No hace falta repetir la historia de los impuestos ya que
sirvieron para todo: guerras, excesos, mercados ficticios, cajas
fraudulentas, administraciones públicas monumentales que existieron y
vivieron durante siglos del sacrificio y del peculio del Soberano y
mil abusos más que -por supuesto vistas desde nuestros países
tercermundistas- obligan al cambio.
Los excesos públicos y los abusos de bolsones de
intereses creados ilegítimos -aunque todos legalizados- en países
subdesarrollados son la regla mientras que el balance administrativo,
distributivo y los beneficios sociales a los que debería tender el grueso de
los presupuestos públicos son la regla en países desarrollados.
Como las intenciones de la Teoría de la Necesidad
es la de traer a las relaciones sociales e institucionales una mayor
eficiencia y efectividad en sus actividades económicas y financieras estos
puntos oscuros y de corrupción de sistemas naturales instituidos actualmente
es de fundamental importancia.
La doctrina nos habla que si el estado recauda tiene más
capacidad de redistribuir sus ingresos de manera más ecuánime, selectiva
hacia el bien común y con visión de futuro. Mentira.
Los estados recaudan más y más y la distribución hacia el
bien común solo cae en cuentagotas pero sí aumenta cada vez más el poder
político y las estructuras institucionales públicas que responden ciegamente
a él y a todo su aparato de negociados atrayendo como moscas a aquellos
grupos que desde la función privada quieren tener éxito y permanecer aún
dentro de sistemas injustos, discriminatorios, inseguros y excluyentes como
el actual.
El resultado de tanta doctrina puesta en práctica es
la caja, que son miles de cajas públicas, que son abiertas con
cualquier tipo de llave -el voto ciudadano- que en general es
fraudulento y negociado.
Mientras la componenda de las opciones partidarias
políticas estén de acuerdo junto a los grandes grupos de poder -de cualquier
tipo- de asumir el gobierno nacional, provinciales y municipales, y sin
importar los resultados de las votaciones que, a su vez, incluyen
alevosamente el fraude electoral con sus cientos de variantes y artilugios,
después que se tienen las llaves y las cajas el aparato
público político comienza a utilizarlas como una gran empresa particular con
cientos de miles de empleados y recursos para hacer el negocio de
presidente, de gobernador, de intendente, de legislador, etc.
Esto no se discute, es un hecho, y entendido por todo
ciudadano que transita la cotidianeidad; cualquier justificación en
contrario solo surge de los mismos agentes y actores del sistema corrompido
público y sus cómplices.
Hasta aquí, una síntesis situacional que obliga al
cambio.
MIO-TUYO-Nuestro es la opción diseñada por
1x1 para producir una reformulación doctrinaria y efectiva para que
todos los ciudadanos de trabajo y estudio -Soberanos-
participemos activamente de un sistema impositivo que nos catapulte al
desarrollo y a la estabilidad de todas las variables económicas y
financieras con decisión directa de las bases sociales todas,
que son las que en definitiva aportan los recursos, los esfuerzos, los
sacrificios y todas sus vidas para que la economía real viva, crezca y se
fortalezca como se viene realizando desde el capitalismo de trabajo y
producción, y que a su vez son las beneficiarias directas de tales aportes a
las dinámicas de la creación y de la producción útil.
MIO-TUYO-Nuestro es un tributo único. Su ámbito
de aplicación es en el orden:
1- municipal,
2- provincial,
3- regional I,
4- nacional,
5- internacional y
6- regional II
Los ámbitos regional I y II son jurisdicciones
funcionales de distintos mercados económicos; es decir, que no son
jurisdicciones políticas sino funcionales económicas, así regional I puede
ser la región de Cuyo, la mesopotamia, la pampa húmeda, y la regional II
podría ser el mercado común europeo, el cono sur latinoamericano,
Escandinavia toda, etc.
Esta regionalización funcional aumenta y
hace permanecer la conciencia económica y de sus relaciones
entre todos, agentes y aportantes al sistema, impidiendo que la política y
la jurisdicción política se asuman como canal válido y excluyente de las
decisiones públicas económicas y financieras que la comunidad debe
naturalmente tomar para sostener y potenciar su propio desarrollo.
MIO son las siglas de Monto Imponible
Operado, que es un valor absoluto: tantos pesos operados.
TUYO es Tributo Único y Ondrado -honrado-,
que es un valor relativo, un porcentaje: un 0,65%, por ejemplo, que se
aplicaría directa-mente sobre el MIO.
Nuestro es una exacción excepcional para
equilibrar necesidades, mercados, precios, volúmenes, etc., de la economía
real.
El MIO surge de la facturación bruta de
individuos, empresas o instituciones que operan en el mercado de bienes y
servicios: agricultores, comerciantes, industriales, oficios, profesionales,
artistas, etc.
El TUYO surge de los presupuestos públicos
decididos en asambleas, en convenciones o en parlamentos de soberanos,
haciendo el resultado de los presupuestos en base cero de la
misma jurisdicción por su PB. Los montos de los presupuestos, a su vez,
surge de los montos de dos tipos de decisiones públicas: inversiones
en base cero a realizar durante el año fiscal y gastos en base
cero a realizar en el mismo período. Ambos montos totales separados
por sus correspon-dientes rubros surgen de la decisión soberana en asamblea
como dijimos.
Siempre considerando que esta propuesta es para una
sociedad que ya funciona como una Democracia de Participación Directa
en donde el cien por ciento de las decisiones públicas son tomadas por cada
soberano que está interesado en el tema en cuestión y/o que va a ser
afectado por esas decisiones.
Complemento a esta propuesta son las organizaciones
sociales como las Comisiones C.A.R.I.S.M.A.-Convocatoria Abierta para la
Resolución Inmediata Social por Medios Alternativos-, Organizaciones Cu.de
Tra. -Cuerpos de Trabajo-, Escuelitas 1x1, y otras que soportan el avance
democrático hacia una Democracia de Participación Directa, sin
las cuales las transformaciones económicas planteadas se verían coartadas en
toda su potencialidad e intención.
El MIO-TUYO puede ser asumido por cualquier
unidad de producción en cualquier jurisdicción de manera individual o
conjunta. Puede participar así de los aportes municipales, o incorporarse al
orden de aporte nacional independiente o en forma proporcional a ambos.
El contribuyente tiene la discrecionalidad de jugar sus
aportes de acuerdo a sus propias políticas empresarias y así ser parte
activa y promotora de su entorno inmediato y de políticas económicas y
financieras nacionales en el orden internacional.
De esta manera, el MIO-TUYO termina con la
discrecionalidad del estado para manipular a los contribuyentes y trae a
éstos a ser el factotum indiscutido de los montos
públicos que se van a sufragar -por gastos e inversiones-, de a dónde el
contribuyente quiere aportar, y de estar activamente involucrado en los
resultados del sector en el que participa como aportante para mantener una
continuidad de período fiscal a período fiscal relacionados a los proyectos
de infraestructuras de administraciones públicas y de inversiones públicas a
realizar y realizadas.
Así, la potestad del estado de recaudar impuestos pasa a
ser la potestad del Soberano de decidir qué gastos y qué inversiones quiere
realizar, decidir en asamblea cómo se va a efectuar y responsabilizarse por
el pago de los montos surgidos del MIO-TUYO correspondiente,
el estado así pasa a ser un socio minoritario en la relación.
Otro punto fundamental es la reducción de la corrupción
pública y de la recupera-ción del maltrato público
que sufre el Soberano de manos de las élites en control de los gobiernos -por
ej. partidos políticos- ya que el político, en sus cinco funciones
básicas de:
1- proyectar las necesidades futuras de la sociedad,
2- definir los programas y proyectos para cumplir con
dichas satisfacción
de necesidades,
3- discutir las propuestas varias sobre tablas y entre
los distintos grupos políticos,
4- tomar la decisiones de llevarlos adelante por
mayorías, y
5- efectivamente implementarlos y realizarlos,
deja la decisión en manos Del Soberano, y así se extirpa
definitivamente el punto en donde la corrupción pública tiene su núcleo:
la decisión pública política.