De la misma manera que el eje IEC nos
permite observar la relación entre educador y educando, el eje NQD
nos aporta una significativa visión sobre la activación humana.
Recordemos que la necesidad... es la madre de la
acción y...
¿Qué impulsa la necesidad? y ¿qué es acción?
Si necesidad es una falta de algo material, intelectual,
emocional, espiritual, de relación, de ambientación, o de cualquier otro
tipo de prurito o cosquilleo interno que una persona tiene podemos
apuntalar esta falta con la intención que el ser tiene
y que puede expresar en palabras como: necesito, quiero, debo, deseo,
y otros términos que tienen grados y significados distintos en cada
persona.
A pesar de que las nombramos estos términos no necesitan
ser analizados en profundidad aquí, solo saberlos distintos desde la
presencia que tienen dentro de la persona cuando ésta los nombra y saber
cómo comprometen al individuo en la búsqueda de la satisfacción de la
falta sentida.
Sus grados están relacionados con lo que la persona está
dispuesta a dar para encontrar lo que necesita para satisfacer la falta. Sea
esfuerzo físico, compromiso moral, o simple presencia, los claroscuros que
reflejan cada palabra tienen su propios tonos y brillos de acuerdo a cada
individuo.
Su distingo no se da, entonces, en la etimología del
término sino en el sentido que éste tiene para el que lo usa. Por esto es
que los dejamos ahí sin entrar en profundidad en su análisis, campo de la
filosofía o de la filología.
Y qué es acción: es el pensamiento, es la palabra y es la
acción física propiamente dicha funcionando activas, dinámicas, en
desarrollo.
Hay acción en estos tres campos de todo ser y la acción
es propia de aquél que la realiza y de nadie más.
Desde nosotros mismos, podemos observar al mundo en
acción, lo lúdico que se nos presenta, los verbos que las nombran y que
le dan dinámica a todo el entorno de cosas y de personas que nos rodean,
pero lo que existenciamos en movimiento es de lo otro,
no del uno mismo, es característica y acción, habilidad y capacidad del otro
y no de uno mismo.
Acción que es activación humana: la acción del
pensamiento, de la palabra o del cuerpo que pone a la persona en movimiento
es la que genera y acompaña a la persona a ir en pos de algo, de alguien, de
sí mismo.
Interpretado desde lo objetivo acción de lo propio es:
pensamiento en movimiento, palabra en movimiento y
cuerpo en movimiento, es ir de un punto a otro, de una
situación a otra, de un lugar a otro; de un estado a otro. Aquí lo que
importa y es fundamental, es lo interno y lo que hay dentro de cada ser
humano al ir de punto a punto, de situación a situación y de lugar a lugar
internos, resaltando que es la activación del ser humano con su
todo... puesto a andar, y es el poder de su propia integración y
potencialidad de moverse de lo que hablamos.
Este poder que todo ser tiene de juntarse en sí
mismo/a, de juntar sus partes e íntegramente lanzarse a la búsqueda
de lo que necesita involucra otros dos elementos:
-uno la in...tención, cuando la persona se
activa en busca de algo que tiene visualizado como un objetivo determinado,
esta intención surge de la voluntad del ser.
-el otro es el estado de tensión en el que
se pone para salir de un lugar y llegar al otro, para salir de un estado y
entrar en otro.
In..tención y tensión influyen en las
interpretaciones que la persona asigna al necesito, al quiero, al deseo, al
debo, etc., y cada grado distinto de cada una de ellas establece una
relación de compromiso físico, intelectual, moral y emocional distinta en
cada individuo.
Jamás puede haber una acción colectiva, siempre hay
acciones individuales agregadas al conjunto. Siempre serán
acciones de cada uno vistas como de uno más otro, porque si acción es del
pensamiento, de la palabra y del cuerpo, las tres son propias y particulares
de cada ser humano y no pueden ser compartidas.
La necesidad ES la madre de la acción es
indisoluble en la presentación que hacemos de la Teoría de la
Necesidad.
No puede haber acción sin necesidad. Aunque la acción sea
impuesta sobre el individuo siempre existirá una necesidad anterior que la
motive, en el caso de la coacción: superar el miedo o el castigo que podría
ser infringido si no se actúa.
Esta acción forzada, forzando al individuo a hacer algo,
es voluntad coaccionada, pero voluntad al fin, de baja in..tensidad.
Mucho más cuando se prolonga ese estado de coacción en el tiempo,
llegando y llevando al individuo al estado de amansamiento.
Si la actividad creativo-productiva es el universo de la
nueva economía que planteo, y si la actividad es activación del ser humano,
y si la activación es acción en los tres planos mencionados, la
necesidad libre y soberana, la necesidad independiente y vibrando dentro del
ser que la contiene nos va a ofrecer como su resultado natural lo
mejor de sí, lo más eficiente, eficaz y oportuno de lo que se pueda crear o
producir.
Podemos decir que una necesidad no puede tener en sí
ningún tipo de condición ó que el ser libre y soberano es un estado del
individuo de dos cosas no del todo integradas, pero esto no es así, y lo
vemos reflejado a diario en la publicidad, en la compraventa, y en todo tipo
de actividad.
Cuando decimos que la necesidad es libre y soberana
es literal-mente lo que buscamos expresar: que el entorno y la sociedad
no deberían influir ni condicionar las necesidades que una persona tiene, no
deberían imponerse unas necesidades en vez de otras, y deberíamos darle la
independencia y marco de amplitud discrecional a cada personita -niño/a
en búsqueda de ser un ser social pleno activo- para que descubra sus
propias necesidades y para que aprenda a integrarse con todo su ser y así
encontrar los caminos para la satisfacción de ellas.
Consecuencia necesaria y suficiente surgida de la
necesidad es la madre de la acción, es poner al ser humano en la
confluencia de su máxima libertad -acción sin miedo- y en su plena
independencia -espacio de maniobra sin límites-.
Dejar que la misma persona establezca, de acuerdo a
su intención, a su ánimo y a su falta
sentida, hasta dónde se anima con sus propias capacidades para
conseguir lo que necesita -límite dentro del cual actúa sin miedos, y pasado
el mismo cómo y cuánto comienza a temer- y por otro lado que busque la
expansión del punto del universo que su persona imprime a través de la
acción, punto en donde frene su accionar, lugar encontrado en donde esté
satisfecha -o en donde siente la imposibilidad, el límite, del logro- y así
se deje estar.
Miremos a la mujer y al hombre de hoy en movimiento y
veremos el núcleo, el origen de lo que le falta a la humanidad.
Multipliquemos esta falta por los mecanismos de terror
impuestos, por mecanismos de coerción y coacción, por culturas que infunden
miedos, modas, por procedimientos y por relaciones llevadas al colmo de su
imbecilidad y estupidez, y vamos a encontrar el por qué de
semejante estado de indigencia y catástrofe que sufrimos todos apretados en
un mundo que ya no es más un pañuelo, sino que es un punto
infinitesimal en el que cada vez y cada día que pasa muchos más se
siente más y más incómodos, superados, y fuera de control de sus propias
acciones libres e independientes de pensamiento, de palabra y del cuerpo
físico que a duras penas pueden alimentar, y cuando lo hacen, generalmente,
lo hacen mal y forzados a comer lo que los destruye.