TEORÍA DE LA NECESIDAD - El Eficientismo Social -
                      Una Economía  de Todo y para Todos.    Prof. Mauricio Jorge Yattah

  9 - El Proceso Creativo-Productivo  Audio - Imagen MJY

El ser humano se activa en función de dos procesos.

El proceso de creación o creativo.

El proceso de producción o productivo.

Cuando el hombre y/o la mujer se activan están enmarcados dentro de un determinado campo de libertades e independencias para la realización del cometido para el cual se activaron.

Definimos a libertad como

La impresión y/o expresión del proceso creativo-productivo del ser humano sin el condicionamiento del miedo;

Y a independencia como

La expansión del ser humano hasta el límite que le impone otro ser humano, una idea, una cosa y/o un sistema.

Entonces... Libertad, condicionamiento: el miedo.

Independencia, condicionamiento: límite físico, intelectual y/o moral.

Son dos coordenadas muy importantes para los nuevos desarrollos económicos. Desde lo muy personal y subjetivo la mujer y el hombre se activan con o sin miedos y se mueven hasta dónde pueden y hasta dónde el entorno los deja ó hasta dónde su propia moral les permite para conseguir lo suyo.

Desde lo impersonal y objetivo, y desde el entorno que los rodea, cuando van en busca de realizar algo, aplican su esfuerzo para satisfacer necesidades específicas insatisfechas movilizándose hasta el límite de sus capacidades físicas, intelectuales y/o espirituales y hasta el límite de sus intenciones para con la cosa a satisfacer. Esta visualización -impersonal y objetiva- es desde la relación que la pareja humana tiene con su entorno cultural y cívico.

Entendemos por realización:

aquello que es el resultado, concreto y/o abstracto, de la activación del ser -no necesariamente humano- en función de un algo idealizado por la necesidad física, intelectual y/o espiritual o por la simple necesidad ó intención instintiva existencial.

Y definimos sistema, para nuestro propósito, como un acuerdo tácito de voluntades para aplicar a la realización de una determinada cosa o como el condicionante de sus formas de pensar, hablar o actuar.

En el proceso creativo el ser humano -uno de los infinitos creadores universales- realiza y se realiza con un nivel y con grados de libertad e independencia muy superiores a los que utiliza en el proceso de producción. Grados y niveles que en su caso llevan a que su resultado o realización sean únicos y casi exclusivos y excluyentes de una repetición igual con otro del mismo tipo, condición y/o calidad.

El ser humano activado en un proceso creativo va moldeando con esa amplia libertad e independencia, en términos concretos y/o abstractos, nuevos elementos para incorporar a su universo, y a la realización de todos, aportando su parte personal y social de realización individual a través del producido de su creación.

En el proceso productivo el ser humano recrea una iteración o repetición del mismo patrón de los elementos y de las variables utilizadas en la producción de una determinada cosa, consiguiendo así un resultado o un producto igual o similar al final de cada activación.

En el proceso productivo el ser humano, per se, o por imposición del entorno o de las condiciones de la actividad, restringe y condiciona su libertad e independencia priorizando en la relación al producto, a su entorno o al resultado deseado por repetición sucesiva de esfuerzo. Se subordina y condiciona a las variables o elementos preestablecidos fuera de él o de ella.

Ahora, si consideramos la situación económica mundial actual, y nos enfocamos en la diferencia entre estos dos procesos, vamos a comprender cómo y en qué grado el actual sistema de producción de elementos nos lleva, y hasta nos arrastra cotidianamente, a un paroxismo y constricción de nuestras infinitas variables subjetivas existenciales personales y sociales, y a la imposición de procesos contranatura, remiendos encubridores de procesos forzados cuyos objetivos son "la supuesta producción de riqueza de las naciones y de los pueblos".

Esta, la de la riqueza, es una falacia si comprobamos y evaluamos los resultados conjuntos obtenidos por el actual financismo y/o capitalismo comparando realización humana con satisfacción plena, completa e integral humanas como resultante de esos esfuerzos y sacrificios en la realización.

La producción de cualquier cosa no aumenta necesariamente la riqueza ni tampoco es necesariamente útil al ser humano, ni cumple funciones de satisfacción de necesidades concretas y/o reales para la comunidad.

El resultado de la actividad humana, cuando no productivo o no útil ni cuantificable en términos de bienestar social debe ser considerado como un desperdicio. Actualmente toda producción por ser producción misma, se cuantifica como riqueza cuando no debería ser así.

El peso real y efectivo que tiene la creación y la producción debe estar directamente relacionado con la satisfacción de alguna necesidad humana insatisfecha por consiguiente debe ser útil a la persona.

Las realizaciones deberían funcionar dentro de un rango mucho más amplio si fueran concretadas con una libertad y una independencia acordes a las intenciones del creador y de todas sus necesidades de creador y no a los condicionantes del medio, a los requerimientos del mercado o a cuestiones exteriores al creador mismo.

El ser humano es, antes que nada, parte del Creador Universal -entendiendo a esto como lo surgido espontáneamente por la ley del cambio- y limitarlo y condicionarle su primera expresión esencial -creación- es literalmente reducirlo a la condición de cosa y sacarlo de la condición de ser creador. No hacen falta más explicaciones ya que los resultados de las actuales formas productivas mundiales y de los rebuscados sistemas financiero/económicos nos exteriorizan infinitos ejemplos de alienación, enfermedades y condicionamientos humanos en cualquier tipo de actividad que busquemos, todo debido a la constricción e insensata retención y condicionamiento del libre albedrío y de la libre expresión del ser humano íntegro como tal con toda su miríada de necesidades humanas insatisfechas.

Las máximas satisfacciones que el ser humano recibe al activarse en los procesos creativos y/o productivos no son "solo" de tipo económico y/o material, incluso cuando trabaja para satisfacer necesidades concretas y reales en dónde la resultante de la acción física y/o intelectual es satisfacer una necesidad concreta, real y física insatisfecha siempre existen una cantidad de otras necesidades satisfechas conjuntamente que hacen a su marco íntimo y personal.

En todo el proceso creativo y/o productivo humano existen, desde su mismo origen, una cantidad infinita de valores subjetivos de realización de muy difícil cuantificación objetiva y económica que están ahí acumulados esperando ser satisfechos: satisfacción social, logro personal, sentido de utilidad, sensación de rendimiento familiar, etc. que hacen a la esencia del hombre y de la mujer activados en su trabajo.

Aplicando la premisa: La Necesidad es la Madre de la Acción le damos al proceso de creación y de producción de riquezas las máximas posibilidades de una realización integral plena.

El esfuerzo y hasta el sacrificio deben ir orientados a la satisfacción del conjunto de necesidades humanas y no tan solo del aprovisionamiento del objeto o producto de satisfacción.

Activar al ser humano sin esta premisa es inhibir el resto de sus valoraciones subjetivas fundamentales de realización individual y colectiva por medio de su activación, y así llevarlo, poco a poco, a una condición de abulia existencial creciente que obliga a utilizar artificios y artilugios contranatura de la esencia humana para poder mantenerlo en su función de trabajo y coparticipación en el esfuerzo social y económico, situación que aliena, desarticula y enferma al mejor, más fuerte y más dispuesto de los mortales.



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