TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  86 - La diferencia entre Esfuerzo y Sacrificio
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La definición de términos es un área muy delicada y sensible sobre la que debemos trabajar para evitar trastrocamientos de significados y para evitar que sean manipulados en contra de los nuevos desarrollos que se idean e implementan.

Una exacta definición y su relación con otros conceptos, van a producir universos exactos sobre los cuales contener nuestras nuevas economías y así evitar conflictos, luchas de intereses creados y errores en los rumbos que se vayan estableciendo.

Así, esfuerzo no significa lo mismo que sacrificio.

Esfuerzo para el diccionario es: 1- empleo enérgico de la fuerza física; 2- empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo; 3- ánimo, vigor, brío; 4- empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin; y otros.

Sacrificio es: 1- ofrenda, generalmente cruenta, a la divinidad en señal de homenaje o expiación; 2- Acto del sacerdote al ofrecer en la misa al Eterno Padre el cuerpo de Cristo bajo las especies de pan y vino; 3- fig. peligro o trabajo graves a que se somete una persona; 4- fig. acción a que uno se somete con gran repugnancia por ciertas consi-deraciones; 5- fig. acto de abnegación inspirado por la vehemencia de un afecto; y otros. (los resaltados son míos).

Podemos ayudar a estas definiciones para ampliar sus significados en pos de los temas que nos incumben: el ser humano activo creativa y productivamente buscando la satisfacción de sus necesidades; y por otro lado, la protección y utilización racional y humana de la Madre Tierra.

Todos deberíamos realizar esfuerzos y deberíamos tener sistemas que eviten que las personas deban realizar y entregarse a sacrificios, situación que, hoy por hoy, está invertida.

Toda acción significa sacrificios de otras cosas para poder realizar-se, implica dejar de lado o entregar cosas a cambio de otras, implica transar valores determinados por otros. Los continuos de uno y otro -esfuerzo y sacrificio- los vemos como tendiendo hacia sus propios extremos sintiendo que esfuerzo debería ser mucho menos que un empleo enérgico de la fuerza física o intelectual, significaría que es tan simple como poner su activación a funcionar, su todo en actitud natural de movimiento; mientras que sacrificio lo expandiríamos hacia una entrega de cosas más allá de lo deseado en poner fuerzas que sentiríamos están desperdiciadas para conseguir otras cosas.

Recordemos lo dicho en La expansión de los resultados en una actividad de producción efectiva o en una de producción estéril.

El ser humano, con su capacidad e inteligencia, debería esforzarse pero no sacrificarse. Deberíamos tener sistemas y procedimientos que nos relajen y que nos den lo que producen y nos beneficia sin deberles nada, sin sacrificar nada.

Pero hemos construido sistemas que se asumen en dioses a los que hay que sacrificarles todo: nuestras vidas, nuestros logros, nuestras familias, nuestros espacios de amor y, hoy por hoy, nuestros principios y valores morales y éticos.

Hemos construido sistemas -acuerdos de voluntades- que literal-mente nos roban lo que quieren, cuando quieren y en las cantidades que quieren.

Así, desde un simple albañil que dedica todo el día a trabajar, hasta un sujeto obsesionado por el éxito entregan, a su manera, mucho más de otras cosas que no deberían ser sacrificadas para conseguir lo que necesitan, lo que desean.

Los sistemas, los procesos económicos -todos acuerdos de voluntades- surgen como déspotas, como dioses a los que todos debemos sacrificarnos porque esas voluntades que conforman los sistemas tienen la maldad de constituirse en silencio o abiertamente con sus codicias, sus avaricias y sus malas pasiones integradas en un todo que obligan con sutileza o con enérgica coacción a que sean esos sistemas y procesos aceptados, cumplidos, endiosados lo importante, quitándole a las personas y a los pueblos todo espacio para la creación, para el disfrute y el gozo de sus propios desarrollos humanos que ya no existen o que se han entregado todos, que ya no pueden siquiera ser interpretados, mucho menos buscados como propios.

Cuando decimos que no hay creatividad o productividad propias, no significa que la humanidad no está produciendo y creando todo el tiempo y siempre, sino que esos procesos no se hacen con la suficiente expansión personal en libertad e independencia como para ser disfrutados y celebrados como la vida misma, todos son sacrificios y entregas que van más allá de las compensaciones que la creación y que la producción efectivas nos puedan devolver.

Esfuerzos sí, sacrificios no. Y si no es así, debemos reunirnos para idear nuevas formas que nos movilicen en esfuerzos mancomunados que sumen en positivo, en vez de aplicar sacrificios que llevan en sus resultados muchos más signos negativos, destrucción y faltas que los signos positivos de los resultados que consiguen.



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