y
con todo lo que coexiste y cohabita con él y en él.
El avance en su aplicación sería de sacrificio a
esfuerzo, de trabajo a actividad, y de una economía caótica y aleatoria a
una economía integradora y ordenadora de todo y de todos. Expandir la
economía política, la macro y la microeconomía como son hoy, a ser mucho más
abarcativa, pasando de la administración de los recursos escasos a
administrar TODOS los recursos y seres humanos, sean estos partícipes o no
de procesos productivos o creativos, es su objetivo.
Desarrollar multieconomías expandiéndolas a TODOS los
consumidores naturales u obligados del producto de la tierra y del producido
de la actividad humana y darle una universalidad al pensamiento económico
para que incluya toda ciencia y disciplina en sus conceptos fundamentales y
rectores y no tan solo en sus representaciones matemáticas.
La premisa básica para la potenciación del producido de
la tierra es: Todo elemento extraído de la Tierra debe ser
reproducible por ésta en iguales o superiores condiciones al consumo que el
ser humano y el resto de sus cohabitantes realizan del mismo.
En principio tenemos dos premisas básicas:
1- la de la activación del ser humano en función de la
necesidad o falta de necesidad que tiene de abastecerse de un
determinado elemento para satisfacerse; y
2- el límite conceptual de utilización del producto de la
tierra en función de su propia recuperación -natural o asistida- para
dar en otro ciclo de producción lo mismo, o más, de lo consumido.
Si el ser humano no tiene o no siente necesidad por algún
elemento o servicio no se activa para conseguirlo. Activarse en
función de algo que no necesita es trabajo estéril que, aunque rinda
resultados visibles crea por otro lado sensaciones y compensaciones
negativas que con el tiempo alienan al individuo y a la sociedad produciendo
costos y gastos ocultos o dispersos que las economías actuales no calculan
por ser de difícil apreciación.
La primera ecuación es: A mayor necesidad real
mayor acción integral para la satisfacción de esa necesidad, a menor
necesidad real menor esfuerzo de realización.
A mayor necesidad real si es satisfecha mayores
beneficios holísticos personales, sociales y físicos, a menor necesidad real
si es satisfecha mayores costos y sacrificios personales, sociales y
físicos.
La segunda ecuación es: esfuerzos realizados sobre
actividades no sustanciales son estériles y de máximos costos y
sacrificios y requieren ser compensados por la transferencia de rendimientos
efectivos de otros esfuerzos humanos y producidos de la tierra que SÍ son
útiles para la satisfacción de necesidades sociales insatisfechas concretas
y para el mantenimiento de la tierra.
Este sistema de compensaciones NO se tiene en
cuenta en las economías actuales; no se contabilizan, por lo que
producen resultados irreales y riquezas ficticias que llevan dentro de
sí el germen acumulado de la desigualdad, de la discriminación y de la
explotación de parte de la humanidad y del planeta como fuente de recursos
reales, concretos y efectivos.
Burocracias públicas y otros sectores de la economía
pasan desapercibidas y cargan -acumulan- como producto bruto positivo en los
esfuerzos nacionales, cuando en realidad deben descargar sus montos de los
rendimientos de la economía real o en su caso restarles rendimientos
positivos de otros sectores para poder llegar a un número real de
beneficio efectivo de los esfuerzos aplicados de la sociedad de trabajo
y en acción creativo-productiva.
Esta falta de compensaciones entre producidos útiles y
reales y producidos ficticios e inútiles distorsionan el cálculo del
producto bruto produciendo resultados falsos de riquezas y desarrollos
falsos económicos nacionales y globales.
Estos cálculos incompletos inciden en los
rendimientos de la tierra -extracciones-, en el resultado de sus propios
beneficios y/o perjuicios reales a las sociedades y a las economías que los
producen.
Si el ser humano no siente que su esfuerzo va a
satisfacer necesidades reales comienza un proceso de desgaste y
alienación que lo aleja de la sensación natural de bienestar por la
actividad que esta desarrollando. Este sentimiento y esta sensación son
comunes hoy en día en la enorme mayoría de los trabajadores -considerando el
término trabajador en su acepción más amplia y no tan solo de obrero,
empleado, peón, etc.-.
Aún cobrando su sueldo el trabajo estéril, visto como
estéril desde el aporte efectivo a la satisfacción de necesidades reales
de la comunidad va minando el sentido de utilidad social real y
construye sentimientos negativos, muchas veces ocultos y encubiertos en lo
profundo del ser inconsciente de las personas, respecto al sentido, y al
sentir, de participación en el esfuerzo útil, efectivo, real
socio-económico de la comunidad.
Cuanto más cerca se encuentra la necesidad real
insatisfecha del esfuerzo humano realizado mayor es la satisfacción por
el trabajo emprendido y su carga de bienestar no se da
solo en términos de resultados materiales sino fundamentalmente, también, de
satisfacciones emocionales y espirituales.
El sentido es: Yo y los míos tenemos necesidades
concretas, YO soy abastecedor de ellas de manera concreta e inmediata con MI
esfuerzo y capacidad.
Este tipo de conexión directa entre necesidad
insatisfecha, esfuerzo y resultados concretos para satisfacerlas es algo
perdido en mucho de la actividad económica mundial actual. Rescatar ese
sentir va a darle al trabajo y a la actividad cotidiana el valor que perdió
de dignidad, sano orgullo y satisfacción que produce la tarea
realizada.
De lo que se le saca a la tierra la premisa dice que
ésta debe tener la capacidad, por sí o con la ayuda del ser humano, de
reproducir lo que se le sacó en iguales o mejores términos y condiciones al
consumo que se le requirió, porque para ello fue dada para la
reproducción y no para ser consumida, gastada y exterminada.
Ejemplificando el esquema sería: consumimos quebracho
para hacer un asado, la tierra debe tener la capacidad de reproducir el
quebracho en las cantidades y calidades en que los vamos utilizando para
hacer asados.
Consumimos madera para vivienda cuyo tiempo de vida útil
son 50 años, deberíamos preocuparnos porque la tierra tenga el mismo tiempo
de respuesta, o mejor, a la reproducción de la madera consumida.
Consumimos carbón para hacer un asado, debemos comprender
cuánto tiempo tarda la tierra en producir el árbol que transformamos en
carbón, que consumimos y usarlo en consecuencia.
La actividad del ser humano y su premisa básica y el
producido de la tierra y su premisa básica calibran y orientan cuánto y
hacia dónde debemos realizar esfuerzos y potenciar al capitalismo de trabajo
y producción con nuevos y concretos límites máximos y mínimos en su
utilización. Parámetros establecidos por la ética de la utilización del
esfuerzo del ser humano y por la ética en la utilización de la tierra
que nos da el fruto para consumir.
El eficientismo social es para protegernos de sacrificios
innecesarios en los esfuerzos humanos y para evitar despilfarros y la
extinción de elementos físicos no recuperables. Es una manera de proteger
al capitalismo de trabajo y producción de la presión del financismo y
también una forma de darle sentido moral y ético a la producción de bienes y
servicios para toda la humanidad y para todos los seres que nos
acompañan y con quienes convivimos en nuestra propia casa, aunque esta casa
esté en cualquier lado del mundo y este pueblo o humanidad jamás lo hayamos
visto o conocido personalmente.