la necesidad misma que tiene de transformar y
transformarse buscando vivir la vida.
El tiempo que la persona vive es tan real y aleccionador,
es tan útil como la inquietud sensible e intelectual que lo impulsa en ese
instante de consciencia y aceptación a Ser Uno con la Circunstancia y el
Acontecer.
Ser y Tiempo, existencialmente hablando, es Uno Mismo ya
que Ser es en su devenir y Ser es histórico, no pudiendo
entenderse sin su historicidad; y el tiempo es ese Ser en sus infinitos
intervalos continuos y en sus infinitos instantes.
La Tierra, nuestra compañera y socia en las riquezas,
vive también sus propios y particulares tiempos naturales y reales, así
tiene sus Otoños e Inviernos, sus Primaveras y Veranos. Así muere, descansa,
se fertiliza y crece.
Nuestra relación con ella es respetar sus tiempos de
descanso, de fertilización, de producción y de recolección. Esta Tierra,
nuestra socia, sabe cómo y cuándo cumplir con sus compromisos y maneja su
tiempo de acuerdo a los Tiempos que ella misma necesita.
La Tierra nunca se apura, nunca se atrasa. Esta tierra
nuestra tiene infinitos tiempos para sus infinitas semillas, tiene infinitos
tiempos para sus infinitas condiciones climáticas, tiene infinitos tiempos
para sus infinitos frutos. Condiciones que incontables veces su socio, el
Ser Humano, no comprende cómo respetar ni considerar.
Tanto el Ser Humano como La Tierra, que son los únicos y
genuinos elementos originarios y reales de producción de riquezas, tienen
que respetarse y que respetar y vivir sus Tiempos Naturales.
La Tierra jamás dejó de comprenderlo pero muchos de sus
socios se olvidaron de hacerlo y salvajemente impusieron sus propios
códigos, delirios y ansiedades.
Cuando la tierra y el ser humano viven su Tiempo Real, la
real... ización de riquezas para la satisfacción del universo de necesidades
de cada uno y mutuas funciona en términos de producción dentro del
rango de 0 -cero- a Infinito.
Una semilla multiplicada genera infinitas semillas. Una
helada mata a las infinitas semillas. El beneficio de la semilla es
infinito, el perjuicio de la helada es total y la lleva nuevamente a Cero, y
el ciclo de la vida debe comenzar desde cero.
Lo mismo sucede con la potencia del Ser Humano, con su
inspiración y su genialidad. La Pareja Divina tiene esa genialidad que le
permite tocar el cielo y a la vez caer al peor de los infiernos, y debe así
volver a comenzar desde el mismo polvo. Es decir, que el potencial que tiene
y a la vez el riesgo que corre este matrimonio entre la Tierra y el Ser
Humano, es muy amplio, diverso e inevitable.
Pero como dijimos anteriormente el Ser Humano Pensó.
Y al pensar se adaptó a su pensamiento, más allá de la realidad que sensa,
que vive, que vivió y que seguirá viviendo, muy a pesar de sus propios
desarrollos y progresos y de sus propias fantasías.
Es así como el ser humano asoció su tiempo existencial,
natural y real a una conceptualización estática, con una
interpretación rígida y despótica del mismo tiempo que hasta entonces había
vivido libre y hasta desprejuiciadamente por cientos de miles de
años.
El Ser Humano se dijo: yo puedo elegir en dónde
asentarme y se hizo el amo y señor de su propio lugar. Hizo y deshizo a
gusto y placer. Y una vez que estuvo bien asentado de acuerdo a sus propios
valores, dijo: si puedo manejar el lugar por qué no voy a manejar El
Tiempo y fue así como creó el Tiempo Cronológico.
Primero miró a las estrellas y las coordenadas de ellas y
los distintos firmamentos le decían que existía un orden... allí
arriba.
Después construyó el reloj solar, el reloj mecánico y el
reloj electrónico; y así el ser humano se puso el reloj en su muñeca y se
encadenó a él.
El hombre y la mujer se pusieron un simple objeto
como aditamento de su cuerpo, y esa cosa frágil e insignificante le ha
absorbido literalmente la existencia de Ser Humano. Pasó a ser Ser en
relación a un objeto mecánico en consecuencia a ser Ser Mecánico.
La persona armó su vida alrededor del reloj. Marcó su
parámetro de existencia en función del reloj. Se condicionó en cuerpo y en
alma a los años, a los meses, a los días, a las horas, minutos y segundos, y
está tan preocupado que se desespera si "por un segundo" pierde la
vida... y así dejó de comprender...se. Hoy ya corre
detrás de "su vida" a la velocidad de los nanosegundos y de los gigasegundos.
Ese Ser Humano tan pero tan inteligente es capaz, cuando
se pasa de la raya, de caer en la más idiota e imbécil de las estupideces.
Creer que la razón, su propia razón, puede Crear... lo ya
creado, o cree que puede inventar... lo ya inventado, o creer que pensando
se va a suplantar el conocimiento que solo se adquiere a través de los
sentidos, es, muchas veces, una tamaña estupidez.
Los seres humanos debemos ser humildes y comprender
nuestras propias limitaciones y disfrutarlas. Debemos ser menos vanidosos e
integrarnos al devenir natural de Lo Natural y disfrutarlo.
Debemos volver a aprender a Ser Sabios y a acompañar los tiempos de los
tiempos mismos, y los desarrollos de la naturaleza misma, y celebrarlo.
Por más que pensemos nunca vamos a dejar de ser
naturaleza, por más que nos envanezcamos y enorgullezcamos de nuestros
descubrimientos jamás vamos a dejar de ser parte de ella y de lo natural, ni
jamás vamos a ser algo distinto al reino animal, porque somos animal y
porque somos naturaleza.
Este es otro primer paso que el Gran Pueblo debe
comprender antes que nada para poder llegar a una Satisfacción Plena e
Integra de todas sus necesidades. Y este punto del análisis y de la
presentación de La Gran Distorsión es en dónde se asienta el
problema de la humanidad toda y de los sistemas en los cuales estamos
viviendo y por los cuales nos estamos hipotecando.
Sistemas que nos están, desde hace rato, separando en
países acreedores, cada vez los menos, y países deudores, cada
vez los más; en pueblos de deudores crónicos y de unos pocos acreedores a
perpetuidad. Estos últimos patrimonios creciendo a velocidades tan
vertiginosas que hasta se olvidan ellos mismos de lo que tienen y mientras
tanto el resto del mundo se pregunta seriamente ¿quién se lleva y en
dónde se concentra en definitiva tanta acreencia?
La Tierra y la Actividad del ser humano funcionan de
infinito a Cero. Nacen y mueren, y deben respetar necesariamente los Tiempos
de Producción y los Tiempos de Descanso, obligatoriamente.
El Capitalismo de Trabajo y Producción funciona
existencial-mente con esa potencia y con esa limitación, aunque trató y
trata de sustituirla por la presión que le impone la necesidad de seguir
enganchado a los patrones del Financismo ya enraizados en él.
La Tierra y la Actividad Humana en acción le dicen NO a
las exigencia del Capitalismo deformado, diciéndole -"hasta aquí llega mi
amor y mi esfuerzo en nuestra relación".
Y así, cuando se llegó al colmo de la explotación del
trabajo aparece el ser humano consciente de sus propios esfuerzos y
sacrificios y le pone un límite moral y un límite ético a la relación con el
sistema subyugador. Es un límite de decencia y de criterio en la
relación.
Nuestra socia la Tierra, impone también sus propios
límites:
-"No me exijan más de lo que yo les puedo dar" dice.
-"Si me intoxican con agroquímicos se los voy a
transmitir en los frutos para que esos mismos productos que me intoxican a
mí los intoxiquen a ustedes". Nuestra Socia desde hace tiempo nos viene
advirtiendo de no hacer lo que no se debe hacer. Aún hoy la mayoría de los
humanos no la hemos comprendido cabalmente.
Así es como el ser humano necio, codicioso, que se cree
omnipotente, omnisciente y totalmente desprejuiciado y despreocupado de lo
que le pasa al otro, sigue buscando lo que su socia La Tierra no le puede
dar.
Es tan grande la tozudez de este hombre de hoy que no le
importa el mensaje de su Socia y la escarba, la taladra, la perfora y la
destruye para buscar en las entrañas de ella lo que el ser humano dice que
son Sus Riquezas o encontrar su confort en lo que le arranca.
Destruye, desintegra y afea su hábitat, se le escapa su
propia vida por los intersticios de la inconsciencia y guarda y encierra lo
que cree que es "su vida" en cajas de seguridad cuando por otro lado no sabe
cómo descubrir y proteger su verdadera riqueza: la felicidad por
vivir, las ganas de celebrar la vida.
No comprendemos aún que las riquezas que buscamos y que
real-mente nos van a hacer ricos no están escondidas en las profundidades de
la Tierra, ni en las cajas de los bancos, sino que están guardadas en
nuestro Propio Ser. Algunas a flor de piel, otras un poco más
hondo, pero todas están ahí, listas para ser celebradas, festejadas y
compartidas.
Esas riquezas son infinitamente más brillantes y
enriquecedoras que el más resplandeciente metal o gema preciosa que a la
Madre Tierra se le pueda robar. Porque son riquezas de Su Propia Esencia.
Afortunadamente ya estamos parados en los límites de las
inconsistencias mirando hacia horizontes distintos y muchos están diciendo
"hasta aquí llego con el esclavismo de este aberrante sistema financiero y
extorsionador que le ha comido las entrañas a nuestro capitalismo y que
traduce todo en Todo en Dinero y el Dinero por el Dinero mismo.
Y se asume en -"desde hoy Yo Soy Yo", y se descubre.
Todos hemos sido desplazados por La Cosa. Esto se
produjo por un simple engaño de la mente humana: entender que podía
controlar el tiempo si lo medía y si lo encerraba en una cajita y lo llevaba
siempre consigo. Esta cajita de metal está afuera, y es libre, y es el
hombre el que se esclavizó y se encerró en su propia charada existencial.
Ahora, el detalle es que el Financismo se enganchó como
garrapata al capitalismo de rendimientos efectivos y día a día crece, se
hincha y succiona toda la sangre que puede hasta que reviente, pero hasta
entonces: propiedades, fortunas, tierras, vidas y el mundo entero transfirió
para sí miles de millones de personas desestabilizando relaciones
productivas y presionando los recursos hasta su completa extinción, y no le
importa si esto sucede.
El Financismo se agarró del tiempo Cronológico,
para vivir y desarrollarse, se agarró del tiempo que jamás para. No
hay lluvia, ni granizo, ni estaciones, ni ninguna otra forma para pararlo,
el tiempo cronológico sigue, sigue y sigue, y el financismo sigue, sigue y
sigue.
Cuando puse el ejemplo de la genialidad del sabio que
inventó el ajedrez y que simplemente se cobró su invento multiplicando en
progresión geométrica dos granos de trigo, que multiplicado por 64
casilleros representaron los alimentos de varios evos de todo el reino, fue
para que llegáramos a este punto y que toda la humanidad comprendiera
LA SITUACIÓN CATASTRÓFICA MUNDIAL EN LA QUE NOS METIMOS, ya que el
sistema de producción de bienes y servicios mundial está ENGANCHADO
en la multiplicación exponencial del financismo.
Aunque se limpien y condonen todas las deudas financieras
de todos los países del mundo, y se comience nuevamente de Cero a un Interés
del 0,0001% capitalizable cada tanto tiempo, pero atado al tiempo
Cronológico, la situación mundial a los tantos años va a volver y a volver y
a volver a ser la misma: hipotecar la Riqueza de la Tierra, robarse
los Alimentos del Mundo y Explotar de manera Indecente y Amoral el esfuerzo
del Ser Humano con todo el conflicto y la distorsión mental que este
tipo de manejos produce en las relaciones entre las personas y los pueblos.
Simplemente, nos tenemos que mirar y analizar lo que en
estos tiempos estamos viviendo para comprender que la humanidad está
produciendo, produciendo y produciendo bienes y servicios de mejor y de más
alta calidad y en cantidades fabulosas, con más y mejores descubrimientos, y
con una creatividad fuera de cualquier parangón, pero la situación
mundial sigue estancada, sigue necesitada y sigue en una crisis tan
profunda, desesperante y terminal como que estamos llegando a una situación
de conflictos generalizados jamás vivida en la historia universal. Estamos
viviendo el momento en que las cuerdas, de tan tensas que están, se van a
cortar.
La carrera entre La Tierra y la Actividad del Ser Humano
y sus rendimientos, considerando sus tiempos Naturales y Reales, y aunque
produzca de cero a infinito, pero corriendo con el 100% de los riesgos de
existencia, jamás puede ser ganada contra el interés y los mecanismos del
Financismo y con todos los elementos que éste le impone a los únicos
dos factores de producción de riquezas sobre la faz de la tierra: el
Bien de la Tierra y el Producto de la Actividad del Ser Humano.
Que el interés del Financismo esté agarrado al tiempo
cronológico y así esté liberado de todo tipo de riesgo existencial, y a su
vez, y para su "seguridad" se proteja con la confiscación judicial y
legalizada de la propiedad privada del hombre y de la mujer de
producción es de tan monstruosa y sanguinaria factura que solo el
Ser Humano la puede haber creado y llevado a ser efectiva y, en
consecuencia, solo este mismo ser humano puede conscientizarla,
comprenderla, elaborarla y desactivarla.
El financismo ha enfermado y ha destruido al capitalismo
de trabajo y producción, ha creado los mecanismos para convencer al Ser
Humano que es benévolo y condescendiente con las necesidades del hombre y de
la mujer de trabajo y con lo que le saca a la Tierra, pero todo lo que nos
dice es un engaño.
El financismo entrega dulce y exige duro,
caro y amargo, se presenta como la única salvación a la
supervivencia del que se está ahogando sin comprender éste que está
manoteando, corriendo y luchando contra algo mucho peor que lo va a explotar
y matar una vez que le termine de succionar todo y le "baje el pulgar"
porque ya no le sirve más. Así funciona el financismo, así funcionó, así es
su esencia. En estas condiciones jamás se le va a poder ganar, porque no
tiene términos medios -toma todo-, porque no tiene moral ni ética y porque
tampoco le interesa dejar de ganar aún a costa de guerras y exterminio.
El Financismo entrega su moneda para darle rienda suelta
a la moral y a la ética del trabajo para después explotarlo y extraerle
hasta su propiedad privada y sus ahorros, seguro para posibles
eventualidades. El financismo se lo lleva todo y no les deja nada.
El Financismo no corre riesgos y ataca sin miramientos la
esencia misma de la dignidad, de los valores y de los principios de los
seres humanos.
La pregunta natural que surge después de este discurso de
inculpación de los males que sufrimos es: ¿en dónde germina el Financismo?
Porque debe estar asentado en algún lugar el punto fértil en dónde:
cuando uno pone una moneda, la moneda da sus frutos.
El terreno fértil en dónde el financismo se reproduce
está en la mente de las personas. Y el fertilizante que
potencia ese terreno es la codicia, el egoísmo y la necesidad del ser
humano de correr contra viento y marea para ganarle al Tiempo y a los
Procesos Naturales.
Veamos como funciona.
Cuando un individuo quiere más que lo que la Tierra y el
producto natural de su propio desarrollo le puede ofrecer, cuando no puede
esperar a que germine el fruto del esfuerzo de su trabajo, o que la
semilla plantada brote en primavera o verano como debe naturalmente
ser, y busca así apurar el ciclo de los rendimientos naturales, es cuando
comienza a impacientarse y a buscar nuevas y distintas formas de desarrollo
y de producción. Este buscar es bueno, ya que le da al Ser Humano y a la
Tierra un sentido de más y mejor, pero todo tiene o debería tener un límite,
porque sino la inteligencia se transforma, por un simple desliz, en
estupidez.
Cuando se escarba en la tierra para robarle sus tesoros,
sabiendo que son imposibles de recuperar y reponer; cuando se engaña a un
semejante a pesar de verlo deslomarse en su trabajo día tras día durante
toda su vida; cuando vemos la humillación a la que son reducidos grupos
enteros de personas por unas chirolas inmundas para sobrevivir; cuando vemos
que se entra en el delito para alimentar a los hijos o la alternativa es
mendigar, la cosa toda no funciona.
Cuando la desesperanza se hace raíz en la mayoría de los
pueblos, y la moneda de cuenta es la indiferencia, la simulación y el
engaño, y es la mal justificación y la idealización de la que
hablamos, y la política sigue y sigue mintiendo, la cosa que no
funciona está por explotar.
Cuando la necedad, el engaño, la fantasía y la mentira se
hacen cotidianas y la única salida para que el sistema siga viviendo es
seguir robándole espacios a la verdad, a los valores, a los principios, a
la decencia, a la dignidad, a la "hombría de bien", no es que hay
"algo" que no está funcionando bien, sino que hay mucho, muchísimo,
que está funcionando muy mal. Y esto nos llama a actuar. Ese
algo está tan enraizado en hábitos y costumbres que están dados por sentado
como naturales, que se me hizo necesario producir una semilla:
La Teoría de la Necesidad para darme esperanzas y así buscar
que produzca con el tiempo y el lugar indicado una evolución sobre los
sistemas y los esfuerzos actuados hasta ahora por la humanidad.
Esta semilla más lo que otros tantos
millones de seres humanos en todos y cada uno de los órdenes de la
problemática humana están haciendo, nos proyectará, indefectiblemente, con
mayor consistencia y esperanzas en este siglo XXI.
Es en este punto del contacto entre la codicia del ser
humano y su ansiedad de riquezas, en donde la religión y la economía se
unen, estableciendo cuándo hay que trabajar y cuando hay que descansar,
cuando es el tiempo de sembrar y cuánto esperar para cosechar, y saber
cuándo hay que correr y cuándo hay que parar, en fin, saber que uno es lo
que debe ser, en el lugar justo y en el momento indicado. Es la economía la
que debe educar para conseguir ese tiempo y ese lugar en donde mejor germine
la humanidad.