TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  82 - Economías de Superficie   Audio - Imagen MJY

Una de las diferencias entre la cultura occidental y la oriental es que mientras la primera construye y da valor a lo oculto y a lo desconocido tratando de justificarlo -las religiones en principio-, para lanzarse de lleno, recién hace unos siglos, a la investigación científica para descubrir y conocer la naturaleza por medio de la razón y la imaginación investigativa -cogito ergo sum-, en la cultura oriental todo nace desde la percepción del mundo real y de las experiencias fácticas y se construye la cultura desde el sentido común y desde la comprensión visible y sentida de las cosas tal cuales se presentan y son desde lo concreto y real.

Desde este tipo de actitud y con la presión y síntesis del pensamiento que hizo Descartes -pienso luego existo- el mundo occidental se lanzó a descubrir lo profundo, lo insondable y le dio valor. A cuanta más profundidad se llegaba más valor tenía, cuanto más difícil era su descubrimiento más valor y precio se le establecía. Y así nació una economía de profundidad en donde todo lo de valor estaba bien oculto y a donde solo algunos privilegiados podrían llegar, extraer y poseer.

El oro, los diamantes, el petróleo, los minerales, son ejemplos de las riquezas ocultas que occidente, primordialmente, se ocupó de explotar y sobre los que construyó sus valores y dinámicas económicas básicas. Todos elementos agotables, todos "escasos" por sus mismas esencias y composiciones.

Esta es la lucha entre países por las partes del queso que no se va a reponer una vez que saquen esas riquezas que unos roban construyendo guerras y otros por medio de artilugios jurídicos, astucias comerciales o presiones financieras -ejemplo: construcción ficticia de deudas extranjeras para después negociar tierras, producidos agropecuarios, etc.-.

La dermis del planeta es tan rica y sabia que todo lo que está sobre ella se reproduce, cambia, se ajusta, muta y se adapta a sus propias condiciones y a las condiciones del resto de los seres a los que cobija.

Sobre esa dermis los seres vivos se multiplican, se autoabastecen, se mezclan y conviven y se sirven unos a otros para seguir existiendo en armonía y equilibrio planetario.

Esa multiplicación tiene sus propios tiempos, sus propios rendimientos, sus propios números especiales de relación entre unos y otros y tiene, en algunos casos, potencialidades infinitas de reproducción ¿por qué el ser humano no le dio la importancia que tiene y la cuida como la base de su propia existencia y su riqueza existencial?

Si es tan fácil verlos nacer, crecer, multiplicarse y llenar la tierra, los mares, el planeta todo ¿qué pasó y qué pasa con los hombres y las mujeres que crearon el actual sistema económico de explotación intensiva, de inversión de capitales financieros intensivos, de aplicación de esfuerzos -que más que esfuerzos son sacrificios- en áreas de magros rendimientos en donde para que florezcan sus producidos se necesita explotar, succionar, taladrar y drenar recursos físicos que llegan al punto de la alienación y de la muerte de centenares de personas?

Además de una economía social, necesitamos enseñarnos a ver y a darle el real peso específico que tiene lo que es evidente de las riquezas que se pueden obtener sin siquiera esforzarnos para conseguirlas y cómo hacer para distribuirlas y compartirlas entre todos.

Debemos educarnos en dejar de lado fantasías de riquezas cuyos rendimientos son sacrificios de exterminio de la raza humana, de seres y de paisajes que quedan destrozados una vez que pasó la excavadora rasguñando sus superficies hasta encontrarle el hueso en sus entrañas, para taladrarlo también.

Cuando la minería ataca, destroza y corrompe me imagino a una madre embarazada siendo picaneada, siendo inyectada, siendo perforada con taladro en distintas partes del cuerpo sin que a nadie le importe que es mujer y que lleva una nueva vida dentro de sí.

Duele pensar que hay geólogos que estudian para romper y despedazar la misma tierra que ellos deberían honrar, venerar y cuidar; duele pensar que hay ingenieros, que podrían hacer mejor y construir mejor, pero que solo se ocupan de desarrollar procesos de destrucción y muerte de todo lo que encuentran a su lado, y duelen muchas cosas más que vemos y conocemos de lo que está pasando.

Es tiempo, YA, de concluir con semejante estupidez y destrozo, es tiempo de que seamos humanos con todo, y por supuesto con todos, porque da vergüenza ajena seguir existiendo de la manera que lo estamos haciendo y humilla vernos violentar y agredir todo lo que tocamos para conseguir salirnos con la nuestra, yendo en pos de fantasías de desarrollo a las que se le pone un precio para incrementar los fondos financieros depositados en los bancos o los valores de las acciones en las bolsas de valores.

Destrozar la dermis planetaria magnífica, brillante y bondadosa para teñirla y violentarla con la muerte, la explotación y el robo sistemático y vergonzoso de cientos de procesos destructivos e irreparables es un crimen y un suicidio a la propia humanidad, y humanidad somos nosotros, vos y yo, él y ella, y cada persona que se ve a diario.

Si terminamos con la economía de profundidad, tanto en las tierras, como en los cielos y como en los mares, la misma decisión de hacerlo nos va a llevar naturalmente y hasta mágicamente a imaginar y a construir nuevas economías de superficie difícilmente posibles de visualizar íntegramente en sus nuevas formas desde el ahora.

La genialidad humana es tan grande y la naturaleza tan maravillosa que una conjunción sana entre ambas puede producir el paraíso que hemos alejado hace tantos siglos de nuestra vida en relación.

Economía de superficie no es solo éste término, ya que van a surgir nuevas formas de nombrarlas con el correr de la historia y de una sana simbiosis de complementación en su utilización.

Creo que la topografía de superficie es mucho más que solo esta generalización y que podríamos incorporar pensamiento económico a superficies planas, a superficies líquidas, a superficies en movimiento, a superficies de evolución lenta como a superficies de alta rotación. Es solo cuestión de conversar y ver con ojo de relación sana y protectora cómo vamos a producir esa simbiosis para que una nueva producción humana comience a despuntar.



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