¿Qué son bienes? Exactamente eso, cosas que hacen
bien, que le hacen bien a las personas y por extensión
a todos los otros seres y por extensión a la tierra. Lo que no son bienes...
deben ser "males". Ya los trataremos en otro título.
¿Qué son productos? Son cosas que se realizan que se
parecen a los bienes, pero éstos para que "nazcan", necesitan de recursos
varios materiales, y de la actividad física e intelectual creativa y
productiva de las personas para que se constituyan en lo que son: productos.
De acuerdo a lo del primer párrafo los productos pueden
ser "bienes" o... pueden ser "males". Los bienes
sirven, "los males" no.
¿Qué son servicios? Es la actividad del ser humano para
construir productos, para atender a otro u otros seres humanos y para
satisfacer los requerimientos de la Madre Tierra. En realidad, una acepción
un poco más amplia que la tradicional, que incorpora el servicio para desarrollar
productos como un recurso más del producto al que mal llama "recurso
humano".
Aquí no estamos de acuerdo en utilizar la palabra
trabajo, hablamos de actividad que es mucho más abarcativa. También hablamos
de que el ser humano siempre se activa y presta un servicio y que por eso
puede o no ser remunerado pero que esto no quita que, también, sea un
elemento económico con un valor económico como lo estamos propo-niendo.
¿Cuál es el bien más bien por excelencia? No por
casualidad son los bienes raíces y ¿qué son los bienes raíces?
La Tierra. Tampoco es casualidad que la nombremos como La
Madre Tierra ni que hayamos decidido que en la nueva economía la
tratemos como Nuestra Socia.
Ahora ¡qué casualidad que el sistema económico en el que
vivimos haya puesto todo el peso de su desarrollo en la propiedad
privada y exclusiva sobre los bienes raíces: la
propiedad de la madre tierra! Y que casualidad que todo el andamiaje
jurídico-legal del mundo defienda con dientes, uñas y asesinatos la
propiedad privada de la madre tierra. Interesante ¿no?
Otra "casualidad" que no es tal: que interesante que
cuando las personas se hacen de mucho, muchísimo dinero aplicando la fórmula
todo en dinero y el dinero por el dinero mismo, o la otra de utilizar
el crédito, hacer inversiones especulativas y buscar solo el rédito
financiero y les resulta hacerse de mucho dinero, ¿en dónde lo
invierten para que esté más seguro? en un bien raíz, una
propiedad inmueble, o en muchas o en infinitas extensiones de miles y miles
de hectáreas de tierras. Interesante ¿no?
Ahora las excusas para comprar inmensa cantidad de
propiedades inmuebles en todo el continente americano -del sur- es que...
Uy... otra casualidad: ¡cuidar la tierra! ¡UY!... y justamente
"cuidarla" de la gente que vivió y respeta la tierra desde todas las
generaciones desde todos los tiempos. Gente que llama a la tierra: La
Madre Tierra, la Pachamama, ¡Qué casualidad! ¿No?
Vivimos en un mundo lleno de casualidades que
"justamente" no tienen nada de casualidad, sino que es producto de una
continua, estúpida y sucesiva consecución de causas y efectos que ya viene
durando demasiado, y que viene destruyendo demasiado y que nos viene
mintiendo demasiado.
Un mundo cuyas miserias son todas producto de la
ley de la causalidad en donde infinitas causas equivocadas
intencionalmente producen infinitos efectos de destrucción y muerte que
no son ninguna casualidad sino que responde a la ley de
la causalidad: a una causa infame, una consecuencia y efecto
infame, así de simple.
Qué es un bien, y qué serían los males.
Cuáles productos son bienes y deben producirse y
reproducirse hasta el infinito para que todas las necesidades que ellos
satisfacen sean plenamente satisfechas en toda la humanidad; y cuáles
productos son "males" y deben, de a poco, discontinuarse de sus líneas de
producción.
Qué servicios humanos -las máquinas no prestan servicios,
al contrario de lo que los economistas mal interpretan pareándolas con la
actividad del ser humano- se orientan hacia el bien y cuáles son superfluos
e inútiles.
Lo dicho en estos párrafos son la cuestión de la
humanidad y por ende la cuestión de la economía descubrir,
disgregar, ordenar y resolver.