En el proceso del devenir humano, la comunicación es
fundamental. Esta es la que le da una mayor o menor comunión con otros
semejantes y con los elementos que utiliza para su desarrollo y progreso.
La realidad Es en tanto y en cuanto una persona
la perciba física o intelectualmente.
Si no hay percepción, si no existe especulación
intelectual, no hay imagen mental que es la que percata al ser
respecto a la cosa y su relación con ella. No percatarse o conscientizar
algo no significa que el individuo no viva con la cosa, sino que
simplemente se ajusta solo inconsciente y automáticamente a la con...
vivencia con ella, pero al no percatarse conscientemente de ella no
surge en el ser humano la oportunidad de destapar el proceso de
inquietud en relación a la cosa misma.
Ejemplo: si uno no se percató que existe algo frente a
uno mismo como va a preguntar ¿qué es?
Así la inquietud, cuando sensada y mentalizada, se
transforma en Pregunta, gracias a la magia del lenguaje.
Si la persona no tiene la capacidad de nombrar la
cosa, de ponerle lenguaje, o si siente y vive en relación a la cosa,
ella igualmente existe y la persona igualmente puede tener inquietud
respecto a ella, así el sujeto la observa, la piensa, pero no se produce
un nexo de integración comunicable por parte del sujeto de la cosa
observada que pueda ser aprehendida por el lenguaje de la
persona para que ésta la pueda transmitir.
Ahora, si surge la pregunta a través del lenguaje como
habiendo sido empujada por la inquietud, el medio en el cual la pregunta se
realizó o el propio proceso intelectual y valorativo del ser humano que hizo
la pregunta comienza una búsqueda para satisfacerla buscando una
Res-puesta.
La ReSpuesta no es ni más ni menos que la
Re... Puesta de la realidad anterior, que antes había sido sensada,
percibida e imaginada, por el mismo ser humano y que dio origen a la
inquietud y en sucesión continua a la pregunta que ahora es realidad
sonorizada y llevada a términos comunes por el lenguaje o códigos
comunicacionales que ambos interlocutores comparten.
Así, entre Realidad, Inquietud/Pregunta y
Re..S..puesta se producen 4 planos de relación, cada uno más
profundo dentro del mismo ser y de la relación que este tiene con otro
semejante.
Por qué explico sucintamente este tipo de relación en una
Teoría Económica, porque la transformación de una cosa
cualquiera en otra, el desarrollo de un elemento no útil en otro útil, la
satisfacción de una necesidad insatisfecha por un elemento material u otro
requiere de la comprensión profunda del proceso de comunicación, ya
que la cosa se transforma de acuerdo a la calidad de comunicación de las
infinitas necesidades que el ser humano tiene consigo mismo y con su
comunidad.
Si al consumir la cosa el ser humano no comprende por qué
lo hace, no sabe por qué lo hace, o simplemente la consume porque sí, el
sujeto pierde su nexo de relación profunda y significativa con los valores y
principios que lo sustentan como sujeto por sobre el objeto que consume,
y al hacerlo se subordina y pierde nivel en relación a la cosa consumida
dejándose consumir por la cosa consumida misma. El Ser se consume a
sí mismo y desaparece con su propio canibalismo.
No estar integrado profundamente al proceso de consumo y
buscando solo la simple satisfacción física hace que el ser humano y la cosa
sean cantidad física acumulada una en otra y no esencia en
relación.
Así, el sujeto compra cosas, consume cosas, compra cosas,
consume cosas, compra cosas, paga cosas y apropia cosas, pero no se asume ni
asume en sí el acto de la satisfacción en los términos amplios que
este acto requiere que se asuma, ni tampoco es rey en su propio reino.
Con un acto de consumición de este tipo se pierden
cantidades muy significativas de variables valorativas que son
las que le dan sentido íntegro al objeto, al sujeto, a la relación entre
ambos, y fundamentalmente a la satisfacción del objeto por el sujeto.
Diríamos que se pierde su esencia de consumo humano y se consolida el
consumo como un simple acto de instinto animal.
Este acto salvaje, bestial, lo vemos a diario en
infinidad de casos en donde el individuo traga, engulle, deglute
groseramente y se atraganta con lo que consume, sin ocuparse ni
remotamente de lo que está haciendo. Es el fastfood, es el feedlot
humano, es el colmo del chiquero y de los criaderos de pollos, pero para
humanos, para semejantes.
La cosa no es cosa per se, el producto, y mucho más el
servicio que uno recibe de un semejante y que compra es la resultante eficaz
de un esfuerzo aplicado por uno o varios otros seres humanos, o en su
caso, el regalo del esfuerzo de la tierra que generosamente lo da
casi en estado de ofrenda al que lo consume.
Esta cosa consumida es mucho más que la cosa en sí misma
ya que aquieta y tranquiliza la necesidad antes insatisfecha;
insatisfacción que si no es satisfecha comienza a molestar, pasa a hacer
sufrir al sujeto y tiende a la desintegración del ser.
No es el valor de la cosa en sí, sino que es el valor y
el poder que ésta tiene en el ser humano que la consumió y en cómo lo
satisfizo y contuvo su ansiedad. Si el ser humano la consume porque sí, sin
saber en realidad por qué lo hace se produce un vacío valorativo
y en consecuencia se cae en el consumo por el consumo mismo, el
consumismo, que no es lo mismo que apropiacionismo que es
atesoramiento de elementos comprados de muy escasa utilización.
Si la persona compra la cosa por la cosa misma y no por
comprenderse en relación con ella, pierde contacto con el mundo percibido
que la rodea y en consecuencia se va alejando de sí misma. Al ir perdiendo
contacto con sus elementos circundantes y consigo mismo el individuo va
olvidándose que detrás de sus objetos de consumo existieron y existen
aún otras personas, otros semejantes que lo hacen posible y además pierde
contacto con su propia necesidad insatisfecha. Esta visión restringida
de las profundas relaciones entre el sujeto y el objeto a consumir es
mucho más intensa cuando se trata de prestar o recibir servicios, ya que en
éste hay otros seres humanos relacionados directamente con el sujeto que
utiliza el servicio lo que extiende la relación a una falta ética entre
ambos.
Si el Ser Humano NO visualiza correctamente al producto
en toda su integridad y con todo lo que de humano acumuló, si el Ser Humano
NO enfoca correctamente el servicio como siendo de un humano o de la madre
tierra, si no lo comprende como algo que acumuló esfuerzos y sacrificios
se inicia un proceso de desvalorización y de despersonificación del
objeto y del servicio que lleva implícito tendiéndolo a valor cero,
aunque se hayan pagado fortunas por el producto o por el servicio.
Esto con el tiempo se transforma en una falta de respeto
y de consideración hacia el prójimo en todo acto de consumo y de
satisfacción, y a la larga esto se transforma en un menosprecio del si
mismo, por ser uno semejante al otro.
Estos procesos de relación entre Ser Humano-Cosa
Consumida-Origen de la Cosa, van bajando la intensidad de relación del
ser humano con su mundo inmediato, y así, deja de sentirse integrado y
atraído e identificado con su existir y en extensión con su consumir y
satisfacción de necesidades transformándose cada acto en puro canibalismo,
como dijimos.
Se come porque se tiene "hambre" y se toma porque
se tiene sed, y punto. Pero no se vive ni la experiencia del comer ni la del
tomar, como parte integrante del proceso de existencia y evolutivo del ser.
El ser se olvida de si mismo.
Así, consumiendo en la inconciencia o sin
percatarse de lo que se consume, la persona pierde respeto del otro.
Dijimos también que el respeto y la consideración hacia
el otro son dos variables de desarrollo en el avance de la Verdad
Individual para transformarse en Verdad Social, si no
existe la Verdad Social no se constituye.
La Verdad Individual en Economía es
que la persona satisfaga de la mejor manera posible sus necesidades, y la
Verdad Social en Economía es que la familia y la sociedad
en su conjunto, en un esfuerzo mancomunado y/o individual satisfagan sus
necesidades por medio de procesos de bajo costo, con máximos rendimientos y
de manera oportuna y puntual, que es cuando surge y se siente la necesidad
insatisfecha.
Economía es transformación permanente de realidades,
es aplicación de infinitas inquietudes a infinitas realidades que se
transforman por medio de la creatividad humana en nuevas realidades de
grado superior; así, el ciclo se continua hacia el infinito hasta
que la actividad desarrollada o la cosa producida no le sirve más al ser
humano que la hace y el ciclo cae y muere dejando su lugar a otro proceso
económico, nuevo, novel, también genuino y originario.
Si en este proceso de actividad humana no se comunica con
veracidad y certeza cuáles son las necesidades insatisfechas que son parte
de la realidad y de la verdad individual o social existente, y se comunica
otro mensaje, por ejemplo, lo increíble y maravilloso de consumir productos
o servicios superfluos e insignificantes, el mismo mercado y sus
procedimientos de incorporación y cambio de productos hace que las personas
pierdan, con el tiempo, su nexo profundo con la cosa que consumen,
transformando la necesidad en querencia y el consumo consciente y sentido en
abastecimiento inconsciente y precipitado.
Se pierde el valor de la realidad tal-cual-la siente
la persona, y el mercado, a su vez, la ayuda a perder la
comprensión de la necesidad tal-cual-es y necesita ser satisfecha y
que es integradora de todos los procesos valorativos y motores del ser
humano para buscar y consumir la cosa, transformando el acto en un simple
proceso porque lo quiero y porque sí.
¿Quién pierde? ¿Qué se pierde? Pierde el conjunto social,
pierde el Producto Bruto. ¿Por qué y desde dónde pierde? Pierde porque
redujo sus variables valorativas a casi cero y pierde en el poder y en la
potencia de transferencia de su propia esencia ya que ésta tiene solo el
valor de ser cosa y no ser producto, ser servicio en sí mismos con
todos los agregados humanos del caso.
Así el ser humano en el mundo actual consume: porque
consume; pero no consume por qué consume. Es decir, que en el
acto de consumir la persona tiene muy pero muy lejos la pregunta
que hace que comprenda y se dé respuesta cierta y poderosa a su Realidad
Actual dentro de la cual se relaciona a la Cosa como Sujeto que tiene
Una Necesidad que la cosa puede satisfacer.
El proceso de consumo actual ha perdido su gracia y Su
"Gracias". Y es por eso que las realidades de supermercados e hipermercados,
y de superabundancia de productos, aunque sus clientes llenen carritos y
carritos; en realidad, el ser humano que los consume tiene la sensación de
que los productos que compró lo llenan, pero no lo satisfacen; y así
continua incesante su búsqueda de más productos para ver si ellos realmente
lo satisfacen.
Lo que hemos hecho es educar a nuestras sociedades en la
comparación de precios y alguna que otra calidad, aunque en general ni
siquiera eso. Se quiere que vayan, agarren y paguen.
La reSpuesta que el sistema da del consumo
actual, es la de una Realidad acotada y mezquina sin valor más
que el precio de la cosa y es por esto que cuando el hombre y la mujer se
inquietan y preguntan por su necesidad insatisfecha y van y compran para
satisfacerla, lo que ambos sienten sigue siendo insatisfacción a pesar de
vivir en un mundo de "abundancia" y derroche.
No es porque no tienen productos o servicios que
consumir, sino porque no pueden ni siquiera responderse las más simples
preguntas respecto a su relación con las necesidades que tienen y los
productos que sus otros semejantes les produjeron para satisfacerlas.
Es muy distinto necesitar que querer. Es muy distinto
buscar, encontrar, comprar, tener y consumir, cuando el origen es una
comprensión total del verbo Necesitar, a cuando es
Querer. Es muy distinto tener relación con la cosa que satisface
valorando, la cosa en sí misma a valorar lo que la cosa hace por el que la
consume.
La sensación de que es él y el producto, de que
es él y la necesidad, y de que es él y su "necesito" y que
está dispuesto a realizar el esfuerzo necesario para conseguirlo, son tres
procesos de desarrollo de la relación entre sujeto y objeto que potencia y
le da sentido a esa relación, completándola.
El proceso de comunicación entre comprender la
Realidad, satisfacer la inquietud de la necesidad, y de
la ReSpuesta que el entorno o uno mismo se da para satisfacer esa
inquietud son procesos profundos del Ser Humano en su convivir y
utilizar su entorno para existir en comunión y en complementación con todo
lo que lo rodea.
El necesito es integrador y motor de infinitas
variables individuales y sociales en función de la satisfacción. El
quiero es disociador, restrictivo, limitativo y excluyente de esas
variables.
El ser humano de hoy debe plantarse en su Realidad,
debe satisfacer plenamente sus inquietudes comprendiendo las preguntas que
hacen a sus necesidades concretas y debe producir las ReSpuestas del
medio y de la sociedad en la que vive para saciar su necesidad. Este
es el proceso integrador y común que incumbe a la economía que estamos
construyendo.